Este jueves por la tarde, el presidente Javier Milei realizó su acto de cierre de campaña en la ciudad de Rosario, eligiendo como escenario las escalinatas del parque de España, a orillas del río Paraná. La convocatoria incluyó un fuerte despliegue logístico y de seguridad, con decenas de colectivos que arribaron desde diferentes puntos del país y un blindaje policial en toda la zona.
Militancia movilizada y operativo especial
Desde el mediodía, colectivos provenientes de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y el interior de Santa Fe comenzaron a llegar a la ciudad con militantes y adherentes libertarios, convocados para acompañar al mandatario en el evento.
El parque de España y sus alrededores fueron custodiados por un importante operativo conjunto que incluyó fuerzas federales, efectivos de la Policía de Santa Fe y personal municipal. Las calles y avenidas cercanas al lugar del acto fueron cortadas para facilitar el ingreso del público y garantizar la seguridad.
Un cierre de campaña con impronta libertaria
El evento tuvo un tono marcadamente simbólico. Milei eligió cerrar su campaña en Rosario como gesto hacia una de las principales ciudades del país y como muestra de federalismo político en el tramo final del proceso electoral.
A diferencia de actos partidarios tradicionales, el cierre libertario se destacó por su estética sobria pero contundente, sin puestos de comida ni actividades paralelas, centrado únicamente en el discurso presidencial y la participación de la militancia. La ausencia del clásico choripán fue notada, pero no impidió que el evento tuviera un alto impacto político y mediático.
Con un operativo de seguridad reforzado y un despliegue de colectivos desde varias provincias, Javier Milei cerró su campaña presidencial con un acto en Rosario. El evento se realizó en las escalinatas del parque de España, con una nutrida asistencia de militantes libertarios y cortes de calles en toda la zona.
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Zappo te lo cuenta
La caravana libertaria llegó a Rosario con la precisión de una gira de rock, pero sin banda de apertura ni choripán. Javier Milei eligió las escalinatas del parque de España como escenario final para su cruzada electoral, y lo que parecía un acto más terminó pareciendo la escena final de “Braveheart”, pero con menos melena y más drones.
Desde el mediodía, colectivos comenzaron a aparecer como hongos después de la lluvia: Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe… todos los caminos llevaban al acto. La ciudad quedó cercada por un ejército de banderas celestes, remeras con leones y alguna que otra selfie con frases libertarias que terminaron directo en historias de Instagram.
El parque y sus alrededores fueron blindados con fuerzas federales, policía provincial y hasta agentes municipales que no sabían si vigilar o sumarse a corear consignas. Se cortaron calles, avenidas, y por un rato Rosario vivió su propio feriado libertario. La postal era clara: escenario frente al río, Milei con micrófono en mano y el público coreando como si fuese el Lollapalooza del anarco-capitalismo.
Faltó el choripán, es cierto. Pero a cambio hubo furia anti-casta, promesas de cambio radical y, por supuesto, la cuota exacta de épica libertaria. Porque si algo sabe este gobierno es que la revolución, aunque sea de mercado, también necesita escenografía.
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