La tercera edición del Desafío Valle de la Luna volvió a colocar en el centro de la escena a San Juan y a sus deportistas, consolidando el evento como una cita ineludible en el calendario ciclístico nacional. La prueba, que congregó a más de mil participantes, dejó un balance de emociones y destacadas actuaciones, especialmente en las categorías femeninas donde el dominio local fue rotundo.
Dominio sanjuanino en las categorías femeninas
Una vez más, Inés Gutiérrez reafirmó su condición de referente al alzarse con la victoria en la distancia de 65 kilómetros, replicando su triunfo del año anterior. La representante del equipo Venzo lideró la competencia de principio a fin, exhibiendo una performance impecable. El podio femenino de esta exigente prueba se completó con la presencia de Yesica Guzmán, de San Luis, quien obtuvo el segundo puesto, y la también sanjuanina Amira Yanadel, que se ubicó en la tercera posición, demostrando el alto nivel de las ciclistas de la región.
En la distancia de 35 kilómetros, otra sanjuanina se destacó con un rendimiento excepcional. Mariana Bruna Díaz, del equipo La 40, conquistó el primer lugar, demostrando su velocidad y destreza en el recorrido. El segundo escalón del podio fue ocupado por Susana Ingaramo, proveniente de Córdoba, y el tercero por Carla Berón, también de San Juan, sellando así una jornada de éxitos para las ciclistas locales.
Podios masculinos y convocatoria masiva
Entre los varones, la victoria en los 65 kilómetros quedó en manos del cordobés Luis Vázquez. Lo escoltaron en el podio Diego Brito, de La Rioja, y el sanjuanino Héctor Vega, quien logró un meritorio tercer puesto. En la distancia más corta, los 35 kilómetros, el podio fue íntegramente sanjuanino, un reflejo del semillero y la pasión local por el ciclismo. Heber Molina se quedó con el triunfo, acompañado por Matías Cesped y Jorge Torres en el segundo y tercer lugar, respectivamente.
Más de mil ciclistas de diversas provincias del país participaron en esta edición especial del Desafío Valle de la Luna, que ofreció como gran atractivo una largada al atardecer. Este particular horario permitió a los competidores y espectadores disfrutar de la majestuosidad del Parque Ischigualasto bajo una luz inigualable, transformando la jornada deportiva en una experiencia natural memorable. San Juan, con su imponente geografía y su compromiso con el deporte, volvió a ser el escenario perfecto para un evento de esta magnitud.
