En una medida de alto impacto económico y político, el Gobierno Nacional oficializó la eliminación total de los derechos de exportación para minerales, metales y hierro, a través del Decreto 563/2025 publicado en el Boletín Oficial. La disposición reduce a 0% las alícuotas de retenciones y apunta a incentivar inversiones, generar empleo y aumentar el ingreso de divisas en uno de los sectores estratégicos de la economía nacional.
La norma, firmada por el presidente Javier Milei, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el ministro de Economía Luis Caputo, se enmarca en la política de desregulación y reducción de la presión impositiva que impulsa el Ejecutivo. En sus considerandos, el decreto argumenta que la medida es clave para “generar condiciones favorables para la inversión” y asegurar “el máximo valor agregado posible en el país”.
Desde el oficialismo señalan que el sector minero —considerado el quinto complejo exportador del país— posee un gran potencial para dinamizar la economía, especialmente en provincias como San Juan, Jujuy, Santa Cruz y Catamarca, donde la minería tiene un peso central en la generación de empleo y actividad productiva.
Festejo empresarial y expectativas de crecimiento
La decisión fue celebrada por la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), que desde hace años reclamaba la eliminación de las retenciones, calificadas como un obstáculo a la inversión de largo plazo. Aunque aún no emitieron un comunicado formal, desde el sector aseguran que la medida “brinda previsibilidad” y permitirá avanzar con nuevos proyectos en litio, cobre y oro, actualmente en distintas fases de exploración y desarrollo.
Según informes previos de CAEM, las exportaciones mineras podrían superar los 4.000 millones de dólares en 2025, con lo cual la eliminación de las retenciones funcionaría como un acelerador de ese proceso.
Postura sindical: esperanza con reservas
Desde la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA), el tono fue más cauteloso. Aunque el gremio valora toda política que incentive la inversión y la generación de empleo, también advierte sobre la necesidad de que los beneficios económicos se reflejen en condiciones laborales justas y en el desarrollo sustentable de las comunidades donde opera la industria. AOMA prevé emitir un pronunciamiento en los próximos días tras analizar el alcance real de la medida.
Críticas desde la oposición y ambientalistas en alerta
La eliminación de las retenciones fue cuestionada por sectores de la oposición política, que advierten sobre su impacto en la recaudación fiscal en un momento de ajuste del gasto público. Plantean que resignar ingresos tributarios sin mecanismos de compensación podría afectar la financiación de áreas prioritarias del Estado.
En paralelo, organizaciones ambientalistas expresaron su preocupación por la posibilidad de una expansión descontrolada de la actividad minera. Exigen que cualquier incentivo fiscal esté acompañado por mayores controles ambientales y la aplicación estricta de normativas como la Ley de Glaciares. Señalan riesgos como el uso intensivo del agua, la contaminación de suelos y ríos, y el impacto en zonas de alta sensibilidad ecológica.
Impacto fiscal, promesas y desafíos
Desde el Gobierno aseguran que la eliminación de las retenciones no afectará la estabilidad fiscal, ya que se compensaría con el crecimiento del sector y el ingreso de divisas. Sin embargo, economistas independientes mantienen opiniones divididas. Algunos minimizan el impacto fiscal inmediato, dada la participación limitada de las retenciones mineras en la recaudación total, mientras que otros advierten que el verdadero desafío será materializar las inversiones prometidas y generar un efecto multiplicador en la economía.
La decisión se alinea con la reciente aprobación del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), que también prevé importantes beneficios fiscales para proyectos de gran escala, entre ellos los mineros.
Con esta medida, el Gobierno apuesta fuerte por uno de los sectores más dinámicos —y también más debatidos— de la economía argentina. El tiempo dirá si el impulso será tan profundo como se espera, o si, como tantas veces, las promesas quedan enterradas junto a los recursos que nunca se extraen.