Esequiel Barco, ex River, desmintió haber insultado a Guillermo Barros Schelotto tras la presentación del Mellizo en Vélez. El jugador alegó que sus redes sociales fueron hackeadas y que los mensajes no fueron escritos por él ni por nadie de su entorno.
¿Barco vs. el Melli? Un hackeo que trajo más dudas que certezas
Luego de que Guillermo Barros Schelotto fuera presentado como el nuevo DT de Vélez, el mundo del fútbol se vio sacudido por una serie de insultos dirigidos hacia él, aparentemente provenientes de la cuenta de Instagram de Esequiel Barco, ex jugador de River. Mensajes como «La concha de madre» y «chúpame la melliso» inundaron las redes, generando un revuelo bárbaro, como si el Kun Agüero hubiese vuelto a las canchas para patear un penal decisivo.
Horas más tarde, Barco, cual campeón remontando un partido adverso, salió a aclarar la situación a través de un comunicado en sus redes sociales. «Acabo de recuperar el manejo de todas mis cuentas en mis redes sociales luego de varias horas en las que fui víctima de un hackeo», afirmó el jugador. «Quiero manifestar que las expresiones respecto al Sr. Guillermo Barros Schelotto no fueron realizadas por mi persona ni nadie de mi entorno y que no comparto nada de las mismas. Es más, las rechazo plenamente», agregó, con la contundencia de un cabezazo de Palermo en el último minuto.
El jugador, actualmente en Rusia, aseguró que sus abogados tanto en ese país como en Argentina ya están trabajando para identificar al responsable del hackeo. Incluso, como si fuese un pase magistral de Riquelme, Barco aprovechó para «saludar a Guillermo y todo su cuerpo técnico y desearle el mayor de los éxitos en su nueva etapa como entrenador de Vélez». Un gesto digno de un verdadero crack, ¿o no?
El historial entre Barco y el Melli: ¿pica o simple coincidencia?
Si bien Barco y Barros Schelotto se han enfrentado en la cancha en un par de ocasiones – una con Independiente en la Bombonera en 2017 y otra con Atlanta United contra Los Angeles Galaxy en 2019 –, no hay registros de enfrentamientos o polémicas entre ellos. Uno podría pensar que esto es como un partido entre Boca y River, donde la tensión se corta con cuchillo, pero en este caso, parecía más un amistoso de pretemporada.
La versión del hackeo, aunque plausible, deja un sabor amargo, como una derrota en la final de la Libertadores. ¿Habrá sido realmente un ciberataque o una estrategia para desviar la atención? Como diría el Bambino Veira, «es fútbol, muchachos», y en el fútbol, todo puede pasar. Lo cierto es que este episodio, más allá de la aclaración del jugador, deja abierta la puerta a la especulación y promete seguir dando que hablar en el mundo futbolero.
