Optimismo del FMI: elogios al ajuste y señales de confianza en la economía argentina

Redacción Cuyo News
4 min

La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, realizó declaraciones recientes que alimentan expectativas sobre la relación financiera entre el organismo y Argentina. Según sus propias palabras, el país podría encontrarse ante el “último programa” con el Fondo, en caso de consolidarse el plan de ajuste y fortalecer las reservas.

Decisiones “en breve” y rol de Estados Unidos, BID y BM

Georgieva adelantó que están en marcha negociaciones con Estados Unidos, el Banco Mundial y el BID para definir un paquete de ayuda financiera para Argentina. Entre los mecanismos en estudio aparece la transferencia de Derechos Especiales de Giro (DEG), una herramienta usada en casos críticos para inyectar liquidez.

“Esperamos decisiones sobre el tema en breve”, afirmó al mismo tiempo que elogió las recientes reformas del gobierno de Milei.

Autonomía, reservas y respaldo social

Georgieva sostuvo que uno de los pilares para avanzar es la acumulación de reservas: dijo que cuando Argentina pueda afrontar sus obligaciones de deuda con una posición sólida de reservas, “podrá continuar implementando programas”.

También mencionó su “sueño” de que “Argentina se valga por sí sola”, que tiene “todos los ingredientes para prosperar” si se combinan ajuste, reformas y apoyo político.

En su paso por el Milken Institute, Georgieva comparó experiencias en Europa del Este donde líderes hicieron recortes severos (pensiones, salarios) y aún así fueron reelegidos, siempre que lograron que la ciudadanía comprendiera el porqué del ajuste. Afirmó que en Argentina el éxito del plan dependerá de que “la gente acompañe”.

Reacción de los mercados y riesgos latentes

Las declaraciones optimistas no tuvieron recepción pacífica en los mercados: luego de sus palabras, bonos en dólares cayeron entre 2% y 2,5% y los dólares financieros subieron. El MEP ya se acercaba a $1.540, ampliando la brecha con el oficial.

Para analistas, el riesgo principal es que el ajuste se pierda en la grieta política o que la sociedad no acompañe los sacrificios económicos. Si eso ocurre, lo que tenía que ser el “último programa” podría transformarse en otra etapa de desencanto.

¿Se cierra un capítulo o empieza otro?

Las palabras de Georgieva sugieren que el FMI tiene expectativas altas: pretende que Argentina no dependa eternamente del organismo, pero también exige que los argentinos respalden las políticas. En la previa electoral, ese llamado al consenso también suena como una advertencia: en política, si no hay apoyo social, ni las mejores reformas sobreviven.

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