La Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA) dio inicio este jueves 18 de diciembre a la segunda jornada de su plan de lucha programado para el cierre de 2025. El reclamo, centrado en la falta de respuestas salariales y operativas por parte de la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), amenaza con paralizar el tráfico aéreo en una de las quincenas de mayor movimiento del año.
De acuerdo con los datos suministrados por Aerolíneas Argentinas, el impacto de las medidas de fuerza ha sido significativo desde el primer día. Hasta el momento, se registraron 67 demoras que perjudicaron a 7.472 pasajeros, a lo que se sumaron 25 adelantamientos de vuelos que involucraron a otras 3.100 personas. En total, la cifra de pasajeros afectados asciende a 11.000, con 94 vuelos impactados directamente por la retención de tareas de los controladores.
Situación en Aeroparque Jorge Newbery
La terminal porteña refleja la magnitud del conflicto con una parálisis casi total en los servicios de cabotaje. Según el reporte oficial para este jueves 18, la situación de los vuelos nacionales es la siguiente:
- Partidas: No se encuentran vuelos nacionales programados durante la franja de protesta.
- Arribos: Se mantienen operativos únicamente los vuelos internacionales o tramos específicos categorizados como exceptuados, tales como los provenientes de Lima (LA2380), San Pablo (LA8034) y Río de Janeiro (AR1265).
- Vuelos de cabotaje en espera: Los servicios provenientes de El Calafate (AR1895) y Ushuaia (AR1883) figuran con estado programado, aunque sujetos a las restricciones operativas de la jornada.
Conflicto en ascenso
El calendario de acción sindical de ATEPSA prevé continuar con las medidas de fuerza durante las últimas dos semanas de diciembre, lo que genera una gran incertidumbre para los viajeros que planean trasladarse durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Desde el gremio sostienen que la medida es consecuencia directa del agotamiento de las instancias de diálogo con EANA, mientras que las empresas aéreas intentan mitigar el impacto mediante reprogramaciones constantes que, según denuncian los usuarios, resultan insuficientes ante la magnitud del paro de controladores.
<p>La Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA) cumple este jueves 18 su segunda jornada de protesta nacional ante el conflicto con la empresa EANA. La medida, que se extenderá durante el resto de diciembre, ha provocado demoras y reprogramaciones que ya alcanzan a 11.000 pasajeros. El Aeroparque Jorge Newbery registra una parálisis total en partidas nacionales.</p>
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
Si usted hoy pensaba tomarse un avión para escapar del calor o de sus parientes, lamento informarle que los controladores aéreos de ATEPSA tienen otros planes para sus vacaciones. En medio de una pulseada con EANA que tiene más capítulos que una novela turca, el sindicato activó la segunda fase de su «calendario de adviento sindical», transformando los aeropuertos en salas de espera gigantes donde el único despegue garantizado es el de los niveles de cortisol de los pasajeros. Aerolíneas Argentinas ya sacó la calculadora y los números son para llorar: 11.000 personas quedaron varadas, mirando el techo y preguntándose si el «espíritu navideño» incluye dormir sobre una valija en Aeroparque.
La situación en el Jorge Newbery es digna de una película de post-apocalipsis: el tablero de partidas nacionales está más vacío que la cuenta bancaria después de pagar el aguinaldo. Mientras tanto, los «exceptuados» de LATAM y Aerolíneas que vienen de Lima o San Pablo aterrizan como naves espaciales en un planeta desierto, ante la mirada envidiosa de los que tenían que ir a El Calafate y terminaron tomando mate en el patio de comidas. El gremio ya avisó que esto sigue hasta fin de año, así que si Papá Noel no tiene el plan de vuelo aprobado por los controladores, es muy probable que los regalos lleguen por encomienda terrestre o, con suerte, para Reyes.
Lo más fascinante es la precisión quirúrgica del daño: 67 demoras y 25 adelantamientos que parecen una coreografía de la confusión organizada. ATEPSA reclama respuestas y la empresa estatal EANA responde con un silencio que se escucha hasta en la estratósfera. En este juego del «quién parpadea primero», los únicos que pierden son los 11.000 ciudadanos que ahora saben exactamente cuántas baldosas tiene el hall central de la terminal. Si el conflicto sigue así, para el 24 de diciembre el único vuelo que vamos a ver en Argentina es el de las moscas sobre los pan dulces que quedaron atrapados en la bodega.
