River perdió la Supercopa Internacional contra Talleres en una actuación para el olvido. El equipo del Muñeco no pateó al arco en 120 minutos y encima erró 4 penales en la definición. El bajo nivel futbolístico y la falta de garra preocupan a los hinchas.
River, un equipo Ni-Ni: ni gana ni juega
La derrota de River ante Talleres por penales en la Supercopa Internacional dejó al descubierto un flojo arranque de año. El equipo del Muñeco Gallardo no solo jugó mal, sino que mostró una preocupante falta de rebeldía, algo que históricamente caracterizó al club. Si bien nadie discute la continuidad del DT ni su lugar en la historia del club, la luna de miel post regreso a Núñez parece haber terminado abruptamente en tierras guaraníes.
El rendimiento del Millonario fue tan pobre que hasta los penales, donde convirtieron dos de seis, parecieron un oasis en el desierto. ¿Un dato escalofriante? River solo remató una vez al arco en 120 minutos. Un equipo que supo tener a jugadores como Francescoli, Ortega y Aimar, hoy parece un conjunto desdibujado, sin ideas.
En los 9 partidos del año, River jamás hizo un gol en los primeros tiempos y solo convirtió 7 en los segundos. Si sumamos los partidos de 2024, de 33 encuentros, en 12 no metió goles y en otros 12 apenas convirtió uno. Parece que el equipo está jugando con la camiseta de entrenamiento en vez de la banda roja.
¿Juega en modo oficina?
Este River 2025 parece entrar a la cancha con traje y corbata, como si fuera a una reunión de directorio y no a jugar un partido de fútbol. «Juega como si no tuviera hambre y que no representa al hincha», dicen algunos hinchas por lo bajo, recordando épocas donde el equipo dejaba la piel en cada pelota. Gallardo, que pidió refuerzos y una pretemporada a su medida, es el principal responsable de este presente. La pregunta que se hacen todos en Núñez es: ¿por qué insiste con jugadores que no rinden?
Así fue la tanda de penales entre Talleres y River que definió la Supercopa Internacional
Gallardo, ¿en laberinto?
Ni el Monumental, ni los millones de dólares de superávit, ni las obras faraónicas parecen motivar a este equipo. El Muñeco, que ni siquiera subió a recibir la medalla de subcampeón, deberá replantearse varias cosas si quiere enderezar el rumbo. ¿Se acuerdan del Bambino Veira tirando agua bendita en la cancha? Quizás sea hora de probar con algo así.
El Apertura parece ser la última bala para salvar el semestre. ¿Podrá Gallardo sacar a River del laberinto en el que se encuentra? ¿O este River se parece más al de Merlo en Racing que al de sus épocas gloriosas? El tiempo, como siempre, tendrá la respuesta.
