El presidente Javier Milei encabezó este lunes por la noche una cena en la Quinta de Olivos junto a los integrantes de su Gabinete, en un encuentro diseñado para cerrar el año y trazar los lineamientos estratégicos para la segunda etapa de su mandato. La reunión sirvió como plataforma para discutir los desafíos inminentes, con especial énfasis en el tratamiento del Presupuesto 2026 en el Senado y el debate por la reforma laboral enviada al Congreso de la Nación.
Antes de dar inicio formal a la cena, el jefe de Estado sorprendió a los presentes con un obsequio cargado de simbolismo ideológico: le regaló a cada uno de los funcionarios una copia del libro «Defendiendo lo indefendible», del economista Walter Block, una obra de culto dentro del pensamiento libertario que desafía consensos sociales establecidos.
Nuevas caras y ausencias notorias
La convocatoria, que comenzó a las 21 horas, contó con la participación de su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y del asesor Santiago Caputo. A diferencia del asado de fin de año de 2024, la mesa chica del Gobierno presentó modificaciones sustanciales en su composición.
La novedad más relevante fue la presencia de Manuel Adorni ejerciendo como nuevo Jefe de Gabinete, ocupando el lugar que anteriormente pertenecía a Guillermo Francos. Asimismo, se oficializó la integración de tres nuevos ministros que se sumaron a la gestión: Diego Santilli en la cartera del Interior; Alejandra Monteoliva en Seguridad; y Carlos Presti en Defensa.
También fueron parte de la velada la exministra y actual senadora nacional, Patricia Bullrich, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Por el contrario, la nota discordante la dio nuevamente la ausencia de la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien se mantiene distanciada de la cúpula del oficialismo desde hace más de un año, ratificando la fractura interna en el binomio ejecutivo.
Balance y proyección 2026
Durante la cena, que mantuvo un tono similar a la de finales de 2024 pero con un elenco renovado, Milei realizó un balance de la primera mitad de su mandato. El Presidente bajó línea directa a su equipo sobre los objetivos para la segunda etapa de gestión, instando a redoblar esfuerzos a días de la Navidad y el Año Nuevo.
El foco estuvo puesto en la necesidad de consolidar las reformas estructurales en el Legislativo, considerando vital la aprobación del cálculo de gastos para el próximo ejercicio y la modernización de las leyes laborales para dinamizar la economía en el año entrante.
<p>El presidente Javier Milei encabezó una cena de fin de año en la Quinta de Olivos junto a su Gabinete para delinear la estrategia de cara al 2026, enfocándose en el Presupuesto y la reforma laboral. Durante el encuentro, que contó con la presencia de nuevos ministros como Diego Santilli y la ausencia de la vicepresidenta Victoria Villarruel, el mandatario obsequió a los funcionarios el libro «Defendiendo lo indefendible» de Walter Block.</p>
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
Javier Milei decidió vestirse de Papá Noel libertario, pero en lugar de traer regalos que la gente quiera, como un aire acondicionado o un bono de fin de año, apareció con una pila de libros bajo el brazo. El mandatario le regaló a su gabinete «Defendiendo lo indefendible» de Walter Block, un título que, seamos honestos, suena menos a tratado económico y más a la descripción del trabajo diario del vocero —ahora Jefe de Gabinete— Manuel Adorni cuando tiene que explicar por qué el cielo es verde si el mercado así lo decide. Imaginate la cara de los ministros esperando un pan dulce con frutas abrillantadas y recibiendo, en cambio, tarea para el hogar en pleno 23 de diciembre. Es la versión política de que te regalen medias: útil, necesario según el dador, pero profundamente decepcionante para el niño interior.
La cena tuvo ese aire de reunión familiar disfuncional donde todos fingen demencia sobre las sillas vacías. La ausencia de Victoria Villarruel ya es parte del decorado habitual de Olivos, como esos cuadros que nadie mira; su relación con el Ejecutivo es tan fría que podría usarse para conservar las vacunas. Mientras tanto, las nuevas incorporaciones, como Diego Santilli, seguramente pasaron la velada intentando no usar la palabra «consenso» para no causar una indigestión presidencial, mientras Santiago Caputo observaba desde una esquina oscura, probablemente calculando el algoritmo de la digestión de los comensales. Un brindis con agua, libros de texto y planificación de ajuste para 2026; una fiesta que envidiaría cualquier monje tibetano en voto de silencio.
