En el marco de un cierre de año con una intensa actividad en la agenda sanitaria de figuras públicas y un lamentable suceso de violencia urbana, se conocieron los últimos partes médicos sobre la evolución de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el exgobernador José Luis Gioja y la menor herida en Morón durante la Nochebuena.
Cristina Kirchner: Complicación en el posoperatorio
La expresidenta de la Nación continúa internada en el Sanatorio Otamendi, tras la intervención quirúrgica de urgencia realizada el sábado 20 de diciembre. Aunque la cirugía original fue motivada por un cuadro de apendicitis aguda con peritonitis localizada, el proceso de recuperación sufrió un contratiempo clínico de carácter funcional.
De acuerdo al parte médico emitido el 24 de diciembre, Kirchner presentó un íleo posoperatorio, cuadro que consiste en una parálisis temporal del tránsito intestinal. Según los especialistas, esta condición es una respuesta frecuente ante intervenciones abdominales de alta complejidad y requiere un monitoreo constante. Actualmente, la paciente se encuentra estable, afebril y bajo tratamiento con antibióticos endovenosos. Los facultativos determinaron que permanezca hospitalizada para completar el esquema de medicación y supervisar la reactivación de su sistema digestivo.
José Luis Gioja: Alta médica y recuperación en San Juan
Por su parte, el referente del justicialismo sanjuanino, José Luis Gioja, ha mostrado una evolución clínica favorable tras su internación por un malestar abdominal agudo. El diagnóstico, que inicialmente generó preocupación en su entorno, fue una obstrucción intestinal que fue abordada mediante un tratamiento conservador en una clínica privada de la capital sanjuanina.
A diferencia del cuadro de la expresidenta, Gioja respondió positivamente a los procedimientos sin necesidad de recurrir a una cirugía mayor. Fuentes allegadas al dirigente confirmaron que recibió el alta médica el pasado miércoles 24 de diciembre. El exmandatario provincial pudo pasar la Navidad en su domicilio particular, donde se encuentra descansando con un estado general calificado como «bueno» por su equipo médico de cabecera.
Tragedia en Morón: Estado crítico para la niña herida
En el ámbito policial y social, persiste la conmoción por el estado de salud de la niña de 12 años impactada por una bala perdida en la localidad de Villa Sarmiento, partido de Morón. El incidente ocurrió durante los festejos de Navidad, cuando la menor se encontraba en la vía pública junto a su familia.
El proyectil impactó en la zona de la nuca, provocando un cuadro de extrema gravedad. Actualmente, la menor se encuentra en la Unidad de Terapia Intensiva del Sanatorio de la Trinidad, bajo un diagnóstico de pronóstico reservado. Los profesionales médicos han señalado que las próximas 48 a 72 horas resultarán determinantes para evaluar posibles secuelas neurológicas y la estabilidad general de la paciente. En paralelo, la policía de la provincia de Buenos Aires analiza cámaras de seguridad y registros de denuncias por disparos al aire para identificar al responsable del hecho.
<p>Información actualizada sobre la salud de Cristina Fernández de Kirchner, José Luis Gioja y la menor víctima de una bala perdida en Morón. Mientras la expresidenta permanece hospitalizada por una parálisis intestinal posoperatoria, el dirigente sanjuanino fue dado de alta tras superar una obstrucción. En paralelo, el estado de la niña herida en Navidad continúa siendo crítico y con pronóstico reservado.</p>
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
En un país donde el movimiento es la excepción y el estancamiento es la regla, parece que los intestinos de nuestra clase dirigente han decidido mimetizarse con la macroeconomía nacional. El cierre de 2025 nos encuentra analizando partes médicos con la misma intensidad con la que otros pueblos estudian la física cuántica, descubriendo que la política argentina se debate hoy entre el «íleo posoperatorio» y la «obstrucción intestinal». Cristina Fernández de Kirchner, siempre adepta a las permanencias prolongadas, ha decidido que el Sanatorio Otamendi es el lugar ideal para pasar las fiestas, enfrentando una parálisis digestiva que los médicos llaman íleo, pero que en términos militantes bien podría interpretarse como una resistencia épica de sus vísceras contra el avance del régimen alimenticio hospitalario. Resulta irónico que, tras décadas de discurso fluido, sea justamente el tránsito intestinal lo que se le termine plantando al proyecto.
