Un partido que prometía ser fiesta terminó en Sarandí con incidentes entre la barra de Barracas y la policía. Disparos, piedrazos y botellazos marcaron el inicio del encuentro contra Racing, que finalmente se llevó la victoria 3-1, aunque no sin sobresaltos.
El debut del torneo 2025 trajo más quilombo que fútbol al estadio Julio Humberto Grondona. Antes de que la pelota rodara con normalidad entre Barracas y Racing, se armó un despelote digno de la mejor hinchada, en las afueras del estadio del club de Sarandí. Balazos de goma, piedras y botellas fueron los protagonistas de un enfrentamiento entre la barra del Guapo y la Policía, que dejó varios heridos y un clima de tensión que se sintió hasta en la tribuna.

Apenas el árbitro dio el pitazo inicial, las detonaciones afuera del estadio desorientaron a todos. Los hinchas, más atentos a los líos que al partido, alertaron al referí, que tuvo que parar el encuentro. Imaginate, los tipos trepándose a las rejas como si fuera la final de la Libertadores, todos buscando ver el origen del quilombo.
El partido fue suspendido un par de veces antes del primer cuarto de hora. Primero, Echenique detuvo el juego, pero la seguridad le dio el visto bueno para continuar. Al toque, la gresca volvió a prenderse fuego, obligando a otra detención de cuatro minutos. El árbitro, con la seriedad de un profesor de física, les contó la situación a los capitanes, como si ellos pudieran hacer algo.
¿Qué pasó realmente en Sarandí?
Finalmente, la calma volvió a Sarandí y el partido pudo continuar, aunque la angustia quedó flotando en el aire. Barracas, que arrancó con todo, terminó mordiendo el polvo ante un Racing que se llevó el triunfo 3-1 con goles de Luciano Vietto, Adrián «Maravilla» Martínez y el «Rocky» Balboa, que demostró que lo suyo no es solo subir la montaña.
Cuatro minutos de demora en el Barracas-Racing por disparos en las inmediaciones de la cancha
Las detonaciones, según parece, fueron balas de goma disparadas por la Policía bonaerense. Y acá es donde la historia se pone turbia, como una cancha después de un diluvio.
Según averiguó TyC Sports, la barra del Guapo dice que se fue a la calle al enterarse de que supuestamente habían fajado a dos hinchas por la Av. Mitre. Claro, como si fuera la ley del Talión, salieron a buscar revancha, y ahí se armó un festival de piedrazos y botellazos, donde dicen que hasta un policía se comió una de esas. Entonces, Gendarmería abrió fuego para dispersar. Para ponerlo en términos futbolísticos: una batalla campal como las del 80’ pero con menos pelotas.
La versión de la Policía
La Policía, por su parte, cuenta otra historia, como si estuvieran viendo otro partido. Ellos aseguran que todo empezó por un malentendido durante un cacheo, por una cadenita de oro que le quisieron manotear a uno de los hinchas. Los del Guapo se enojaron, increparon a un oficial de infantería, y ahí se desató el desmadre. Balas de goma volaron, y la preocupación se instaló en las tribunas.
Así fueron los incidentes en el ingreso del público de Barracas Central al estadio Julio Humberto Grondona de Sarandí.
Como si fuera un clásico de barrio, dos versiones opuestas, cada una defendiendo su verdad. Como dice el dicho: “Cada uno cuenta el partido según como le fue en la feria”. Al final, lo que quedó claro es que en Sarandí, el fútbol fue lo de menos. Acá la única verdad es que el campeonato 2025 empezó con más quilombo que goles, y eso, amigos, no nos sorprende a nadie.

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