Franco Armani, a pesar de un arranque con pifia, se convirtió en la muralla de River en el Apertura 2025. El Pulpo demostró que la edad es solo un número y que sigue vigente bajo los tres palos del Monumental.
Armani, el Pulpo que no se achica: De la pifia al Olimpo en River
Tras un arranque de campeonato pa’l olvido con un blooper insólito contra Platense, Franco Armani, el eterno guardián del arco millonario, resurgió como el ave fénix. El Pulpo, como le dicen los hinchas, se puso el equipo al hombro y se convirtió en figura indiscutida de River en el Apertura 2025. ¿Se acuerdan del Bambino Veira y sus frases épicas? Bueno, Armani parece haber tomado nota: «Lo importante es reponerse a los errores».
Un Pulpo con estadísticas de otro planeta
Desde aquel traspié inicial, Armani se transformó en un muro impenetrable. Seis fechas sin goles en contra, con un promedio de 3,3 atajadas por partido, 23 tapadas en total –10 de adentro del área y 13 de afuera–. Números que lo pintan de cuerpo entero. Un tipo que a los 38 años (casi 39, bah) demuestra que la experiencia y la jerarquía no se negocian. Como decía el gran Mostaza Merlo, “paso a paso”. Y Armani, paso a paso, se consolidó como el único jugador del plantel que disputó los 630 minutos del campeonato. ¡Un tractorcito!
Armani: ¿El sucesor tiene sucesor?
Con la llegada de Jeremías Ledesma se empezó a hablar de la sucesión en el arco de River. Pero, ¿quién puede reemplazar a un arquero campeón del mundo, con diez títulos en el club y 27 en su carrera? El Pato Fillol dice que el arco de River es “el más grande del mundo” y, la verdad, con Armani ahí parado, parece que tiene razón. El Pulpo tiene contrato hasta diciembre de 2026 y, viendo su nivel, uno se pregunta: ¿el sucesor necesita un sucesor?
River Plate –
Armani y Paulo Díaz salvaron a River
Un repaso por las tapadas del Pulpo
Y el gol que le hicieron… ¿fue culpa del Pulpo?
Bueno, hasta el Diego se comía algún caño de vez en cuando. ¿O acaso nos olvidamos del gol de Camerún en Italia 90? La cuestión es que Armani, como buen caudillo, se levantó, se sacudió el polvo y siguió adelante. Y eso, amigos, es lo que lo hace grande. Porque como decía el Bambino: «El fútbol es así, de gambetas y errores».