Ariel García Furfaro, empresario farmacéutico acusado por la elaboración de fentanilo contaminado que habría causado la muerte de al menos 96 personas, fue detenido junto a su madre, sus dos hermanos, su abuela y varios directivos de sus laboratorios. La historia familiar detrás del caso revela un entramado de vínculos políticos, antecedentes penales y designaciones societarias insólitas.
Una familia al mando del fentanilo
La detención de Nilda Furfaro, madre de García Furfaro y de casi 70 años, sorprendió por su doble rol: jubilada y vicepresidenta de HLB Pharma. Fue arrestada en su departamento del barrio porteño de Caballito, donde también funciona el domicilio legal del laboratorio. Durante una entrevista previa con la prensa, mientras Ariel explicaba sus decisiones empresariales, Nilda le servía té con saquito y tostadas con queso untable.
Según los registros oficiales, el 18 de diciembre de 2024 —fecha en que se produjo el lote 31202, contaminado con las bacterias Klebsiella y Ralstonia— la presidenta de la empresa era Olga Luisa Arena, la abuela de Ariel, de 88 años. Aunque nunca tomó decisiones ni visitó la planta, figuraba como máxima autoridad de la sociedad. El empresario justificó la situación señalando que «estaba atravesando un divorcio traumático y no tenía personas de confianza para poner en el directorio».
Los hermanos de Ariel, Diego y Damián, también fueron detenidos. Uno de ellos trabajaba en la verdulería familiar “Colina”, ubicada en Flores, mientras administraban actividades clave de HLB Pharma y Laboratorios Ramallo. La Justicia comprobó que todos “llevaban el control de las actividades de los laboratorios”.
Un prontuario que vuelve a escena
No es la primera vez que García Furfaro pisa una cárcel. En 2002 fue condenado a siete años por tentativa de homicidio tras rociar con alcohol y prender fuego a un empleado de su restaurante. Se recibió de abogado en prisión y su primer cliente fue Aníbal “El Loco del Martillo” Igonet, asesino serial de mujeres, a quien logró sacar en libertad.
Además, fue procesado en 2022 por el juez Pablo Yadarola por contrabando y sobrefacturación de medicamentos por más de 5 millones de dólares, y embargado por 25 mil millones de pesos. También fue señalado por su cercanía con el kirchnerismo: participó en misiones oficiales para traer vacunas Sputnik V y tuvo reuniones con Cristina Fernández de Kirchner en el Instituto Patria.
Un laboratorio familiar con alcance nacional
El conglomerado de García Furfaro, que incluye HLB Pharma, Laboratorios Ramallo y Droguería Alfarma, distribuyó más de 540.000 ampollas de fentanilo en 16 provincias. La ANMAT suspendió su actividad en mayo de este año tras detectar graves irregularidades en las plantas. Según la fiscal María Laura Roteta, estamos frente a «un caso de criminalidad compleja» con víctimas en todo el país.
Las investigaciones señalan fallas estructurales en los procesos de producción, documentadas por el Instituto Malbrán. La Justicia ahora intenta determinar si hubo encubrimiento institucional, ya que informes previos fueron ignorados por el INAME, entonces dirigido por Gabriela Mantecón Fumado.
Entre los detenidos también figuran los directores técnicos Carolina Ansaldi, Víctor Boccaccio y José Antonio Maiorano, además del director general Javier Tchukran. Se suman los responsables de Laboratorios Ramallo: Horacio Tallarico y Rodolfo Labrusciano.
Los operativos estuvieron a cargo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Gendarmería Nacional. La ministra Patricia Bullrich celebró los arrestos: “Las hacen, las pagan. Se acabó la impunidad”, escribió en redes sociales. Hoy comienzan las indagatorias.
Ariel García Furfaro, acusado por las muertes causadas por fentanilo contaminado, fue detenido junto a sus hermanos, su madre Nilda Furfaro —de casi 70 años— y su abuela, Olga Arena, de 88 años. Esta última figuraba como presidenta de HLB Pharma al momento de la elaboración del lote contaminado. El empresario, con antecedentes penales, lideraba un conglomerado familiar investigado por irregularidades estructurales, vínculos políticos y distribución masiva de medicamentos adulterados. Hoy comienzan las indagatorias.
