River empató con Godoy Cruz en Mendoza y el Muñeco Gallardo no ocultó su preocupación. El equipo repite los errores del 2024 y la gente se pregunta, ¿cuándo va a arrancar el tren?
Un River con gusto a poco: ¿Empieza a sonar la alarma en Núñez?
Luego de la victoria contra Independiente que ilusionó a los hinchas, River volvió a mostrar una pálida imagen en Mendoza. Tras cinco fechas, el Millonario sigue invicto, sí, pero las dudas que arrastra desde el año pasado parecen haberse mudado al 2025. ¿Será que este equipo se parece más al Belgrano de Zielinski que al Barcelona de Guardiola?

El tren de Gallardo, ¿demorado o sin destino?
Si bien contra el Tomba hubo momentos de buen juego asociado, en líneas generales, la actuación fue un calco de lo visto en Vicente López contra Platense y en el Nuevo Gasómetro ante San Lorenzo. Un equipo sólido en defensa, como el Fortín de Gareca en sus mejores épocas, pero con una delantera que genera menos peligro que un penal pateado por Palermo con la zurda. Para colmo, a las bajas de Meza y Rojas, se sumaron las lesiones de Lanzini y Driussi. ¿Se acuerdan del famoso «tren en movimiento» al que se subió Gallardo cuando reemplazó a Demichelis? Bueno, ahora el tren es suyo y parece que está más parado que la barrera de Devoto un domingo a la tarde.
Un dato que preocupa: de los últimos 15 partidos de visitante por torneos locales, River solo ganó 3. Números que te hacen pensar si este equipo no necesita un GPS para encontrar el rumbo… o al menos un par de delanteros que sepan dónde está el arco. «La gente canta ‘movete River, movete’, y es lógico, tenemos que dar más”.

Interrogantes que no se disipan
La pregunta del millón, que resuena tanto en el Monumental como en la Bombonera (aunque ahí la festejen), es: ¿cuándo va a despertar este River? ¿Kranevittar es el 5 ideal o estamos ante un nuevo caso Mascherano en Argentinos Juniors, un crack en otra posición? ¿Borja y Colidio conforman la dupla de ataque que necesita el equipo, o son como el dúo Pimpinela, mucha emoción pero poco gol? ¿Simón seguirá con actuaciones dignas de un partido homenaje a Fillol, pero a la inversa?, ¿Lanzini mostrará el nivel que lo llevó a Europa, o se quedará en una promesa como el pase de Riquelme a Tigre? Preguntas que solo el tiempo (y Gallardo) podrán responder.