Por otro lado, José Luis Gioja demostró una vez más que el peronismo sanjuanino está hecho de otra madera, o quizás de una fibra más eficiente. Mientras en Buenos Aires el sistema digestivo oficialista se declara en huelga de brazos caídos, el «Flaco» resolvió su obstrucción con la celeridad de quien tiene que llegar a tiempo para el brindis antes de que se acaben las empanadas. Su alta médica el 24 de diciembre es el verdadero milagro de Navidad: logró esquivar el bisturí con un «tratamiento conservador», demostrando que para salir de un embrollo intestinal, a veces solo hace falta la muñeca política de un caudillo que sabe cuándo presionar y cuándo soltar. Gioja ya está en su casa, probablemente analizando la realidad nacional con un caldo de verduras en la mano, mientras el resto del PJ mira con envidia su capacidad de evacuación institucional.
Sin embargo, la cuota de realidad más cruda y menos sarcástica nos llega desde Morón, donde la imbecilidad humana alcanzó su pico máximo de temporada. Mientras algunos se empeñan en celebrar el nacimiento de Jesús lanzando proyectiles al aire como si la ley de gravedad fuera una sugerencia opcional de la Secretaría de Comercio, una niña de 12 años terminó pagando el costo de esa «tradición» prehistórica. No hay ironía que alcance para describir el vacío cerebral de quien dispara al cielo y termina impactando en la nuca de una menor que solo quería mirar fuegos artificiales. Mientras la política discute sus problemas de plomería interna, en una terapia intensiva se libra la única batalla que realmente importa, recordándonos que entre los intestinos de los poderosos y las balas de los idiotas, el sentido común en este país sigue teniendo pronóstico reservado.
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
En el marco de un cierre de año con una intensa actividad en la agenda sanitaria de figuras públicas y un lamentable suceso de violencia urbana, se conocieron los últimos partes médicos sobre la evolución de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el exgobernador José Luis Gioja y la menor herida en Morón durante la Nochebuena.
Cristina Kirchner: Complicación en el posoperatorio
La expresidenta de la Nación continúa internada en el Sanatorio Otamendi, tras la intervención quirúrgica de urgencia realizada el sábado 20 de diciembre. Aunque la cirugía original fue motivada por un cuadro de apendicitis aguda con peritonitis localizada, el proceso de recuperación sufrió un contratiempo clínico de carácter funcional.
De acuerdo al parte médico emitido el 24 de diciembre, Kirchner presentó un íleo posoperatorio, cuadro que consiste en una parálisis temporal del tránsito intestinal. Según los especialistas, esta condición es una respuesta frecuente ante intervenciones abdominales de alta complejidad y requiere un monitoreo constante. Actualmente, la paciente se encuentra estable, afebril y bajo tratamiento con antibióticos endovenosos. Los facultativos determinaron que permanezca hospitalizada para completar el esquema de medicación y supervisar la reactivación de su sistema digestivo.
José Luis Gioja: Alta médica y recuperación en San Juan
Por su parte, el referente del justicialismo sanjuanino, José Luis Gioja, ha mostrado una evolución clínica favorable tras su internación por un malestar abdominal agudo. El diagnóstico, que inicialmente generó preocupación en su entorno, fue una obstrucción intestinal que fue abordada mediante un tratamiento conservador en una clínica privada de la capital sanjuanina.
