Miguel Borja, el delantero de River, tuvo una noche para el olvido frente a Atlético Tucumán, errando varias situaciones claras de gol. A pesar de la victoria agónica del Millonario, el colombiano recurrió a una frase de Michael Jordan en redes sociales para reflexionar sobre su rendimiento.
Borja y una noche que ni el Beto Alonso olvidaría: ¿Mufa o mala puntería?
La noche en el Monumental arrancó con silbidos para Miguel Borja, cual si fuera el mismísimo Caniggia volviendo a la Bombonera con la camiseta de River. La hinchada, todavía con la mufa de la final perdida contra Talleres, le hizo sentir el rigor al colombiano. Y él, como si fuera un boxeador grogui, respondió con una actuación digna de un capítulo de «La Máquina de Hacer Pájaros».
River dominó a Atlético Tucumán de principio a fin, con un juego que por momentos nos recordó al Barcelona de Guardiola… pero con la puntería del Bambino Veira en sus últimos años. Y en el centro de la escena, Borja. El delantero tuvo más chances de gol que goles tiene Palermo en su carrera, pero no hubo caso. Ocho situaciones claras, ocho veces que la pelota le dijo que no. Algunas eran tan fáciles, que hasta el Enzo Pérez de mitad de cancha las metía.
«He fallado una y otra vez en mi vida. Por eso he tenido éxito» – Michael Jordan (y Miguel Borja)
Después del partido, que River ganó 1-0 con un gol agónico de Colidio –que entró como el Pity Martínez en Madrid-, Borja se refugió en las redes sociales. Y como si fuera un filósofo griego –pero con botines-, citó a Michael Jordan: «He fallado una y otra vez en mi vida. Por eso he tenido éxito». ¿Será que el Colibrí está aplicando la filosofía Jordan para salir de la mala racha? Habrá que ver si la próxima fecha, en lugar de errar goles, emboca un triple desde la mitad de la cancha como hacía Su Majestad.
Uno se pregunta, ¿es solo mala suerte o hay algo más? ¿Necesita un psicólogo deportivo o un curandero que le saque la yeta? Lo cierto es que el hincha de River, que es como el Chavo del 8, siempre quiere más. Y si Borja no mete goles, la paciencia se agota más rápido que un feriado puente.
La pregunta que queda flotando en el aire es: ¿podrá Borja revertir esta situación y convertirse en el goleador que River necesita? O seguiremos viendo al Colibrí volar sin rumbo fijo, como un barrilete cósmico en un día sin viento? Solo el tiempo –y los goles – lo dirán.
