San Lorenzo vive un arranque de 2025 soñado. El equipo de Miguel Ángel Russo lleva seis partidos sin recibir goles, con cinco victorias y un empate. Tras un 2024 para el olvido, el Ciclón encontró la solidez defensiva que tanto buscaba y la ilusión crece en Boedo. El último partido, un 0-0 ante River, confirmó el buen momento del conjunto azulgrana.
El Nuevo Gasómetro fue testigo de un empate 0-0 entre San Lorenzo y River, pero no se equivoquen, este resultado tiene gusto a victoria para el Ciclón. Los de Boedo no solo sumaron un punto, sino que reafirmaron un cambio de chip que los pone como un hueso duro de roer. Seis partidos, seis vallas invictas y una ilusión que empieza a brotar con fuerza en cada rincón del barrio. Esto no es casualidad, señores, acá hay trabajo y una defensa que parece un muro de Berlín.
De la incertidumbre a la muralla defensiva
San Lorenzo, ese equipo que supo tambalear en 2024, se reinventó por completo en este 2025. Tras un año para el olvido, donde las copas internacionales fueron una utopía y las competencias locales una tortura, el equipo de Miguel Ángel Russo parece haber encontrado el elixir de la solidez defensiva. Se fueron varios, llegaron pocos, pero el experimentado técnico logró construir un bloque que da garantías. Y los números no mienten: seis partidos jugados, cinco victorias, un empate y ni un solo gol en contra. ¿Será este el inicio de una nueva era en Boedo?
La pretemporada fue el laboratorio donde se gestó este cambio. Los amistosos ante Nacional y Peñarol, ambos con victoria 1-0, fueron los primeros síntomas de mejora. Luego, en la Serie Río de la Plata, el empate sin goles ante Independiente del Valle y la posterior clasificación por penales (5-4) terminaron por cimentar la confianza. Esa solidez se trasladó al Torneo Apertura, donde el Ciclón festejó ante Talleres (1-0) en el debut, luego venció a Gimnasia en el Bosque (2-0) y, finalmente, igualó ante River.
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Russo, el arquitecto de la solidez
Aquí no hay magia, hay trabajo. Miguel Ángel Russo, con su experiencia y pragmatismo, supo detectar la fragilidad defensiva que aquejaba a San Lorenzo en 2024. Y desde la pretemporada, se enfocó en corregirla. «Hablamos de estar juntos en la pretemporada, es importante seguir trabajando en lo anímico», confesó el DT tras la victoria ante Gimnasia. Con pocos refuerzos, pero con la consolidación de algunos jugadores que ya estaban en el plantel, el equipo encontró un equilibrio que da sus frutos.
La llegada de Nery Domínguez y Emanuel Cecchini, sumado a la seguridad que transmite Orlando Gill en el arco, le han dado al Ciclón un plus de solidez en la retaguardia. El equipo se repliega bien, cierra espacios y, cuando toca sufrir, el arquero paraguayo aparece para mantener el cero en el arco. Si hasta parece que el mismísimo Eber Ludueña estaría orgulloso del orden defensivo planteado por Russo. ¡Este es el camino, muchachos!
Orlando Gill, arquero de San Lorenzo (Prensa San Lorenzo).El Clásico y el objetivo en la mira
El empate ante River fue la prueba de fuego para este nuevo San Lorenzo. Un partido de dientes apretados, de ida y vuelta, donde el Ciclón mostró personalidad. El VAR le ahogó el grito de gol por un offside del eterno Malcom Braida, pero esto no detuvo el ímpetu de los locales. River también tuvo sus chances, con un cabezazo de Martínez Quarta que hizo temblar el travesaño, pero la defensa azulgrana estuvo infranqueable y el arquero Gill impasable. La resistencia de San Lorenzo fue superior a cualquier intento del millonario.
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San Lorenzo lidera la zona B junto a Rosario Central, ambos con siete unidades. El arco de Boedo sigue invicto en 2025, un dato que genera orgullo en los hinchas y preocupación en los rivales. Ahora, el desafío es en Liniers, donde el Ciclón visitará a Vélez con la misión de mantener la racha y prolongar este buen momento. ¿Podrá seguir manteniéndose imbatible el equipo de Russo? La ilusión está en el aire, y los hinchas, esos que bancan siempre, no se olvidan de los goles que ha dado históricamente el club de Boedo, esperan que esta vez la historia se pinte de azulgrana.
