Explosión y destrucción en Lomas del Mirador: se incendió una planta de pañales

Una explosión seguida de un incendio de altísima intensidad consumió gran parte de la fábrica Pañales Liberty S.A. este martes a la madrugada en la localidad de Lomas del Mirador, partido de La Matanza. El fuego se inició a las 5:15 en la línea de producción, presuntamente por un cortocircuito en el sistema de encolado, y se propagó con rapidez sobre materiales altamente inflamables.
La secuencia del desastre
Según relataron operarios, el chispazo se produjo al energizar la precalentadora que activa el pegamento de los pañales. La chispa tocó una bobina de tela no tejida y en segundos el fuego se extendió por todo el galpón, que contenía 500 toneladas de stock y bidones de químicos industriales.
El techo metálico colapsó pasadas las 7:00 tras una hora y media de exposición a temperaturas que, según los bomberos, superaron los 800 °C. La columna de humo fue visible desde la autopista Riccheri y distintos barrios del sur porteño.
Operativo al límite: bomberos sin agua
Al menos 60 bomberos de ocho cuarteles combatieron el siniestro desde tres frentes. Las tareas se dificultaron porque las bocas de incendio de la cuadra no tenían presión suficiente, lo que obligó a derivar cisternas desde Ramos Mejía. “Peleamos con la manguera en la mano y el tanque vacío”, resumió un oficial, mientras una hidroelevadora arrojaba agua sobre las brasas desde 12 metros de altura.
Evacuación y miedo en el barrio
La Policía evacuó toda la manzana y parte de la calle Matheu ante el riesgo de derrumbe. Varias familias pasaron la madrugada en la vereda, envueltas en mantas y sin certezas. Dos viviendas linderas sufrieron daños estructurales y caída de mampostería, aunque gracias a la evacuación rápida no hubo víctimas.
“Primero fue silencio, después un estampido y, de golpe, el infierno”, describió una vecina cuya pared interna se resquebrajó con el colapso del techo de chapa.
Pérdidas millonarias y futuro incierto
Tras cinco horas de trabajo, los bomberos lograron controlar el foco principal. El saldo es devastador: maquinaria industrial destruida, bobinas calcinadas y tendido eléctrico reducido a chatarra. Se estiman pérdidas superiores a los 2,5 millones de dólares entre infraestructura y stock perdido.
La empresa emplea a 50 personas, de las cuales 30 estaban presentes al momento del siniestro. Todos lograron salir ilesos. Por ahora, se evalúa la posibilidad de paralizar la producción por tiempo indefinido.
Investigación judicial y monitoreo ambiental
La UFI N.º 12 de La Matanza abrió una causa por estrago culposo y ordenó el secuestro del tablero eléctrico para peritajes. Técnicos de Bomberos y de la aseguradora trabajan para determinar si la planta cumplía con el mantenimiento exigido por ordenanza.
El sindicato químico pidió intervenir como querellante para fiscalizar las condiciones laborales y los protocolos de seguridad. En paralelo, Defensa Civil instaló un laboratorio móvil para medir la calidad del aire: se busca detectar partículas tóxicas derivadas de plásticos, adhesivos y pinturas quemadas.
La emergencia pasó, pero quedan ruinas por apuntalar, informes por producir y, sobre todo, respuestas que dar. Porque entre lo que ardió y lo que se quebró, hay más que paredes: hay certezas que se fundieron con el calor.