Independiente se impuso 3-2 ante Talleres en un partido que tuvo de todo, pero que será recordado por la genialidad de Luciano Cabral. El 10 del Rojo marcó un golazo de antología que eclipsó los errores defensivos y un flojo partido en general del equipo de Avellaneda. ¿Será que este gol cambia la historia?
En el fútbol, como en la vida, los detalles marcan la diferencia. Y vaya que esta frase, que parece un cliché de manual, se ajusta a la perfección al partido entre Talleres e Independiente. No hablo del detalle minucioso, ese que involucra el análisis táctico exhaustivo, ese que nos gusta a todos los futboleros de sillón, sino del detalle artístico, ese que cambia un partido por completo.
En el 3-2 de Independiente sobre Talleres, el detalle fue una pincelada de Luciano Cabral. Un golazo que, con toda la furia de la metáfora, tapó con cal la actuación, cuanto menos, irregular de los de Avellaneda. El «10», ese número que históricamente ha sido la bandera del club, sacó de la galera un gol que hizo olvidar, al menos por un rato, las falencias del equipo.
Agónico: el gol de Cabral que le dio el triunfo a Independiente
Porque, seamos sinceros, el partido no había sido una joya de la táctica. Todo lo contrario, el equipo de Avellaneda se mostró incómodo desde el inicio. Para colmo de males, un gol en contra de Federico Vera, de esos que te hacen pensar que la pelota tiene vida propia, puso cuesta arriba el asunto. Por suerte, una carambola de goles en propia puerta y un tanto oportunista de Adrian Spörle le permitieron a Independiente irse al descanso con la ventaja en el marcador. ¿Milagro? No lo sé, pero el fútbol es así.
Un gol para la historia
En la segunda mitad, la tónica fue similar. Talleres dominó, pero la defensa de Independiente, más que defender se dedicó a «aguantar». Pero como dice el dicho, el fútbol es demasiado generoso y siempre te da una chance más. Y allí, en medio de la decepción por el posible empate, apareció Cabral, el mago, el ilusionista y como si estuviera viendo el partido desde otra dimensión se sacó de la chistera un gol de antología, de esos que te hacen levantar del asiento y aplaudir mientras te preguntas «¿cómo hizo eso?»
¿Borra este gol las malas sensaciones que dejó el equipo? No, pero sí sirve para darle un mimo al hincha y para que se ilusione con que un jugador con la «10» pueda iluminar el camino. Por eso, el domingo ante Gimnasia, la gente de Independiente tiene que ir a la cancha a exigir que este tipo de destellos no sean la excepción, sino la norma. A pesar del horario raro de las 21:30, el público debe alentar por más detalles como los de Cabral, detalles que son marca registrada de Independiente.