A diferencia del cuadro de la expresidenta, Gioja respondió positivamente a los procedimientos sin necesidad de recurrir a una cirugía mayor. Fuentes allegadas al dirigente confirmaron que recibió el alta médica el pasado miércoles 24 de diciembre. El exmandatario provincial pudo pasar la Navidad en su domicilio particular, donde se encuentra descansando con un estado general calificado como «bueno» por su equipo médico de cabecera.
Tragedia en Morón: Estado crítico para la niña herida
En el ámbito policial y social, persiste la conmoción por el estado de salud de la niña de 12 años impactada por una bala perdida en la localidad de Villa Sarmiento, partido de Morón. El incidente ocurrió durante los festejos de Navidad, cuando la menor se encontraba en la vía pública junto a su familia.
El proyectil impactó en la zona de la nuca, provocando un cuadro de extrema gravedad. Actualmente, la menor se encuentra en la Unidad de Terapia Intensiva del Sanatorio de la Trinidad, bajo un diagnóstico de pronóstico reservado. Los profesionales médicos han señalado que las próximas 48 a 72 horas resultarán determinantes para evaluar posibles secuelas neurológicas y la estabilidad general de la paciente. En paralelo, la policía de la provincia de Buenos Aires analiza cámaras de seguridad y registros de denuncias por disparos al aire para identificar al responsable del hecho.
En un país donde el movimiento es la excepción y el estancamiento es la regla, parece que los intestinos de nuestra clase dirigente han decidido mimetizarse con la macroeconomía nacional. El cierre de 2025 nos encuentra analizando partes médicos con la misma intensidad con la que otros pueblos estudian la física cuántica, descubriendo que la política argentina se debate hoy entre el «íleo posoperatorio» y la «obstrucción intestinal». Cristina Fernández de Kirchner, siempre adepta a las permanencias prolongadas, ha decidido que el Sanatorio Otamendi es el lugar ideal para pasar las fiestas, enfrentando una parálisis digestiva que los médicos llaman íleo, pero que en términos militantes bien podría interpretarse como una resistencia épica de sus vísceras contra el avance del régimen alimenticio hospitalario. Resulta irónico que, tras décadas de discurso fluido, sea justamente el tránsito intestinal lo que se le termine plantando al proyecto.
Por otro lado, José Luis Gioja demostró una vez más que el peronismo sanjuanino está hecho de otra madera, o quizás de una fibra más eficiente. Mientras en Buenos Aires el sistema digestivo oficialista se declara en huelga de brazos caídos, el «Flaco» resolvió su obstrucción con la celeridad de quien tiene que llegar a tiempo para el brindis antes de que se acaben las empanadas. Su alta médica el 24 de diciembre es el verdadero milagro de Navidad: logró esquivar el bisturí con un «tratamiento conservador», demostrando que para salir de un embrollo intestinal, a veces solo hace falta la muñeca política de un caudillo que sabe cuándo presionar y cuándo soltar. Gioja ya está en su casa, probablemente analizando la realidad nacional con un caldo de verduras en la mano, mientras el resto del PJ mira con envidia su capacidad de evacuación institucional.
Sin embargo, la cuota de realidad más cruda y menos sarcástica nos llega desde Morón, donde la imbecilidad humana alcanzó su pico máximo de temporada. Mientras algunos se empeñan en celebrar el nacimiento de Jesús lanzando proyectiles al aire como si la ley de gravedad fuera una sugerencia opcional de la Secretaría de Comercio, una niña de 12 años terminó pagando el costo de esa «tradición» prehistórica. No hay ironía que alcance para describir el vacío cerebral de quien dispara al cielo y termina impactando en la nuca de una menor que solo quería mirar fuegos artificiales. Mientras la política discute sus problemas de plomería interna, en una terapia intensiva se libra la única batalla que realmente importa, recordándonos que entre los intestinos de los poderosos y las balas de los idiotas, el sentido común en este país sigue teniendo pronóstico reservado.