River: El círculo virtuoso de regresos y la «familia» de Gallardo River Plate: El imán de los regresos y la fórmula de Gallardo River Plate: ¿Por qué vuelven las figuras? La familia es clave River: Regresos, la «filosofía» y el poder de Gallardo. River Plate: el círculo vicioso de los regresos ¿éxito o nostalgia?

23/01/2025 07:00hs.

A la movida en Núñez le pusieron un nombre marketinero: «Filosofía River». Los que la viven a diario le dicen «familia». Otros, más románticos, prefieren «sentido de pertenencia». Sea como sea, el tema es que desde la época de D’Onofrio hasta los tiempos de Brito, el club ha logrado construir un círculo donde los ídolos vuelven a ponerse la banda. Y no es solo por la guita, eh, que River siempre tuvo billetera. Acá hay un factor clave: Marcelo Gallardo, ese tipo que para muchos es más que un técnico, es un padre, un consejero, un tipo que te habla y te convence como si fuera un pastor evangélico. Y claro, a un hombre así, ¿cómo le decís que no?

Esta política de mercado no es nueva, pero en el último tiempo se ha puesto más picante, como un clásico. Los regresos de Montiel, Martínez Quarta y Driussi, con 28 años, en la plenitud de sus carreras y hasta con actualidad en sus selecciones, no son cosa de todos los días en el fútbol argentino, ni siquiera en River. Esto abre un nuevo capítulo en el libro de los regresos del club, que ya tiene 22 incorporaciones de futbolistas que alguna vez vistieron la camiseta del Millonario.

Gallardo, el gran seductor

«El llamado de Marcelo definió todo”, soltó Martínez Quarta en una entrevista con , un medio que siempre está en la jugada. Y no es el único. Lo mismo pasó con Montiel y Driussi. Y Enzo Pérez, que volvió para sacarse la espina de su salida por culpa de roces con Demichelis. En todos estos casos, Gallardo fue clave. ¿La fórmula? Un cóctel que mezcla el peso que tiene en la estructura del club, el agradecimiento de los que crecieron a su lado y el poder de convencer que tiene este tipo, que tranquilamente podría venderle hielo a un esquimal. Hasta Germán Pezzella, que ya se había resignado a no volver, se entusiasmó con la llamada del Muñeco y dejó el Betis.

Cuatro de los siete nuevos refuerzos tendrán su segundo ciclo en el club (Reuters).

Pero no solo es Gallardo, acá también juega la movida elegante del club, que trata a sus ex jugadores como embajadores. Hay una movida para que los jugadores con proyección de retorno se sientan cerca de River, con invitaciones al palco, emisarios que viajan para charlar con ellos, carnets de socios para los hijos, camisetas de último modelo con su nombre en la espalda. Todo para que esa idea de «familia» siga funcionando a miles de kilómetros. Y esta misma movida se aplica para los jugadores que son hinchas del club pero que no han jugado ahí, como Otamendi, Nicolás González y el mismo Buendía.

Y como si fuera poco, los jugadores también se suman a la movida, convenciendo a sus ex compañeros de pegar la vuelta. Pezzella ya le había metido fichas a Acuña hace unos meses, y ahora Martínez Quarta y el Huevo hicieron lo mismo con Montiel. Y la lista sigue y sigue. Porque al final del día, el sentimiento, el escudo, es lo que manda. Por eso, ni siquiera con la salida de Gallardo esta política de compras se interrumpió. Los regresos de Kranevitter, Funes Mori, Nacho Fernández, el Pity Martínez y Manu Lanzini demuestran que los regresos están a la orden del día. Aunque, claro, algunos quizás no rindieron como se esperaba, como el propio Lanzini, que llegó como figura de la Premier League.

La de Lanzini, una de las vueltas que más expectativas generó en el Mundo River (Prensa River).

¿Regresos de gloria o nostalgia pasajera?

Está claro que repatriar jugadores tiene un plus para el hincha y también para la adaptación al club. Pero, a la hora de la verdad, los casos de éxito son menos de los esperados. Pezzella mostró su nivel el semestre pasado, el Pity tuvo chispazos de distinción sobre el final de la temporada, Juanfer brilló por momentos en el 2022 y D’Alessandro dio una mano en 2016. Pero, después, ni los capos como Aimar, Saviola y Lucho González, ni los que volvieron con menos cartel como Maidana, González Pirez, Ariel Rojas, Mammana, Nico Domingo o Lux lograron repetir su mejor versión.

Aún no llegó ese héroe que vuelve a casa para ganar títulos, como pasó con el Beto Alonso, Enzo Francescoli o el mismo Cavenaghi. Y no es por falta de ganas, eh. Cavenaghi, casualmente, fue el primero en volver con D’Onofrio como presidente y con el visto bueno de Ramón Díaz en el banco. Una dupla que hizo historia.

Pero, ojo, que los regresos de esta nueva fase en River tienen crédito abierto para cambiar esa tendencia. Los nombres, al menos, ilusionan. Y la fórmula de Riverex Plate, como la llaman algunos, promete sumar nuevos capítulos en el futuro. Y nosotros, los hinchas, estaremos ahí, como un Eber Ludueña en el tablón, listos para opinar y debatir si la nostalgia es suficiente para lograr la gloria, o si se necesita algo más, como diría el Bambino Veira… «Y bueno, a veces se da, a veces no».

El uno por uno de los que volvieron a River en el ciclo D’Onofrio-Brito