Una serie de accidentes en ferias de ciencias escolares encendió la alarma en toda la comunidad educativa argentina, tras registrarse dos explosiones con varios menores heridos en menos de una semana. La primera ocurrió en Pergamino y la más reciente en Palermo.
El caso Pergamino: una explosión con pólvora escolar
El sábado pasado, durante una feria en el Instituto Comercial Rancagua de Pergamino, un experimento que buscaba simular la erupción de un volcán terminó en una explosión de alta intensidad. Según un video del evento, los alumnos explicaban que el dispositivo contenía azufre picado, carbón y una sal especial, que combinados formarían pólvora.
La explosión generó una onda expansiva dentro del salón, provocando pánico, gritos y múltiples heridos. La más afectada fue una niña de 10 años que sufrió quemaduras y lesiones faciales por esquirlas metálicas. Fue operada de urgencia en el Hospital San José de Pergamino y luego trasladada al Hospital Garrahan, donde permanece en terapia intensiva.
Según el último parte médico, la menor evoluciona favorablemente, ya no necesita asistencia respiratoria y continúa bajo seguimiento clínico constante. La causa judicial quedó en manos del fiscal Fernando Pertierra, quien ordenó peritajes a cargo de expertos en explosivos y bomberos.
El caso Palermo: otro “volcán” y más heridos
Menos de una semana después, el colegio Guadalupe del barrio de Palermo fue escenario de un incidente similar. Durante una feria de ciencias, un experimento con alcohol etílico explotó, dejando a cuatro alumnos heridos, con quemaduras en rostro y pecho, y a una madre con lesiones en ambas manos.
Los estudiantes fueron trasladados por el SAME al Hospital Rivadavia y al Fernández. En el lugar, testigos denunciaron la falta de matafuegos y de protocolos de seguridad. “El chico se prendió fuego de pies a cabeza. Nuestro profesor se escondió”, relató un alumno.
Desde el Ministerio de Educación porteño anunciaron que se está trabajando en la implementación de un protocolo obligatorio para experimentos escolares, con el objetivo de evitar nuevos episodios y reducir al mínimo los riesgos.
Ambos hechos generaron fuerte repercusión pública y renovaron el debate sobre las condiciones de seguridad en actividades escolares prácticas. La comunidad educativa exige respuestas concretas y medidas urgentes para garantizar un entorno seguro para el aprendizaje.
La explosión de un experimento en la feria de ciencias de un colegio en Pergamino dejó a una niña de 10 años con graves heridas. Continúa en terapia intensiva en el Hospital Garrahan, aunque ya no requiere soporte respiratorio. Días después, un hecho similar ocurrió en Palermo, donde otro experimento con alcohol terminó con varios estudiantes heridos. Padres exigen protocolos y denuncian negligencia.
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Una serie de accidentes en ferias de ciencias escolares encendió la alarma en toda la comunidad educativa argentina, tras registrarse dos explosiones con varios menores heridos en menos de una semana. La primera ocurrió en Pergamino y la más reciente en Palermo.
El caso Pergamino: una explosión con pólvora escolar
El sábado pasado, durante una feria en el Instituto Comercial Rancagua de Pergamino, un experimento que buscaba simular la erupción de un volcán terminó en una explosión de alta intensidad. Según un video del evento, los alumnos explicaban que el dispositivo contenía azufre picado, carbón y una sal especial, que combinados formarían pólvora.
La explosión generó una onda expansiva dentro del salón, provocando pánico, gritos y múltiples heridos. La más afectada fue una niña de 10 años que sufrió quemaduras y lesiones faciales por esquirlas metálicas. Fue operada de urgencia en el Hospital San José de Pergamino y luego trasladada al Hospital Garrahan, donde permanece en terapia intensiva.
Según el último parte médico, la menor evoluciona favorablemente, ya no necesita asistencia respiratoria y continúa bajo seguimiento clínico constante. La causa judicial quedó en manos del fiscal Fernando Pertierra, quien ordenó peritajes a cargo de expertos en explosivos y bomberos.
El caso Palermo: otro “volcán” y más heridos
Menos de una semana después, el colegio Guadalupe del barrio de Palermo fue escenario de un incidente similar. Durante una feria de ciencias, un experimento con alcohol etílico explotó, dejando a cuatro alumnos heridos, con quemaduras en rostro y pecho, y a una madre con lesiones en ambas manos.
Los estudiantes fueron trasladados por el SAME al Hospital Rivadavia y al Fernández. En el lugar, testigos denunciaron la falta de matafuegos y de protocolos de seguridad. “El chico se prendió fuego de pies a cabeza. Nuestro profesor se escondió”, relató un alumno.
Desde el Ministerio de Educación porteño anunciaron que se está trabajando en la implementación de un protocolo obligatorio para experimentos escolares, con el objetivo de evitar nuevos episodios y reducir al mínimo los riesgos.
Ambos hechos generaron fuerte repercusión pública y renovaron el debate sobre las condiciones de seguridad en actividades escolares prácticas. La comunidad educativa exige respuestas concretas y medidas urgentes para garantizar un entorno seguro para el aprendizaje.