River, con un juego que todavía no convence, encara la Copa Libertadores. Gallardo sabe que la Copa es otra historia y necesita que su equipo cambie el chip y mejore en las dos áreas. El debut será este miércoles contra Universitario en Lima.
Tras el empate 2-2 contra Rosario Central en el Monumental, Marcelo Gallardo, con la serenidad de un ajedrecista que planifica su próxima jugada maestra, ya piensa en la Copa Libertadores. «Hay que cambiar rápidamente el chip, recuperarnos poniendo el contexto en que vamos a empezar la Copa Libertadores”. Clarito como el agua, el Muñeco. La Libertadores no espera, y el Millonario tiene que afilar las garras.
Gallardo, el Muñeco que mueve los hilos de River en la Copa
Si hay un torneo que le sienta bien al Muñeco y a River, esa es la Copa Libertadores. Una historia de amor y gloria escrita a base de gambetas, goles y triunfos épicos. Pero este 2025 encuentra a la Banda con un arranque dubitativo, un juego que recuerda a un enganche descalibrado, con chispazos de talento pero sin la contundencia de otras épocas. Después de 13 partidos, la incertidumbre acecha como un defensor central aguerrido.
El empate contra Central dejó un sabor agridulce, como un gol en contra en el último minuto. Hubo destellos de buen juego, presión alta y asociaciones rápidas, como en los mejores tiempos de la orquesta del Muñeco. Pero también se evidenciaron falencias en las dos áreas, pecados capitales que en la Copa se pagan caro. Como decía el Bambino Veira: «el que no hace los goles, los ve hacer».
¿Borja, Driussi y Colidio: la delantera que no afina?
Arriba, la pólvora parece mojada. Borja, más perdido que el Chavo del 8 en Acapulco; Driussi, con menos ritmo que un vals; y Colidio, entre algodones por una lesión, son la imagen de una delantera que no encuentra el rumbo. En defensa, las dudas persisten como un dolor de muelas. La pelota parada, un karma que persigue al equipo, y el retroceso, más lento que una tortuga con sobrepeso, son problemas que Gallardo deberá solucionar con la urgencia de un penal en el minuto 90. Martínez Quarta, con su perfil zurdo, sufrió como un lateral contra Neymar en la final del Mundial. Quizás Paulo Díaz, con su experiencia y solidez, sea la solución en Perú.
La Libertadores: la exigencia que puede despertar al gigante
«Vamos a tener otra competencia que nos va a obligar a seguir evolucionando como equipo”, sentenció Gallardo. La Copa Libertadores, con su mística y su presión, puede ser el escenario ideal para que River despierte del letargo y recupere su identidad. Mastantuono, con sus 17 años y una personalidad que recuerda a un joven Francescoli, es la esperanza de un equipo que necesita líderes.
El miércoles, en Lima contra Universitario, comienza el sueño continental. La Copa, como un partido aparte, exige lo mejor de cada uno. Y Gallardo, el estratega, el motivador, el que cambia el chip, sabe cómo guiar a su equipo hacia la gloria. Como decía el gran Mostaza Merlo: “paso a paso”.
La reacción en los hinchas de River luego del empate contra Rosario Central
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