El Gobierno nacional oficializó la designación de Darío Wasserman y Carolina Píparo como Presidente y Directora, respectivamente, del Banco de la Nación Argentina (BNA). La medida, que reconfigura la cúpula de la entidad financiera estatal, implica que a partir de ahora ambos funcionarios percibirán un sueldo que roza los 3 millones de pesos, una cifra que, aunque significativa para el promedio de la economía doméstica, se mantiene por debajo del salario del presidente Javier Milei y lejos de las remuneraciones habituales para un cargo directivo en la banca privada.
La designación de Píparo como nueva directora quedó formalizada mediante el decreto 907/2025 publicado este martes en el Boletín Oficial, mientras que el puesto de Wasserman fue ratificado mediante el Decreto 903/2025.
Los números de la cúpula del BNA
La discusión sobre los ingresos de los funcionarios públicos volvió al centro de la escena tras confirmarse los montos. En octubre, el presidente del Banco Nación percibió $2.928.179,21 netos, según confirmaron desde la propia entidad a través de sus canales de comunicación. Ante las consultas, desde el organismo aclararon: «Los sueldos de los directores del BNA están topeados, conforme a los límites establecidos para los funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional».
De esta manera, el titular de la entidad bancaria estatal cobrará nuevamente el mismo valor, ya que se encuentra alcanzado por los límites salariales impuestos a los funcionarios del Ejecutivo. Cabe recordar que los sueldos del gabinete se encuentran congelados desde que asumió la gestión de La Libertad Avanza.
Esta situación responde a una decisión administrativa tomada a mediados del año pasado, cuando el Gobierno decidió anular, a través del decreto 235/24, el último aumento del 48% que se había otorgado al Presidente y a los cargos jerárquicos. Como consecuencia, se retrotrajeron los valores a los vigentes al 31 de diciembre de 2023, desvinculando así los aumentos de la planta política de la homologación de los acuerdos paritarios de los trabajadores del Estado.
Carolina Píparo y la comparación salarial
En cuanto a la remuneración específica de la diputada nacional con mandato cumplido y ahora directora, fuentes de la entidad señalaron que el sueldo de un directivo del Banco es cercano al del presidente del BNA, con una diferencia de alrededor de $100.000. Por lo tanto, se estima que Píparo cobrará alrededor de $2.800.000.
Para poner en contexto estas cifras, el salario que recibirán tanto Píparo como Wasserman equivale a casi 9 salarios mínimos, considerando que el monto del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) de diciembre fue de $334.800. Asimismo, la cifra representará casi el doble del salario promedio del RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables), que en octubre se ubicó en $1.593.047.
Las estadísticas del INDEC ofrecen un contraste aún más marcado: la mitad de las personas ocupadas en Argentina recibe ingresos por menos de $800.000. Mientras que el promedio de los trabajadores asalariados privados registrados cobra $1.181.649, el salario promedio de un empleado no registrado desciende a $535.802. En este escenario, los directivos del Banco Nación reciben hasta tres veces más que el promedio de un empleado del sector privado formal.
<p>El Gobierno nacional oficializó mediante decretos las designaciones de Darío Wasserman como presidente y Carolina Píparo como directora del Banco de la Nación Argentina (BNA). Ambos funcionarios percibirán salarios cercanos a los 3 millones de pesos, montos que se encuentran «topeados» según la normativa del Poder Ejecutivo, pero que representan casi nueve veces el Salario Mínimo, Vital y Móvil vigente.</p>
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
En un giro narrativo digno de una serie de Netflix con guionistas inestables, Carolina Píparo ha pasado de ser la «traidora» número uno en la lista negra de las Fuerzas del Cielo a convertirse en directora del banco más grande del país. Es conmovedor ver cómo la política argentina permite estas reconciliaciones tan profundas, donde las ofensas de ayer se curan con un decreto en el Boletín Oficial y un sueldo de casi 3 millones de pesos. Al final, parece que la «tabula rasa» no era solo una metáfora filosófica, sino un formulario de recursos humanos que se llena cuando hace falta cubrir un cargo estratégico. Wasserman y Píparo asumen ahora la titánica tarea de manejar el Banco Nación con sueldos que, según nos aclaran con lágrimas en los ojos, están «topeados».
Es fascinante la relatividad de los números en la gestión pública. Nos explican que estos salarios están «congelados» y muy por debajo de lo que ganaría un CEO en la banca privada, lo cual es técnicamente cierto. Sin embargo, explicarle a un jubilado que cobra la mínima o a un monotributista categoría A que tres millones de pesos es un acto de «austeridad patriótica» requiere de una gimnasia retórica nivel olímpico. Para el mercado financiero, esa cifra es propina; para el 90% de los argentinos, es el premio mayor de la lotería. La designación llega para confirmar que la casta tiene una definición dinámica: si estás afuera, sos casta; si estás adentro y firmás el decreto, sos un héroe de la libertad cobrando un sueldo deprimido por la burocracia.
Lo cierto es que mientras el resto de los mortales hace cuentas para ver si llega al asado de fin de año (o al menos a la tira de asado del medio), los nuevos directivos tendrán el consuelo de saber que sus ingresos equivalen a nueve salarios mínimos. Es un sacrificio enorme, lo sabemos, tener que lidiar con la macroeconomía ganando apenas el doble que el promedio de los trabajadores registrados más afortunados. Desde aquí les enviamos fuerzas para afrontar esta dura realidad de ingresos fijos en un país donde la estabilidad es tan frecuente como un día sin humedad en Buenos Aires. Ojalá que la «motosierra» no se confunda y pode el árbol equivocado, porque ahora que Píparo volvió al redil, hay que cuidarla como a los dólares del Central.
