River Plate ha hecho de las repatriaciones una costumbre, con una «filosofía» que une lo económico, lo sentimental y la figura de un líder como Marcelo Gallardo. El club ha logrado que jugadores que se fueron, tengan un fuerte deseo de volver a vestir la banda, creando un círculo virtuoso que se ha mantenido a lo largo de los años.
River, ese club que parece tener un imán para los hijos pródigos. Desde la era de Rodolfo D’Onofrio hasta los mandatos de Jorge Brito, la vuelta a casa se ha convertido en una práctica habitual. Lo llaman «Filosofía River», otros prefieren el concepto de «familia» o «sentido de pertenencia». Diferentes maneras de explicar por qué tantos jugadores que triunfaron en Núñez regresan una y otra vez.
Pero no seamos ingenuos, detrás de este idilio también hay billetes que lo sustentan. River tiene la billetera para repatriar jugadores de nivel. Y luego está Marcelo Gallardo, el gran gurú. Para muchos, es como ese padre al que es difícil decirle que no. Todo un combo que convierte a River en ese lugar adonde todos quieren volver.
¿Un imán con nombre propio?
Es que el poder de seducción de Gallardo es innegable, capaz de convencer hasta al más reacio. Como un Eber Ludueña de los banquillos, el «Muñeco» convence con ese llamado que hace vibrar el corazón de cualquier futbolista. Los jugadores crecen, maduran y luego sienten ese llamado de volver a ponerse la camiseta de River, esas vueltas a casa que nos hacen recordar las viejas glorias y soñar con otras nuevas.
River es más que un club, es un sentimiento. Que lo digan esos jugadores que dejaron su huella y luego regresaron para seguir escribiendo su historia con la banda roja. Es ese círculo virtuoso que todos quieren seguir alimentando. Y así, mientras el club siga manteniendo esa mística y ese poder de atracción, las vueltas a Núñez seguirán siendo una constante. Y nosotros, los hinchas, estaremos ahí para vivirlo.
Más que un club, una familia
En este contexto, las declaraciones de los propios protagonistas adquieren un valor especial. Cada regreso es una muestra de que el fútbol es más que un negocio, es pasión, es pertenencia. Y River, con su filosofía, lo demuestra una y otra vez. La combinación de una gestión que atrae figuras, un entrenador que genera sentido de pertenencia y una historia que pesa, le permite al Millonario contar con el privilegio de tener el corazón de varios jugadores que triunfaron en otros equipos y que regresaron a Núñez para seguir sumando minutos y dejando su huella.