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Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
Ariel García Furfaro, empresario farmacéutico acusado por la elaboración de fentanilo contaminado que habría causado la muerte de al menos 96 personas, fue detenido junto a su madre, sus dos hermanos, su abuela y varios directivos de sus laboratorios. La historia familiar detrás del caso revela un entramado de vínculos políticos, antecedentes penales y designaciones societarias insólitas.
Una familia al mando del fentanilo
La detención de Nilda Furfaro, madre de García Furfaro y de casi 70 años, sorprendió por su doble rol: jubilada y vicepresidenta de HLB Pharma. Fue arrestada en su departamento del barrio porteño de Caballito, donde también funciona el domicilio legal del laboratorio. Durante una entrevista previa con la prensa, mientras Ariel explicaba sus decisiones empresariales, Nilda le servía té con saquito y tostadas con queso untable.
Según los registros oficiales, el 18 de diciembre de 2024 —fecha en que se produjo el lote 31202, contaminado con las bacterias Klebsiella y Ralstonia— la presidenta de la empresa era Olga Luisa Arena, la abuela de Ariel, de 88 años. Aunque nunca tomó decisiones ni visitó la planta, figuraba como máxima autoridad de la sociedad. El empresario justificó la situación señalando que «estaba atravesando un divorcio traumático y no tenía personas de confianza para poner en el directorio».
Los hermanos de Ariel, Diego y Damián, también fueron detenidos. Uno de ellos trabajaba en la verdulería familiar “Colina”, ubicada en Flores, mientras administraban actividades clave de HLB Pharma y Laboratorios Ramallo. La Justicia comprobó que todos “llevaban el control de las actividades de los laboratorios”.
Un prontuario que vuelve a escena
No es la primera vez que García Furfaro pisa una cárcel. En 2002 fue condenado a siete años por tentativa de homicidio tras rociar con alcohol y prender fuego a un empleado de su restaurante. Se recibió de abogado en prisión y su primer cliente fue Aníbal “El Loco del Martillo” Igonet, asesino serial de mujeres, a quien logró sacar en libertad.
Además, fue procesado en 2022 por el juez Pablo Yadarola por contrabando y sobrefacturación de medicamentos por más de 5 millones de dólares, y embargado por 25 mil millones de pesos. También fue señalado por su cercanía con el kirchnerismo: participó en misiones oficiales para traer vacunas Sputnik V y tuvo reuniones con Cristina Fernández de Kirchner en el Instituto Patria.
Un laboratorio familiar con alcance nacional
El conglomerado de García Furfaro, que incluye HLB Pharma, Laboratorios Ramallo y Droguería Alfarma, distribuyó más de 540.000 ampollas de fentanilo en 16 provincias. La ANMAT suspendió su actividad en mayo de este año tras detectar graves irregularidades en las plantas. Según la fiscal María Laura Roteta, estamos frente a «un caso de criminalidad compleja» con víctimas en todo el país.
Las investigaciones señalan fallas estructurales en los procesos de producción, documentadas por el Instituto Malbrán. La Justicia ahora intenta determinar si hubo encubrimiento institucional, ya que informes previos fueron ignorados por el INAME, entonces dirigido por Gabriela Mantecón Fumado.
Entre los detenidos también figuran los directores técnicos Carolina Ansaldi, Víctor Boccaccio y José Antonio Maiorano, además del director general Javier Tchukran. Se suman los responsables de Laboratorios Ramallo: Horacio Tallarico y Rodolfo Labrusciano.
Los operativos estuvieron a cargo de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Gendarmería Nacional. La ministra Patricia Bullrich celebró los arrestos: “Las hacen, las pagan. Se acabó la impunidad”, escribió en redes sociales. Hoy comienzan las indagatorias.