Melbourne inauguró el Mundial de F1, pero Buenos Aires supo ser la sede inicial en 15 ocasiones, con Fangio como máximo ganador con cuatro victorias y Reutemann con la espina de no haber podido festejar nunca en casa.
Melbourne arrancó, pero Buenos Aires supo ser la apertura
La Fórmula 1 rugió en Melbourne para dar inicio a su 75° temporada, con Franco Colapinto como piloto de reserva en Alpine. Si bien Australia albergó la apertura 23 veces, el Autódromo de Buenos Aires supo ser el escenario predilecto con 15 inicios de Mundial.
El Gálvez, testigo de la historia grande
En 1953, con un Autódromo flamante a pedido del General Perón, Alberto Ascari (Ferrari) inauguró el historial con una victoria contundente. Fangio, con problemas en su Maserati, abandonó, mientras que Froilán González se conformó con el tercer puesto. Dato de color: Oscar Gálvez, en su única participación, llegó quinto. ¡Casi como un De la Cruz en el Mundial ’78!
Al año siguiente, Fangio se desquitó en una carrera atípica, corriendo en sentido inverso. Empezó una racha victoriosa: repitió en 1955 con Mercedes-Benz y en 1956 con Ferrari, donde protagonizó una escena digna de Eber Ludueña: tras romper la bomba de nafta, su compañero Luigi Musso le cedió el auto para que ganara y ¡compartió los puntos!
Fangio, el Messi de la época, se consagró en 1957 con Maserati, sumando cuatro triunfos en el circuito porteño. Stirling Moss interrumpió la hegemonía en 1958 y, tras un año sin F1 en Argentina, Bruce McLaren, el fundador de la escudería homónima, se impuso en 1960.
Reutemann, la eterna promesa en casa
Recién en 1972, la F1 regresó al país. Carlos Reutemann deslumbró con la pole en su debut con Brabham. Lamentablemente, como un Riquelme en un Superclásico, la suerte no lo acompañó en las siguientes carreras: abandonó en 1973 y en 1974, liderando hasta la vuelta 51, se despistó a un giro del final. ¿Mufa?
En 1975, llegó al podio, pero la victoria fue para Fittipaldi. Repitió el segundo puesto en 1977 y en 1979, mientras que en 1980, el público vibró con el séptimo puesto de Ricardo Zunino. En 1981, Argentina fue relegada al tercer puesto en el calendario y nunca más volvió a inaugurar el Mundial.
El sueño del regreso, ¿una utopía?
Quedan los recuerdos de una época dorada y la esperanza de que el Autódromo Oscar y Juan Gálvez vuelva a ser escenario de la F1. Se habla de inversiones millonarias y avances en las negociaciones, pero como diría Mostaza Merlo, «paso a paso». Por ahora, solo nos queda el recuerdo y la pregunta que nos hacemos todos los fierreros ¿volveremos a ver a la máxima en casa?
