El River de Gallardo aún no encuentra su mejor versión tras el debut ante Platense, pero el técnico no se alarma, confiando en que el equipo alcanzará su pico de rendimiento pronto. Históricamente, los equipos del «Muñeco» han tardado en carburar, pero cuando lo hacen, se vuelven imparables. Se espera que el próximo partido contra Instituto marque el despegue definitivo.
Es cierto que lo de Marcelo Gallardo a veces parece magia, pero no nos engañemos, es trabajo y paciencia. A lo largo de su primer ciclo en River, era notable cómo el equipo hacía un “click” y de repente, ¡pum!, salía a la cancha como una aplanadora. Esos River del «Muñe», esos que todos recordamos, siempre tardaron un poquito en llegar a ese nivel de juego que los hacía temibles, invencibles.
Y qué decir de ese debut contra Platense… un empate que dejó más dudas que certezas. Lejos, lejísimos del River que todos esperamos. Si bien hubo destellos en los amistosos contra la U de Chile y México -partidos que nos hicieron ilusionar con que ya arrancaba la máquina- la verdad es que ese funcionamiento constante que se busca en el River de Gallardo aún no se ve. Pero tranquilos, hasta los mejores equipos del «Muñeco» se tomaron su tiempo para agarrar ritmo, como diría el gran Eber Ludueña, «Hay que tener paciencia, muchachos».

Y ojo, que Gallardo no se desespera. Él sabe que tiene las piezas para jugar a su manera, a su estilo de siempre. Jugadores que entienden su idea, que la conocen desde hace tiempo, y encima, una pretemporada en San Martín de Los Andes que ajustó el físico del equipo a lo que él buscaba. ¿Se acuerdan ese 2024 donde la base física no acompañaba? Bueno, parece que eso quedó atrás.
Esos River que volaban, esos que jugaban de memoria, fueron producto de pretemporadas durísimas, donde se trabajaba a full la velocidad y la resistencia. Y como dice el dicho: “El que quiere celeste, que le cueste”. Quizás por eso, en el cuerpo técnico recuerdan que aquel primer River de 2014 fue de los que más rápido alcanzaron ese nivel arrollador. Claro, tuvieron más de un mes de pretemporada por el Mundial de Brasil. Y se notó. El equipo, después de dos partidos contra Ferro y GELP, desplegó todo su potencial en ese 2-0 a Central, punto de partida de una seguidilla inolvidable.

El click histórico del River de Gallardo
En 2015, ese equipo que no tenía tanto vuelo, pero que a punta de garra y solidez ganó la Libertadores, también hizo «click» después de aquél 0-5 contra el eterno rival en un clásico de verano. La Recopa contra San Lorenzo fue el impulso, la inyección de confianza que necesitaban para despegar. River ganó con autoridad, aunque sin brillar, pero ese fue el comienzo.

Pero, ojo, que no siempre fue fácil. En 2016 el equipo tardó más en encontrar ritmo. Un año de altibajos, donde recién en el segundo semestre se vio una mejor versión. En 2017, tras amistosos flojos y la derrota 0-3 ante Lanús en la Supercopa, el equipo despegó recién en marzo. Y ni hablar de 2018, el año más glorioso de la historia reciente, donde el «click» también llegó en marzo, con esa final contra Boca por la Supercopa, después de siete partidos discretos. “Fue parte de la estrategia», recordarán muchos hinchas fanáticos del «Muñe» cuando escuchan esa frase.
Si bien el 2019 fue un año sin títulos, el equipo mostró un gran nivel desde el arranque, con tres derrotas consecutivas en el Monumental. Pero a la cuarta, una goleada a Godoy Cruz, el equipo que llegaría a la final de la Libertadores contra Flamengo, arrancó a rodar. Algo similar pasó en febrero del 2021, tras quedar eliminados de la Libertadores contra Palmeiras. De la mano de Julián Álvarez, ese River se convirtió en multicampeón. En 2022, el último año completo del «Muñe», también, a partir del cuarto partido el equipo encontró una línea de juego que desafortunadamente se fue apagando con el tiempo.
Sí, los River de Gallardo suelen tardar un poco, pero, cuando hacen «click», son otra cosa. Gallardo espera que la magia suceda este miércoles contra Instituto. Y mientras los hinchas esperamos, confiamos en que este River tiene todo para desplegar su potencial. Como dice el dicho, “a darles alas”.
Video: la histórica frase de Gallardo tras ganar la Supercopa frente a Boca en 2018
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