El gobierno provincial confirmó que el jueves 30 de enero se acreditarán los sueldos de los empleados públicos, con un aumento del 2.7% basado en el IPC de diciembre. Los cajeros automáticos estarán operativos las 24 horas y se podrá usar la tarjeta de débito para extraer efectivo en diversos comercios.
El Ministerio de Economía, Finanzas y Hacienda ha dado la buena nueva: los empleados públicos provinciales tendrán sus haberes correspondientes al mes de enero de 2025 acreditados en sus cuentas el próximo jueves 30. Sí, leyó bien, ¡a cobrar! Parece que algunos pueden festejar que el ajuste no los alcanzó esta vez, o al menos no del todo.
Aumento salarial ¿migaja o alivio?
Pero no se confundan, no es que nos estemos volviendo socialistas. Los sueldos vienen con un incremento del 2.7%, en base al Índice de Precios al Consumidor (IPC) del mes de diciembre de 2024. ¿Esto es suficiente? Para algunos, será un respiro; para otros, apenas un suspiro ante la inflación descontrolada que nos agobia. La eterna lucha entre el salario y el costo de vida, una batalla que parece no tener fin. Por suerte, al menos la plata ya está.
Claro, que nadie pretenda tener que ir hasta el banco para sacar el dinero, porque los cajeros automáticos estarán funcionando las 24 horas, un alivio para los que no les gusta hacer fila. Y para los más modernos, también se podrán usar las tarjetas de débito para extraer efectivo en supermercados y estaciones de servicio, entre otros comercios. O sea, la plata está a mano, lo que importa es que haya para gastar, claro.
¿Eficiencia o mera formalidad?
No voy a negar que la acreditación de los sueldos en tiempo y forma es un acto de responsabilidad que merece ser destacado. En un país donde las irregularidades son moneda corriente, este tipo de acción genera tranquilidad. Lo que no quiere decir que debemos bajar la guardia, debemos seguir exigiendo que cada peso se invierta de manera responsable, por el bien común de todos los ciudadanos. Ya lo dijo Don Adam Smith, el mercado se regula solo si no lo intervienen y ahí si el progreso llega para todos.
En fin, celebremos este pequeño logro, pero sin perder de vista el horizonte. Sigamos trabajando para construir una Argentina donde el esfuerzo sea valorado y el progreso sea una realidad concreta y palpable, no solo un espejismo del mundo político. Y si las cosas funcionan, bueno, eso quiere decir que alguien está haciendo bien su trabajo, y si es así, hay que reconocerlo.