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
El presidente Javier Milei encabezó este lunes por la noche una cena en la Quinta de Olivos junto a los integrantes de su Gabinete, en un encuentro diseñado para cerrar el año y trazar los lineamientos estratégicos para la segunda etapa de su mandato. La reunión sirvió como plataforma para discutir los desafíos inminentes, con especial énfasis en el tratamiento del Presupuesto 2026 en el Senado y el debate por la reforma laboral enviada al Congreso de la Nación.
Antes de dar inicio formal a la cena, el jefe de Estado sorprendió a los presentes con un obsequio cargado de simbolismo ideológico: le regaló a cada uno de los funcionarios una copia del libro «Defendiendo lo indefendible», del economista Walter Block, una obra de culto dentro del pensamiento libertario que desafía consensos sociales establecidos.
Nuevas caras y ausencias notorias
La convocatoria, que comenzó a las 21 horas, contó con la participación de su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y del asesor Santiago Caputo. A diferencia del asado de fin de año de 2024, la mesa chica del Gobierno presentó modificaciones sustanciales en su composición.
La novedad más relevante fue la presencia de Manuel Adorni ejerciendo como nuevo Jefe de Gabinete, ocupando el lugar que anteriormente pertenecía a Guillermo Francos. Asimismo, se oficializó la integración de tres nuevos ministros que se sumaron a la gestión: Diego Santilli en la cartera del Interior; Alejandra Monteoliva en Seguridad; y Carlos Presti en Defensa.
También fueron parte de la velada la exministra y actual senadora nacional, Patricia Bullrich, y el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem. Por el contrario, la nota discordante la dio nuevamente la ausencia de la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien se mantiene distanciada de la cúpula del oficialismo desde hace más de un año, ratificando la fractura interna en el binomio ejecutivo.
Balance y proyección 2026
Durante la cena, que mantuvo un tono similar a la de finales de 2024 pero con un elenco renovado, Milei realizó un balance de la primera mitad de su mandato. El Presidente bajó línea directa a su equipo sobre los objetivos para la segunda etapa de gestión, instando a redoblar esfuerzos a días de la Navidad y el Año Nuevo.
El foco estuvo puesto en la necesidad de consolidar las reformas estructurales en el Legislativo, considerando vital la aprobación del cálculo de gastos para el próximo ejercicio y la modernización de las leyes laborales para dinamizar la economía en el año entrante.
Javier Milei decidió vestirse de Papá Noel libertario, pero en lugar de traer regalos que la gente quiera, como un aire acondicionado o un bono de fin de año, apareció con una pila de libros bajo el brazo. El mandatario le regaló a su gabinete «Defendiendo lo indefendible» de Walter Block, un título que, seamos honestos, suena menos a tratado económico y más a la descripción del trabajo diario del vocero —ahora Jefe de Gabinete— Manuel Adorni cuando tiene que explicar por qué el cielo es verde si el mercado así lo decide. Imaginate la cara de los ministros esperando un pan dulce con frutas abrillantadas y recibiendo, en cambio, tarea para el hogar en pleno 23 de diciembre. Es la versión política de que te regalen medias: útil, necesario según el dador, pero profundamente decepcionante para el niño interior.
La cena tuvo ese aire de reunión familiar disfuncional donde todos fingen demencia sobre las sillas vacías. La ausencia de Victoria Villarruel ya es parte del decorado habitual de Olivos, como esos cuadros que nadie mira; su relación con el Ejecutivo es tan fría que podría usarse para conservar las vacunas. Mientras tanto, las nuevas incorporaciones, como Diego Santilli, seguramente pasaron la velada intentando no usar la palabra «consenso» para no causar una indigestión presidencial, mientras Santiago Caputo observaba desde una esquina oscura, probablemente calculando el algoritmo de la digestión de los comensales. Un brindis con agua, libros de texto y planificación de ajuste para 2026; una fiesta que envidiaría cualquier monje tibetano en voto de silencio.