La boda de María Sol Messi, hermana menor de Lionel Messi, quedó suspendida de manera abrupta debido a un serio incidente de salud que afectó a la diseñadora en las últimas horas. El evento, que estaba programado para realizarse el próximo 3 de enero en la ciudad de Rosario y que prometía reunir a la familia completa del capitán de la Selección Argentina, deberá esperar indefinidamente.
La información fue confirmada por el periodista Ángel de Brito, quien mantuvo un diálogo directo con Celia Cuccittini, madre de la joven. Según los detalles brindados, María Sol sufrió una descompensación mientras se encontraba al volante de su vehículo, situación que derivó en un accidente con consecuencias físicas de consideración.
Detalles del accidente y estado de salud
El episodio encendió todas las alarmas en el entorno del astro futbolístico. Tras perder el control del rodado, la hermana del futbolista fue asistida de urgencia y sometida a una batería de estudios médicos que arrojaron un diagnóstico complejo: se fracturó dos vértebras y sufrió quemaduras, además de presentar una lesión en la muñeca y una fractura en el talón.
A pesar de la gravedad de las lesiones, la familia llevó tranquilidad sobre su estado general. “Ella está bien, ya está en Argentina”, aseguró Celia a los medios, confirmando que la diseñadora se encuentra fuera de peligro y ya ha iniciado su proceso de rehabilitación en Rosario, contenida por su círculo íntimo. Sin embargo, el cuadro clínico obliga a un reposo absoluto y una recuperación prolongada, lo que resulta incompatible con la celebración de un casamiento en el corto plazo.
Suspensión del evento y hermetismo familiar
El accidente habría tenido lugar en Miami, ciudad donde María Sol residía temporalmente antes de su viaje programado a Argentina para las festividades y los preparativos finales de su enlace con Julián “Tuli” Arellano, entrenador del Inter Miami. Aunque no trascendieron precisiones oficiales sobre la mecánica exacta del siniestro, la familia optó por mantener un estricto hermetismo para preservar la privacidad de la joven.
La decisión de postergar indefinidamente el casamiento fue inmediata. La ceremonia estaba planeada con un perfil bajo y de carácter estrictamente familiar, distanciándose del despliegue mediático que caracterizó la boda de Lionel Messi y Antonela Roccuzzo en 2017. El propio capitán de la Selección tenía en su agenda permanecer unos días en el país para acompañar a su hermana en este momento trascendental, antes de reincorporarse a los entrenamientos de su club en Estados Unidos.
<p>María Sol Messi, hermana del capitán de la Selección Argentina, debió suspender indefinidamente su boda prevista para el 3 de enero en Rosario tras sufrir un grave accidente automovilístico. Según confirmó su madre, Celia Cuccittini, la diseñadora se descompensó mientras conducía, lo que le provocó fracturas en dos vértebras y diversas lesiones que requieren una prolongada recuperación.</p>
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
Parece que el universo conspira activamente para que la «Scaloneta familiar» no tenga ni un minuto de paz y sosiego. Justo cuando pensábamos que la única preocupación de los Messi para este verano sería elegir entre vitel toné o ensalada rusa, el destino decide meter un volantazo —literal y trágico— en la vida de María Sol. Organizar un casamiento es, por definición, una de las torturas medievales más aceptadas socialmente: tenés que lidiar con la lista de invitados, el DJ que insiste con poner música electrónica a las tres de la tarde y la tía que se queja del centro de mesa. Pero María Sol decidió —involuntariamente, claro está— elevar la vara de las excusas para posponer el evento. Nada de «estoy estresada» o «el vestido no me cierra»; ella fue directo a «me desmayé manejando, rompí el auto y me fracturé dos vértebras». Eso es poner el cuerpo por la causa de no casarse, o al menos, de no hacerlo bajo presión.
La noticia cayó como un balde de agua helada en pleno enero rosarino. Imaginate ser Julián «Tuli» Arellano, el novio: pasás de estar probándote el traje y visualizando la fiesta del año, a tener que cancelar todo y convertirte en enfermero full time. Y ni hablar de los invitados, que ya tenían el outfit listo y ahora tienen que volver a colgar el vestido de gala en el ropero mientras miran la tarjeta de invitación con melancolía. Lo cierto es que, con fracturas en la columna y quemaduras, la pobre María Sol cambió la marcha nupcial por la marcha de la rehabilitación kinesiológica. Dicen que el perfil bajo es el sello de la familia, pero suspender una boda a días de la fecha por un accidente de esta magnitud es, lamentablemente, la forma más ruidosa de pedir un tiempo fuera. Ahora, en lugar de arroz y brindis, habrá reposo absoluto y analgésicos, demostrando una vez más que ser hermana del 10 no te da inmunidad diplomática contra la ley de Murphy.
