La UTA define hoy un paro de colectivos de 48 horas tras fracasar las negociaciones salariales
La Unión Tranviarios Automotor (UTA) se encuentra en las horas decisivas de un conflicto que podría paralizar el transporte público en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) durante dos jornadas consecutivas. Tras el fracaso de las negociaciones paritarias con las cámaras empresarias del sector, y con la conciliación obligatoria ya vencida, el gremio resolverá este martes 30 de abril si lanza un paro de 48 horas que coincidiría con el feriado del 1° de mayo y el viernes 2, declarado no laborable con fines turísticos.
Reclamos firmes y un abismo entre partes
El detonante del conflicto fue la falta de acuerdo en torno al nuevo esquema salarial para los choferes del AMBA. Según informó la UTA, la propuesta presentada por las cámaras empresarias fue “claramente insuficiente”. El ofrecimiento contemplaba bonos no remunerativos de $40.000 (mayo), $50.000 (junio) y $70.000 (julio), además de un incremento progresivo que llevaría el sueldo básico a $1.270.000 en julio.
Desde el gremio, sin embargo, consideraron que la cifra está muy por debajo de su pretensión: un salario básico de $1.700.000, que, aseguran, es necesario para recomponer el poder adquisitivo frente al deterioro acumulado por la inflación. La diferencia entre ambas partes es significativa y no hubo señales de acercamiento en los encuentros previos.
Una reunión decisiva a las 14
La definición final se espera tras la reunión programada para las 14 horas de este martes. Si el gremio decide avanzar con la medida, más de 300 líneas de colectivos en el AMBA podrían suspender sus recorridos durante el 1° y 2 de mayo, afectando a millones de usuarios en dos días consecutivos de actividad reducida por el calendario nacional.
El posible paro coincidiría con el Día Internacional del Trabajador, generando una paradoja sindical de alto impacto político. También complicaría el retorno turístico de quienes se trasladen durante el fin de semana largo, con consecuencias logísticas tanto en la ciudad como en zonas del conurbano.
Un conflicto con múltiples frentes
El enfrentamiento no es sólo económico. La UTA plantea que el sector empresario viene recibiendo subsidios que no se trasladan a los salarios, y que el ajuste constante en otras variables del sistema no puede seguir cayendo sobre los trabajadores. Las cámaras, por su parte, sostienen que sin una actualización tarifaria o una mejora en los fondos públicos, es inviable asumir un piso salarial como el que plantea el gremio.
En el medio, el Gobierno nacional observa con preocupación. Aunque ya cumplió con la etapa formal de la conciliación obligatoria, la posibilidad de un paro que coincida con un feriado nacional expone una nueva fisura en el equilibrio precario entre gremios, empresas y Estado.
¿Y ahora qué?
Si no hay acuerdo la medida se concretará y el AMBA enfrentará una doble jornada sin transporte urbano. Las alternativas (trenes, taxis, plataformas) podrían verse colapsadas ante la demanda inesperada. Por ahora, las partes mantienen el contacto abierto, pero los márgenes de maniobra se achican minuto a minuto.
La negociación paritaria de los choferes se convirtió, de hecho, en un caso testigo para otros gremios del sector servicios. La discusión excede lo salarial: refleja el nivel de presión que acumulan los trabajadores en un contexto donde cada paritaria se pelea con inflación creciente, subsidios estancados y usuarios al límite del boleto.