Murió Hugo Gatti, leyenda del arco y figura de Boca

Redacción Cuyo News
5 min
Cortito y conciso:

Falleció el legendario arquero Hugo Orlando Gatti a los 80 años, luego de luchar contra una infección intrahospitalaria que complicó su recuperación tras una operación de cadera. El «Loco» dejó una huella imborrable en el fútbol argentino, revolucionando el puesto de arquero con su estilo audaz y su personalidad única. Ídolo de Boca, campeón de la Libertadores e Intercontinental, Gatti también brilló en otros clubes y en la Selección.

Se nos fue un grande, un distinto. Hugo Orlando Gatti, el «Loco», falleció este domingo a los 80 años. La noticia pegó fuerte en el ambiente del fútbol, como un tiro libre de Riquelme al ángulo. Gatti estaba internado en el Pirovano hacía casi dos meses después de un accidente que lo obligó a pasar por el quirófano. Lamentablemente, una infección intrahospitalaria le jugó una mala pasada y, pese a la pelea, no pudo gambetearla. «Neumonía e insuficiencia cardíaca y renal, en coma farmacológico» , decía el parte médico, un panorama complicado como para salir jugando desde el fondo. La familia, con la entereza de un defensor con la camiseta transpirada, decidió retirarle el respirador.

El Loco, un adelantado a su época

El Loco, nacido en Carlos Tejedor, provincia de Buenos Aires, arrancó a atajar en Atlanta, allá por Villa Crespo. Ya mostraba que no era un arquero cualquiera, que tenía pasta de crack. No se quedaba en el arco a esperar, salía a cortar, jugaba con los pies como si fuera un 10. Un adelantado, como el Bambino Veira implementando la línea de tres. Después pasó por River, donde compartió el puesto con el mismísimo Amadeo Carrizo. Imaginense la responsabilidad, como patear un penal en una final del mundo. Siguió su carrera en Gimnasia, Unión y finalmente, el club que lo adoptó como un hijo pródigo: Boca Juniors.

Gatti, el ídolo Xeneize

En Boca, el Loco se convirtió en leyenda. Fue clave en la primera Libertadores del club en el ’77, atajándole un penal a Vanderley en la final contra Cruzeiro. Una tapada para la historia, como la de Goycochea a los italianos en el ’90. Al año siguiente, Boca repitió la hazaña y encima ganó la Intercontinental. Gatti, como siempre, bajo los tres palos. El ’77 también fue el año en que se casó con Nacha Nodar, con quien tuvo a Lucas y Federico. La familia se agrandó con tres nietos: Gerónimo, Santina y Sofía.

En la Selección también dejó su marca, aunque con menos continuidad. ¿Quién se olvida del partido en Kiev contra la Unión Soviética con el gorro de lana y pompón? Un personaje, como el Mostaza Merlo con sus cábalas. Pero si hay una anécdota que lo pinta de cuerpo entero es la del «gordito» Maradona. En 1980, Gatti menospreció al joven Diego y éste, como respuesta, le clavó cuatro goles. Un partido para el recuerdo, como el de Kempes contra Holanda en el ’78.

El legado del Loco es indiscutible. Cambió para siempre el puesto de arquero. En una época donde los arqueros eran estatuas, él salió a jugar, a gambetear, a ser protagonista. Un revolucionario, como Menotti con la Naranja Mecánica. Después de colgar los guantes, se dedicó al periodismo, escribiendo columnas y participando en programas de televisión, como El Chiringuito en España, donde se hizo amigo de Florentino Pérez. Un tipo que trascendió las fronteras, como Messi o Maradona.

Hugo Gatti 

Hugo Gatti, un arquero que dejó una huella en el fútbol argentino

La historia del exarquero de Boca que surgió en Atlanta y tuvo una exitosa carrera en el fútbol nacional.

Hugo Gatti en Boca.
Hugo Gatti en la cancha de River.
Gatti en un homenaje que le hizo Boca.
EL PENAL DEL CAMPEONATO
Postal del enorme Hugo Orlando Gatti atajándole el penal a Vanderlei para que Boca obtuviera la primera Copa Libertadores de su historia 1977
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