River Plate se prepara para una reestructuración masiva en su plantilla. Pablo Solari, Agustín Sant’Anna y Rodrigo Villagra ya se despidieron del plantel, dejando cupos para futuras incorporaciones de Kevin Castaño y Lucas Esquivel. Solari parte al Spartak Moscú, Sant’Anna al Red Bull Bragantino y Villagra usaría su cláusula de rescisión para ir al exterior.
En Núñez, los movimientos son más intensos que un clásico Boca-River en la Bombonera. Mientras los hinchas se preguntan si es una movida maestra de Demichelis o una jugada digna de Eber Ludueña, el club de la banda roja se prepara para un éxodo que dejará espacio para los refuerzos. Kevin Castaño y Lucas Esquivel esperan su momento, pero primero hay que vaciar la casa.
Pablo Solari, Agustín Sant’Anna y Rodrigo Villagra son los sacrificados, esos que se despidieron con un último abrazo al plantel, dejando un vacío en el vestuario. Ya no participaron del último entrenamiento en el Camp, su destino está sellado. Solari, con destino a Moscú, deja 12 millones de euros en las arcas riverplatenses, una cifra que hace sonreír hasta al más pesimista. Sant’Anna, por su parte, buscará suerte en Brasil y el Bragantino, por la mitad de su pase, tendrá que desembolsar 1,5 millones de dólares.
¿Y qué pasa con Villagra?
La novela de Rodrigo Villagra tiene un condimento extra. Su salida no generará un cupo inmediato, pero sí una jugosa ganancia para el club. El volante central activará su cláusula de rescisión, esa que el club rebajó inteligentemente, generando 10 millones de dólares limpios para la institución. Si el Grupo Foster Gillette no le consigue un club en Argentina, su futuro se vislumbra en el exterior. Un negocio redondo para River, que lo compró a un precio y lo vendió por otro, casi como una obra maestra del mercado de pases.
Esta movida, digna de un ajedrecista, le permitirá a River inscribir a Castaño y Esquivel luego del cierre del mercado, fijado para este viernes a las 20. Demichelis, mientras tanto, deberá demostrar que estas bajas no le pasan factura en el torneo, lo que genera incertidumbre entre algunos hinchas pero también confianza en la gestión del DT. La partida de estos tres jugadores marca un antes y un después, generando intriga sobre qué nuevo talento lucirá la banda roja en el futuro cercano. Queda en suspenso si esta estrategia le permitirá a River volver a levantar alguna copa, por mientras a esperar y confiar en los que se quedan.
Un cambio de estrategia ¿jugada maestra o riesgo calculado?
La dirigencia de River, siempre astuta y observadora, parece haber encontrado la fórmula para renovar el plantel sin caer en la desesperación de los últimos tiempos. Vender para comprar, un axioma repetido hasta el cansancio en el mundo del fútbol, pero que en este caso se ejecuta con precisión quirúrgica. Ahora, la pelota está en el campo de Demichelis, quien deberá demostrar que estos recambios fueron la mejor decisión para volver a ilusionar a la hinchada. Es tiempo de que la historia comience a escribirse de nuevo y que River demuestre una vez más de que está hecho.