Se viene un duelo picante en la Libertadores: Palermo y el Melli, ídolos de Boca, se verán las caras como técnicos de Olimpia y Vélez. ¿Se repetirá la magia de la época de Bianchi o habrá tensión en el aire? Un partido con sabor a Boca, con historia y con mucho para analizar.
La Copa Libertadores, esa que te hace latir el corazón a mil, nos regaló un cruce digno de potrero, de esos que te dejan con la boca abierta. El sorteo determinó que Olimpia, con Martín Palermo en el banco, se enfrente a Vélez, donde en breve asumirá Guillermo Barros Schelotto. Sí, leyeron bien, el Titán y el Melli, dos próceres del Boca de Bianchi, frente a frente en la zona H, compartiendo grupo con Peñarol y el siempre complicado San Antonio Bulo Bulo de Cochabamba.
Un partido con historia xeneize
¿Cómo olvidar aquel Boca multicampeón? Palermo, el Melli y Riquelme, un tridente que supo ganarlo todo. Bianchi armó un equipazo, les dio la titularidad y el resto es historia conocida. Apertura ’98, Libertadores y la Intercontinental del 2000 contra el Real Madrid (aunque el Melli no jugó la final). ¡Qué época, muchachos! Una sinfonía de fútbol que aún resuena en la Bombonera. Como dijo el Bambino Veira: «el que no salta, no va a la cancha», y en este partido, nadie va a querer quedarse afuera.
Palermo vs. Melli: Round 2
Pero ojo, que esta no es la primera vez que se cruzan como técnicos. Ya tienen varios antecedentes en el lomo. En 2013, Palermo dirigía Godoy Cruz y el Melli a Lanús. Dos partidos, una victoria para cada uno. Después, el Titán pasó a Arsenal y se enfrentaron un par de veces más, con un triunfo para cada lado y un empate con sabor a poco. La estadística está pareja, como pelea de Bochini y Maradona en un picado.
¿Amistad o rivalidad?
Ahora bien, ¿cómo se lleva esta dupla fuera de la cancha? Son amigos, sí, aunque uno salió de Estudiantes y el otro del Lobo. Pero el amor por Boca los une, como un centro de Román a la cabeza del Optimista del gol. Igual, cuando la pelota empiece a rodar, la amistad quedará en el vestuario. Acá se juega por la gloria, por el honor, por el pase a octavos. Como diría Mostaza Merlo: «paso a paso», primero hay que ganar el grupo y después, a soñar con la Copa.