Un pibe de la séptima de Racing, Lucas Álvarez, asistió con una pelota rápida a Martinera para el gol de la victoria ante Banfield. No es la primera vez que un alcanzapelotas de la Academia es clave en un gol importante.
¿Un nuevo amuleto en Avellaneda? Alcanzapelotas de Racing, figura clave en la victoria ante Banfield
Otra vez sopa, bosteros. Parece que en Racing no solo juegan los 11, sino también los pibes que están al costado de la cancha. Lucas Álvarez, un purrete de la séptima división, se mandó una asistencia de potrero, al mejor estilo Mostaza Merlo, pero sin bigote, claro. Le dio una bocha rapidita a Martinera para que el uruguayo sacara un lateral con la velocidad de un Fórmula 1 conducido por Fangio. Maravilla Martínez, con la calidad que lo caracteriza, la paró de pecho, se dio vuelta y la mandó a guardar. 1 a 0 contra Banfield y a cobrar.
De tal palo, tal astilla: La Academia y sus pibes que la tienen clara
Este Lucas Álvarez ya había demostrado que tiene ojo de halcón. ¿Se acuerdan del gol de Vietto contra Boca en el Cilindro? Sí, el mismo, el que nos dejó a todos con la boca abierta. Bueno, este pibe también le dio un pase quirúrgico a Martinera en esa jugada. Parece que el pibe tiene un imán para las jugadas claves, un verdadero distinto. Como si fuera poco, en la Copa Sudamericana, otro fenómeno de las inferiores, Martín Santoro, le metió un pase milimétrico a Maxi Salas para que la peinara Martínez y Juanfer Quintero la clavara de primera contra Corinthians. ¡Un golazo de otro partido! Estos pibes son la prueba de que el semillero de Racing es una fábrica de cracks… ¡Aguante la cantera che!
La Academia derrota a Banfield. TNT Sports.
El ADN ganador: Racing y la viveza criolla que garpa
Algunos dirán que es viveza criolla, otros que es picardía. Lo cierto es que estos pibes están más atentos que un arquero en un penal. Ven la jugada antes que nadie y reaccionan con la velocidad de un rayo. No se duermen, no se achican y, sobre todo, entienden el juego. ¿Será casualidad que estos pibes salgan de Racing? No lo creo. Acá se respira fútbol desde las inferiores, se mama la pasión por la camiseta y se aprende a ganar como sea… ¡pero siempre con respeto eh! Ojo, no digo que seamos como el Bilardo de los 80, pero un poco de viveza no viene mal.
La Academia llegó con saques rápidos a los goles ante Boca, Corinthians y Banfield.
