Victorio Ramis, de Independiente Rivadavia, sufrió una fractura de tobillo tras un cruce con Nardoni de Racing. La jugada, sin mala intención, desató un tumulto en la cancha. Sebastián Villa fue uno de los que más protestó.
Fractura de tobillo en el partido Independiente Rivadavia – Racing: ¿Fue culpa de Nardoni?
Domingo de fútbol y tragedia en Mendoza. El partido entre Independiente Rivadavia y Racing se vio empañado por una durísima lesión. Victorio Ramis, del equipo local, sufrió una fractura de tobillo izquierdo tras un cruce con Aníbal Moreno, dejando una imagen que heló la sangre a más de uno, como si hubiésemos visto al «Beto» Alonso errándole al arco de nuevo.
La jugada, que pueden ver en el video, muestra como la pierna de Ramis queda enganchada con la de Nardoni, doblándose de una manera antinatural… ¡un «Pato» Fillol hubiese atajado esa pierna volando, seguro! Lo cierto es que Ramis quedó tendido en el césped con evidentes gestos de dolor. Inmediatamente, jugadores de ambos equipos se acercaron para asistirlo. La angustia del jugador era palpable, las lágrimas corrían por su rostro mientras el cuerpo médico ingresaba al campo de juego.
Y ahí, como un defensor aguerrido que sale a cortar una jugada peligrosa, apareció Sebastián Villa. El delantero de la Lepra, con más ímpetu que cabeza fría, fue a encarar a Nardoni, desatando un tumulto entre los jugadores. Empujones, gritos y reproches volaban por el aire. ¿Exagerado? Puede ser. ¿Entendible en el calor del momento? También… es el fútbol, muchachos, pasión a flor de piel. Recordemos el famoso «cabezazo» de Zidane. Acá no hubo cabezazo, pero la tensión era digna de un superclásico.
La polémica: ¿Hubo mala intención?
El árbitro Nicolás Lamolina, en una decisión que seguramente dará que hablar (como los fallos de Castrilli en su momento), decidió no amonestar a Nardoni. Según las repeticiones, el contacto se produce sin intención, producto de una mala caída de Ramis y un infortunado enganche de piernas. Como un pase mal dado en la mitad de la cancha, la jugada no parecía llevar peligro… pero terminó en desastre.
Mientras Ramis era retirado en camilla, con una bota inmovilizadora y el tobillo que parecía un flan, el partido continuó. Quedará esperar el diagnóstico oficial del club, pero lo que es seguro es que la recuperación será larga. Una baja sensible para Independiente Rivadavia y un sabor amargo para todos los que presenciaron este lamentable episodio. Esperemos que Ramis se recupere pronto y vuelva a las canchas con la fuerza de un «Burrito» Ortega gambeteando rivales.
Independiente Rivadavia –