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
El Gobierno nacional oficializó la designación de Darío Wasserman y Carolina Píparo como Presidente y Directora, respectivamente, del Banco de la Nación Argentina (BNA). La medida, que reconfigura la cúpula de la entidad financiera estatal, implica que a partir de ahora ambos funcionarios percibirán un sueldo que roza los 3 millones de pesos, una cifra que, aunque significativa para el promedio de la economía doméstica, se mantiene por debajo del salario del presidente Javier Milei y lejos de las remuneraciones habituales para un cargo directivo en la banca privada.
La designación de Píparo como nueva directora quedó formalizada mediante el decreto 907/2025 publicado este martes en el Boletín Oficial, mientras que el puesto de Wasserman fue ratificado mediante el Decreto 903/2025.
Los números de la cúpula del BNA
La discusión sobre los ingresos de los funcionarios públicos volvió al centro de la escena tras confirmarse los montos. En octubre, el presidente del Banco Nación percibió $2.928.179,21 netos, según confirmaron desde la propia entidad a través de sus canales de comunicación. Ante las consultas, desde el organismo aclararon: «Los sueldos de los directores del BNA están topeados, conforme a los límites establecidos para los funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional».
De esta manera, el titular de la entidad bancaria estatal cobrará nuevamente el mismo valor, ya que se encuentra alcanzado por los límites salariales impuestos a los funcionarios del Ejecutivo. Cabe recordar que los sueldos del gabinete se encuentran congelados desde que asumió la gestión de La Libertad Avanza.
Esta situación responde a una decisión administrativa tomada a mediados del año pasado, cuando el Gobierno decidió anular, a través del decreto 235/24, el último aumento del 48% que se había otorgado al Presidente y a los cargos jerárquicos. Como consecuencia, se retrotrajeron los valores a los vigentes al 31 de diciembre de 2023, desvinculando así los aumentos de la planta política de la homologación de los acuerdos paritarios de los trabajadores del Estado.
Carolina Píparo y la comparación salarial
En cuanto a la remuneración específica de la diputada nacional con mandato cumplido y ahora directora, fuentes de la entidad señalaron que el sueldo de un directivo del Banco es cercano al del presidente del BNA, con una diferencia de alrededor de $100.000. Por lo tanto, se estima que Píparo cobrará alrededor de $2.800.000.
Para poner en contexto estas cifras, el salario que recibirán tanto Píparo como Wasserman equivale a casi 9 salarios mínimos, considerando que el monto del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) de diciembre fue de $334.800. Asimismo, la cifra representará casi el doble del salario promedio del RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables), que en octubre se ubicó en $1.593.047.
Las estadísticas del INDEC ofrecen un contraste aún más marcado: la mitad de las personas ocupadas en Argentina recibe ingresos por menos de $800.000. Mientras que el promedio de los trabajadores asalariados privados registrados cobra $1.181.649, el salario promedio de un empleado no registrado desciende a $535.802. En este escenario, los directivos del Banco Nación reciben hasta tres veces más que el promedio de un empleado del sector privado formal.
En un giro narrativo digno de una serie de Netflix con guionistas inestables, Carolina Píparo ha pasado de ser la «traidora» número uno en la lista negra de las Fuerzas del Cielo a convertirse en directora del banco más grande del país. Es conmovedor ver cómo la política argentina permite estas reconciliaciones tan profundas, donde las ofensas de ayer se curan con un decreto en el Boletín Oficial y un sueldo de casi 3 millones de pesos. Al final, parece que la «tabula rasa» no era solo una metáfora filosófica, sino un formulario de recursos humanos que se llena cuando hace falta cubrir un cargo estratégico. Wasserman y Píparo asumen ahora la titánica tarea de manejar el Banco Nación con sueldos que, según nos aclaran con lágrimas en los ojos, están «topeados».
Es fascinante la relatividad de los números en la gestión pública. Nos explican que estos salarios están «congelados» y muy por debajo de lo que ganaría un CEO en la banca privada, lo cual es técnicamente cierto. Sin embargo, explicarle a un jubilado que cobra la mínima o a un monotributista categoría A que tres millones de pesos es un acto de «austeridad patriótica» requiere de una gimnasia retórica nivel olímpico. Para el mercado financiero, esa cifra es propina; para el 90% de los argentinos, es el premio mayor de la lotería. La designación llega para confirmar que la casta tiene una definición dinámica: si estás afuera, sos casta; si estás adentro y firmás el decreto, sos un héroe de la libertad cobrando un sueldo deprimido por la burocracia.
Lo cierto es que mientras el resto de los mortales hace cuentas para ver si llega al asado de fin de año (o al menos a la tira de asado del medio), los nuevos directivos tendrán el consuelo de saber que sus ingresos equivalen a nueve salarios mínimos. Es un sacrificio enorme, lo sabemos, tener que lidiar con la macroeconomía ganando apenas el doble que el promedio de los trabajadores registrados más afortunados. Desde aquí les enviamos fuerzas para afrontar esta dura realidad de ingresos fijos en un país donde la estabilidad es tan frecuente como un día sin humedad en Buenos Aires. Ojalá que la «motosierra» no se confunda y pode el árbol equivocado, porque ahora que Píparo volvió al redil, hay que cuidarla como a los dólares del Central.