La autopsia realizada al cuerpo de Valentino, el niño de 3 años que fue hallado sin vida en un campo de la localidad de Abasto, en La Plata, confirmó que el pequeño falleció a causa de un traumatismo craneoencefálico y un shock hipovolémico producto de múltiples mordeduras provocadas por una jauría de perros pitbull.
El hallazgo que conmocionó a La Plata
Valentino había desaparecido el pasado domingo, lo que motivó una intensa búsqueda por parte de su familia, vecinos y fuerzas de seguridad. Horas más tarde, su cuerpo fue encontrado en un campo cercano con heridas compatibles con un feroz ataque canino.
Los resultados forenses confirmaron la gravedad de las lesiones. El traumatismo en la cabeza da cuenta de golpes severos, mientras que el shock hipovolémico —una condición crítica derivada de la pérdida masiva de sangre— terminó siendo determinante en el desenlace fatal.
El dueño de los perros, imputado
Los animales, al menos tres perros de raza pitbull, pertenecían a un vecino de la zona que los utilizaba para custodiar terrenos agrícolas. Según indicaron fuentes judiciales, este hombre ya fue imputado por homicidio culposo, y la causa es investigada por el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta de la Unidad Funcional de Instrucción N°16 de La Plata.
Vecinos del lugar habrían alertado en varias ocasiones sobre la peligrosidad de los canes, que circulaban sin medidas de seguridad y en libertad por zonas habitadas. Estos testimonios serán fundamentales para establecer si hubo negligencia por parte del propietario.
Reacciones y debate social
La comunidad platense se encuentra conmocionada. Familiares y allegados del pequeño, junto a vecinos autoconvocados, han expresado su dolor y el reclamo de justicia por la muerte del niño. El caso también ha reavivado el debate sobre la tenencia responsable de animales, especialmente de razas que pueden representar un potencial riesgo para la seguridad pública.
Desde organizaciones de protección animal, se remarcó que la responsabilidad recae siempre en los dueños, quienes deben garantizar la educación, socialización y contención de sus mascotas para prevenir tragedias como esta.
Mientras la causa judicial avanza, la muerte de Valentino deja una profunda herida social y un interrogante urgente para autoridades y ciudadanía: ¿qué tan preparados estamos para convivir con animales que requieren un manejo responsable y controlado?