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
La boda de María Sol Messi, hermana menor de Lionel Messi, quedó suspendida de manera abrupta debido a un serio incidente de salud que afectó a la diseñadora en las últimas horas. El evento, que estaba programado para realizarse el próximo 3 de enero en la ciudad de Rosario y que prometía reunir a la familia completa del capitán de la Selección Argentina, deberá esperar indefinidamente.
La información fue confirmada por el periodista Ángel de Brito, quien mantuvo un diálogo directo con Celia Cuccittini, madre de la joven. Según los detalles brindados, María Sol sufrió una descompensación mientras se encontraba al volante de su vehículo, situación que derivó en un accidente con consecuencias físicas de consideración.
Detalles del accidente y estado de salud
El episodio encendió todas las alarmas en el entorno del astro futbolístico. Tras perder el control del rodado, la hermana del futbolista fue asistida de urgencia y sometida a una batería de estudios médicos que arrojaron un diagnóstico complejo: se fracturó dos vértebras y sufrió quemaduras, además de presentar una lesión en la muñeca y una fractura en el talón.
A pesar de la gravedad de las lesiones, la familia llevó tranquilidad sobre su estado general. “Ella está bien, ya está en Argentina”, aseguró Celia a los medios, confirmando que la diseñadora se encuentra fuera de peligro y ya ha iniciado su proceso de rehabilitación en Rosario, contenida por su círculo íntimo. Sin embargo, el cuadro clínico obliga a un reposo absoluto y una recuperación prolongada, lo que resulta incompatible con la celebración de un casamiento en el corto plazo.
Suspensión del evento y hermetismo familiar
El accidente habría tenido lugar en Miami, ciudad donde María Sol residía temporalmente antes de su viaje programado a Argentina para las festividades y los preparativos finales de su enlace con Julián “Tuli” Arellano, entrenador del Inter Miami. Aunque no trascendieron precisiones oficiales sobre la mecánica exacta del siniestro, la familia optó por mantener un estricto hermetismo para preservar la privacidad de la joven.
La decisión de postergar indefinidamente el casamiento fue inmediata. La ceremonia estaba planeada con un perfil bajo y de carácter estrictamente familiar, distanciándose del despliegue mediático que caracterizó la boda de Lionel Messi y Antonela Roccuzzo en 2017. El propio capitán de la Selección tenía en su agenda permanecer unos días en el país para acompañar a su hermana en este momento trascendental, antes de reincorporarse a los entrenamientos de su club en Estados Unidos.
Parece que el universo conspira activamente para que la «Scaloneta familiar» no tenga ni un minuto de paz y sosiego. Justo cuando pensábamos que la única preocupación de los Messi para este verano sería elegir entre vitel toné o ensalada rusa, el destino decide meter un volantazo —literal y trágico— en la vida de María Sol. Organizar un casamiento es, por definición, una de las torturas medievales más aceptadas socialmente: tenés que lidiar con la lista de invitados, el DJ que insiste con poner música electrónica a las tres de la tarde y la tía que se queja del centro de mesa. Pero María Sol decidió —involuntariamente, claro está— elevar la vara de las excusas para posponer el evento. Nada de «estoy estresada» o «el vestido no me cierra»; ella fue directo a «me desmayé manejando, rompí el auto y me fracturé dos vértebras». Eso es poner el cuerpo por la causa de no casarse, o al menos, de no hacerlo bajo presión.
La noticia cayó como un balde de agua helada en pleno enero rosarino. Imaginate ser Julián «Tuli» Arellano, el novio: pasás de estar probándote el traje y visualizando la fiesta del año, a tener que cancelar todo y convertirte en enfermero full time. Y ni hablar de los invitados, que ya tenían el outfit listo y ahora tienen que volver a colgar el vestido de gala en el ropero mientras miran la tarjeta de invitación con melancolía. Lo cierto es que, con fracturas en la columna y quemaduras, la pobre María Sol cambió la marcha nupcial por la marcha de la rehabilitación kinesiológica. Dicen que el perfil bajo es el sello de la familia, pero suspender una boda a días de la fecha por un accidente de esta magnitud es, lamentablemente, la forma más ruidosa de pedir un tiempo fuera. Ahora, en lugar de arroz y brindis, habrá reposo absoluto y analgésicos, demostrando una vez más que ser hermana del 10 no te da inmunidad diplomática contra la ley de Murphy.