En el Día Internacional del Juego Responsable, la Caja de Acción Social de San Juan lanza un programa para prevenir la ludopatía. Ofrecen información y acompañamiento a quienes detecten señales de alarma en sí mismos o en otros, diferenciando entre jugadores sociales, problemáticos, patológicos y profesionales. La iniciativa busca concientizar sobre los riesgos y proporcionar herramientas para un juego responsable.
San Juan le pone un freno a la ludopatía: ¿Diversión o adicción?
En el siempre polémico mundo del azar, donde la línea entre el entretenimiento y la adicción puede ser más fina que la paciencia de un colectivero en hora pico, la Caja de Acción Social de San Juan se juega sus fichas en el Día Internacional del Juego Responsable. Y no, no se trata de promover el casino clandestino, sino de alertar sobre los peligros del juego patológico, esa «adicción sin sustancias» que, según los manuales de diagnóstico, te puede dejar más pelado que billetera de jubilado a fin de mes.
¿Sos un jugador social o estás al borde del abismo?
La pregunta del millón, ¿no? Porque, seamos honestos, a quién no le gusta tirar unos dados o apostar al caballo ganador de vez en cuando. Pero cuando el «de vez en cuando» se convierte en una necesidad imperiosa, ahí es cuando las cosas se ponen turbias. La Caja de Acción Social, con la precisión de un cirujano y la contundencia de un discurso de Javier Milei, nos pone al tanto de los diferentes tipos de jugadores: el social, ese que juega por diversión y no se hace drama si pierde; el problemático, que ya empieza a gastar más de lo que debería; el patológico, que directamente no puede controlar sus impulsos; y el profesional, que, bueno, vive de esto y supuestamente tiene todo calculado.
Cuando el juego se convierte en una pesadilla
Los indicadores están a la vista: necesidad de apostar cada vez más para sentir la misma emoción, irritabilidad si intentás parar, pensamientos constantes sobre apuestas, mentir para ocultar tu adicción, y hasta poner en riesgo laburo, relaciones y estudios. Si te identificás con alguno de estos puntos, amigo, amiga, es hora de pedir ayuda. Y acá es donde la Caja de Acción Social mete un golazo, poniendo a disposición una serie de contactos para asesoramiento y asistencia: desde un chat bot de WhatsApp hasta una línea telefónica gratuita. Porque, como diría el General, «nadie se salva solo», y menos cuando se trata de luchar contra una adicción.
Ojo, no es cuestión de demonizar el juego. Como todo en la vida, el problema está en los extremos. Un asado con amigos, un truco y unas apuestas pueden ser una forma de pasarla bien. Pero cuando el juego empieza a controlar tu vida, a romper tus vínculos y a vaciar tus bolsillos, ahí es cuando hay que levantar la mano y pedir auxilio.
Un llamado a la responsabilidad (y al humor)
Así que ya sabés, si te gusta jugar, hacelo con responsabilidad. Y si sentís que estás perdiendo el control, no dudes en buscar ayuda. Porque, como bien dicen por ahí, «el que juega con fuego se quema», y en este caso, la quemadura puede ser más profunda de lo que imaginás. Y para los que creen que esto no va con ellos, recuerden: «El León nunca se rinde», pero tampoco juega con su futuro. Que cada uno saque sus propias conclusiones.