El inicio del Torneo Apertura 2025 expuso el preocupante estado de muchos campos de juego en el fútbol argentino. La Liga Profesional (LPF) advirtió que podría cambiar sedes e imponer sanciones si los estadios no cumplen con los estándares. Casos puntuales como el del José Amalfitani de Vélez y el Minella de Mar del Plata, muestran las consecuencias de eventos no deportivos en el césped. Racing, por su parte, renovó el césped del Cilindro tras un año de problemas.
El Torneo Apertura 2025 arrancó con el pie izquierdo, al menos para los que amamos ver el fútbol como debe ser. Más allá de los goles y las estrategias, una sombra se posó sobre la cancha: el estado calamitoso de muchos campos de juego. Sí, la pelota rodó, pero en muchos casos, parecía más un potrero que un estadio de primera. Y acá no estamos para ver un picadito entre amigos, señores.
Se disputaron 21 partidos y en varios de ellos, el césped daba pena. No era solo un tema estético, sino que ponía en riesgo la integridad física de los jugadores, árbitros y, por supuesto, la calidad del espectáculo. ¿Queremos jugar al fútbol o a la rayuela? La Liga Profesional (LPF) no se quedó callada y lanzó un ultimátum: “No es la intención llegar a este extremo, pero por la salud física de los protagonistas y el daño evidente al espectáculo, se evaluará concretamente esta posibilidad en los próximos encuentros”, dijeron desde la LPF en un comunicado. Parece que, por ahora, la cosa va en serio.
El Amalfitani: ¿Cancha de Fútbol o de Playa?
Un caso que no pasó desapercibido es el del Estadio José Amalfitani, en donde Vélez, el flamante campeón, recibió a Platense. El campo, lejos de ser una alfombra, parecía un arenero lleno de pozos. Lo que debería ser un tapete verde se convirtió en una trampa para los tobillos de los jugadores. La resiembra después de los recitales de diciembre no dio resultados, y el resultado fue una derrota 1-0 para el local. No es la primera vez que pasa esto en Vélez, en el cierre de 2024 la situación ya había dado de qué hablar. Parece que los recitales y el fútbol no terminan de llevarse bien, una situación que, como diría el gran Eber Ludueña, «nos hace perder el foco de lo importante».
El Minella: ¿Espectáculo Musical o Deportivo?
En Mar del Plata, el panorama no es mejor. El Estadio José María Minella, listo para el reestreno de Aldosivi, muestra los estragos del recital de Emilia Mernes. Baches y sectores comprometidos que no anticipan nada bueno para el partido contra Defensa y Justicia. Parece que ahora también hay que ser adivino para saber dónde va a picar la pelota.
El Cilindro: Una luz de Esperanza
En medio de este desastre, Racing decidió ponerle un alto a la desidia. La Academia, después de un 2024 con problemas recurrentes en el césped, decidió renovarlo por completo. El pedido de Gustavo Costas fue claro: un terreno en óptimas condiciones para la Recopa Sudamericana contra Botafogo. Esperemos que esta vez, el Cilindro esté a la altura de las circunstancias.
En fin, este arranque de torneo nos deja más preguntas que respuestas. ¿Hasta cuándo vamos a seguir viendo este tipo de canchas en el fútbol argentino? Esperemos que la Liga Profesional cumpla con su palabra y que los clubes entiendan que un buen campo de juego no es un lujo, sino una necesidad. Los hinchas queremos ver buen fútbol, no un circo de torceduras y resbalones. Como dice el dicho, «la cancha es un templo», y hay que tratarla como tal.