Un «difunto» irrumpió en plena ceremonia de su velorio diciendo «Estoy vivo»

Redacción Cuyo News
6 min

La localidad tucumana de Villa Carmela fue escenario de un hecho insólito que se viralizó en las últimas horas: un joven de 22 años irrumpió en su propio velorio al grito de “¡estoy vivo!”, provocando una mezcla de gritos, lágrimas y confusión entre familiares, amigos y vecinos.

El error de identificación

El episodio comenzó el jueves 18 de septiembre, cuando un joven fue arrollado por un camión en las inmediaciones del Puente Negro, en Alderetes. La causa fue caratulada inicialmente como homicidio culposo, aunque las pericias apuntaban a un posible suicidio. Al día siguiente, una mujer se presentó en la comisaría y reconoció el cuerpo como el de su hijo por la vestimenta y rasgos físicos. Sin realizar estudios de ADN ni cotejo de huellas, la Justicia autorizó la entrega de los restos.

Con ese aval, la familia organizó el velorio en su casa de Villa Carmela, pero el giro inesperado llegó cuando el supuesto fallecido apareció en la puerta, interrumpiendo la ceremonia.

“¡Estoy vivo!”: la escena que nadie esperaba

En pleno velorio, el joven ingresó al lugar y sorprendió a todos con un grito: “¡Estoy vivo!”. Los asistentes reaccionaron entre lágrimas, abrazos y corridas. La madre, en estado de shock, lo abrazó sin poder creer lo que veía. El fiscal Carlos Sale intervino de inmediato para entrevistarlo.

El joven explicó que había pasado varios días en Alderetes, consumiendo drogas y sin contacto con su familia. “Fue un milagro y una pesadilla”, resumieron sus familiares tras la inesperada aparición.

Un cuerpo sin nombre

El verdadero fallecido aún no fue identificado. Tras el incidente, el fiscal dispuso que el cajón con los restos fuera trasladado nuevamente a la Morgue Judicial, donde permanece a la espera de estudios técnicos.

La referente comunitaria María Laura García expresó que el caso refleja la realidad de muchas familias con jóvenes en situación de adicción: “Es un drama. Uno nunca sabe si están vivos, si van a regresar o qué les puede pasar”.

La Justicia investiga ahora cómo se entregó un cuerpo sin pericias básicas y analiza responsabilidades en la cadena de identificación. Mientras tanto, en Villa Carmela quedará el recuerdo de un velorio interrumpido por un grito que cambió todo: “¡estoy vivo!”.

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