Argentina profundiza el ajuste fiscal: superávit en abril y en el primer cuatrimestre pese a baja impositiva
El Gobierno nacional volvió a mostrar números positivos en abril, logrando un superávit primario de $845.949 millones y un superávit financiero de $572.341 millones después de intereses. Este resultado se enmarca en la política de fuerte ajuste fiscal que el Ejecutivo considera clave para estabilizar la economía, incluso tras haber reducido impuestos por el equivalente a 2 puntos del PBI en lo que va de 2024.
Resumen en 30 segundos
- Superávit primario: $845.949 millones.
- Superávit financiero (luego de intereses): $572.341 millones.
- Primer cuatrimestre: +0,6 % del PBI (primario) y +0,2 % (financiero).
- Baja de impuestos: recorte equivalente a 2 puntos del PBI en 2024.
Los números crudos de abril
El Sector Público Nacional cerró abril con un resultado primario positivo de $845.949 millones y, tras pagar intereses por $273.608 millones, quedó un superávit financiero de $572.341 millones. Con estos resultados, el Tesoro acumula en 2025 un saldo equivalente al 0,6 % del PBI antes de intereses y 0,2 % después de intereses.
¿De dónde salió la plata?
El Gobierno destacó que el superávit se logró gracias a una combinación de factores:
- Ingresos que corren más rápido que la inflación: la recaudación tributaria avanzó en términos reales, impulsada por retenciones y el impuesto PAIS, a pesar de que este último tiene fecha de caducidad en diciembre.
- Gasto en descenso: abril fue el primer mes de 2025 en que el gasto primario cayó en términos reales, gracias al freno en obra pública y en transferencias discrecionales a provincias.
- Licuación vía precios: la inflación de dos dígitos mensuales provocó que varios rubros del presupuesto quedaran licuados en términos reales.
Política fiscal: “déficit cero” y recorte impositivo
El ministro de Economía, Luis Caputo, celebró el superávit en X (antes Twitter), destacando que se logró “habiendo bajado impuestos por el 2 % del PBI en 2024”. Algunas medidas clave fueron:
- Expiración del impuesto PAIS: equivalente al 0,4 % del PBI.
- Reducción transitoria de retenciones: beneficio para exportadores que liquiden divisas en término.
- Restitución de certificados de exclusión: alivia percepciones de IVA y Ganancias.
El contexto financiero: FMI y mercado
En el marco del nuevo acuerdo con el FMI por USD 20.000 millones, el Ministerio de Economía se comprometió a cerrar mayo con un superávit primario del 1,3 % del PBI. A la luz del cuatrimestre, el objetivo parece alcanzable. Mientras tanto, el riesgo país retrocedió en la última semana, aunque la curva de deuda en pesos continúa pagando tasas del 7 % mensual, señal de una confianza aún frágil.
Las preguntas incómodas
Especialistas advierten que el modelo fiscal actual plantea interrogantes sobre su sustentabilidad a mediano plazo. Los puntos más críticos son:
- Sustentabilidad política: el ajuste depende principalmente de recortes en obra pública y transferencias, lo que ya generó tensiones con gobernadores. Mantener esta política hasta fin de año podría ser complejo.
- Inflación vs. gasto social: los haberes previsionales aumentaron un 78 % interanual nominal, frente a una inflación del 47 % en 12 meses. Si la inflación persiste, será difícil mantener el recorte sin afectar el poder adquisitivo.
- Baja de impuestos: ¿real o simbólica? Aunque la reducción de tributos luce positiva en los informes, buena parte de la recaudación sigue atada a impuestos inflacionarios como el IVA y el impuesto PAIS.
¿Y ahora qué?
Economía apuesta a que la combinación de superávit, desinflación y baja de tasas reactive el crédito y, con ello, la actividad económica. Sin embargo, el riesgo es que la licuación inflacionaria pierda potencia antes de que la recaudación genuina (crecimiento real) tome el relevo. Si eso ocurre, el Gobierno podría enfrentar el dilema de subir impuestos, tomar más deuda o profundizar el ajuste.
Conclusión: ¿logro o espejismo?
El superávit de abril representa un avance en el objetivo de equilibrio fiscal y envía una señal positiva a los inversores. Sin embargo, detrás del éxito contable subyace una política de ajuste que ya está generando tensiones sociales y políticas. La clave será ver si el modelo se mantiene estable en el tiempo o si el costo social termina desbordando las previsiones.