Hoy, 2 de octubre, la República Argentina celebra el Día del Escribano, una fecha que coincide con el Día del Notariado Latino y que tiene origen en un hito internacional con sede en Buenos Aires. En 1948, durante el Primer Encuentro Internacional del Notariado Latino, se fundó la Unión Internacional del Notariado Latino (UINL), organización que hoy reúne a más de 70 países con sistemas de tradición romano-germánica.
El origen de la fecha
La elección de esta fecha no es casual: aquel congreso fue el punto de partida para consolidar la actividad notarial a nivel global y su fundación en Argentina determinó que el 2 de octubre quedara establecido como el Día del Escribano. Desde entonces, la jornada busca reconocer a estos profesionales que ejercen la fe pública por delegación del Estado.
El rol del escribano es esencial para la vida social: otorgan autenticidad y seguridad jurídica a documentos claves como escrituras de inmuebles, testamentos, poderes o actas societarias. Además, actúan como asesores imparciales, garantizando que las transacciones respeten la legalidad.
Figuras históricas y contemporáneas
El notariado argentino ha contado con referentes que trascendieron la profesión:
- José Adrián Negri: redactor de los «Principios del notariado latino», base de la autonomía funcional del notariado en el mundo.
- Gervasio Antonio de Posadas y Victorino de la Plaza: ejercieron el notariado antes de ocupar cargos de gran relevancia política.
- Cristina Noemí Armella: primera mujer en presidir la UINL (2020-2022), reconocimiento al liderazgo argentino en el ámbito internacional.
La función del escribano puede definirse como la de un “escultor de certezas”, capaz de transformar los acuerdos verbales en instrumentos legales sólidos que resisten el paso del tiempo.
¡Feliz Día a todos los Escribanos y Escribanas de Argentina, custodios de la confianza pública!
Cada 2 de octubre, Argentina celebra el Día del Escribano, en coincidencia con el Día del Notariado Latino. La fecha recuerda la fundación en Buenos Aires de la Unión Internacional del Notariado Latino (UINL) en 1948, un hito que consolidó el rol del país en la historia notarial mundial. En esta jornada se destaca la labor de los escribanos públicos, pilares de la fe pública y la seguridad jurídica.
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Hoy, 2 de octubre, la República Argentina celebra el Día del Escribano, una fecha que coincide con el Día del Notariado Latino y que tiene origen en un hito internacional con sede en Buenos Aires. En 1948, durante el Primer Encuentro Internacional del Notariado Latino, se fundó la Unión Internacional del Notariado Latino (UINL), organización que hoy reúne a más de 70 países con sistemas de tradición romano-germánica.
El origen de la fecha
La elección de esta fecha no es casual: aquel congreso fue el punto de partida para consolidar la actividad notarial a nivel global y su fundación en Argentina determinó que el 2 de octubre quedara establecido como el Día del Escribano. Desde entonces, la jornada busca reconocer a estos profesionales que ejercen la fe pública por delegación del Estado.
El rol del escribano es esencial para la vida social: otorgan autenticidad y seguridad jurídica a documentos claves como escrituras de inmuebles, testamentos, poderes o actas societarias. Además, actúan como asesores imparciales, garantizando que las transacciones respeten la legalidad.
Figuras históricas y contemporáneas
El notariado argentino ha contado con referentes que trascendieron la profesión:
- José Adrián Negri: redactor de los «Principios del notariado latino», base de la autonomía funcional del notariado en el mundo.
- Gervasio Antonio de Posadas y Victorino de la Plaza: ejercieron el notariado antes de ocupar cargos de gran relevancia política.
- Cristina Noemí Armella: primera mujer en presidir la UINL (2020-2022), reconocimiento al liderazgo argentino en el ámbito internacional.
La función del escribano puede definirse como la de un “escultor de certezas”, capaz de transformar los acuerdos verbales en instrumentos legales sólidos que resisten el paso del tiempo.
¡Feliz Día a todos los Escribanos y Escribanas de Argentina, custodios de la confianza pública!