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
La Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (ATEPSA) dio inicio este jueves 18 de diciembre a la segunda jornada de su plan de lucha programado para el cierre de 2025. El reclamo, centrado en la falta de respuestas salariales y operativas por parte de la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), amenaza con paralizar el tráfico aéreo en una de las quincenas de mayor movimiento del año.
De acuerdo con los datos suministrados por Aerolíneas Argentinas, el impacto de las medidas de fuerza ha sido significativo desde el primer día. Hasta el momento, se registraron 67 demoras que perjudicaron a 7.472 pasajeros, a lo que se sumaron 25 adelantamientos de vuelos que involucraron a otras 3.100 personas. En total, la cifra de pasajeros afectados asciende a 11.000, con 94 vuelos impactados directamente por la retención de tareas de los controladores.
Situación en Aeroparque Jorge Newbery
La terminal porteña refleja la magnitud del conflicto con una parálisis casi total en los servicios de cabotaje. Según el reporte oficial para este jueves 18, la situación de los vuelos nacionales es la siguiente:
- Partidas: No se encuentran vuelos nacionales programados durante la franja de protesta.
- Arribos: Se mantienen operativos únicamente los vuelos internacionales o tramos específicos categorizados como exceptuados, tales como los provenientes de Lima (LA2380), San Pablo (LA8034) y Río de Janeiro (AR1265).
- Vuelos de cabotaje en espera: Los servicios provenientes de El Calafate (AR1895) y Ushuaia (AR1883) figuran con estado programado, aunque sujetos a las restricciones operativas de la jornada.
Conflicto en ascenso
El calendario de acción sindical de ATEPSA prevé continuar con las medidas de fuerza durante las últimas dos semanas de diciembre, lo que genera una gran incertidumbre para los viajeros que planean trasladarse durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Desde el gremio sostienen que la medida es consecuencia directa del agotamiento de las instancias de diálogo con EANA, mientras que las empresas aéreas intentan mitigar el impacto mediante reprogramaciones constantes que, según denuncian los usuarios, resultan insuficientes ante la magnitud del paro de controladores.
Si usted hoy pensaba tomarse un avión para escapar del calor o de sus parientes, lamento informarle que los controladores aéreos de ATEPSA tienen otros planes para sus vacaciones. En medio de una pulseada con EANA que tiene más capítulos que una novela turca, el sindicato activó la segunda fase de su «calendario de adviento sindical», transformando los aeropuertos en salas de espera gigantes donde el único despegue garantizado es el de los niveles de cortisol de los pasajeros. Aerolíneas Argentinas ya sacó la calculadora y los números son para llorar: 11.000 personas quedaron varadas, mirando el techo y preguntándose si el «espíritu navideño» incluye dormir sobre una valija en Aeroparque.
La situación en el Jorge Newbery es digna de una película de post-apocalipsis: el tablero de partidas nacionales está más vacío que la cuenta bancaria después de pagar el aguinaldo. Mientras tanto, los «exceptuados» de LATAM y Aerolíneas que vienen de Lima o San Pablo aterrizan como naves espaciales en un planeta desierto, ante la mirada envidiosa de los que tenían que ir a El Calafate y terminaron tomando mate en el patio de comidas. El gremio ya avisó que esto sigue hasta fin de año, así que si Papá Noel no tiene el plan de vuelo aprobado por los controladores, es muy probable que los regalos lleguen por encomienda terrestre o, con suerte, para Reyes.
Lo más fascinante es la precisión quirúrgica del daño: 67 demoras y 25 adelantamientos que parecen una coreografía de la confusión organizada. ATEPSA reclama respuestas y la empresa estatal EANA responde con un silencio que se escucha hasta en la estratósfera. En este juego del «quién parpadea primero», los únicos que pierden son los 11.000 ciudadanos que ahora saben exactamente cuántas baldosas tiene el hall central de la terminal. Si el conflicto sigue así, para el 24 de diciembre el único vuelo que vamos a ver en Argentina es el de las moscas sobre los pan dulces que quedaron atrapados en la bodega.