Desde el 12 de junio, la CNV permite que ciertos bonos y fondos de inversión tengan su versión digital. Qué significa esto, cómo te afecta y por qué puede ser una puerta de entrada a un mercado que hasta ahora estaba cerrado para la mayoría.
Para los que tienen algunos pesos y quieren hacerlos rendir
Imaginá esto: tenés unos pesos ahorrados. El dolar se mueve poco, el plazo fijo ya no te convence, y la idea de meterlos en cripto te da más miedo que ganas. Hasta hace poco, no había muchas opciones intermedias.
Ahora, con esta nueva norma, vas a poder invertir en activos reales —como una fábrica, un desarrollo inmobiliario o maquinaria agrícola— desde una aplicación en el celular, de forma legal, regulada y con control estatal.
¿Cómo? A través de algo que se llama tokenización. Que no te asuste la palabra: simplemente significa que ciertos bonos o fondos de inversión tradicionales van a tener una versión digital, como si fueran fichas, con las mismas garantías que los originales.
Vas a poder comprar un pedacito de un bono desde una app, como si fuera Mercado Pago, pero sabiendo que detrás hay un bien concreto y reglas claras.
Esto no es apostar. No es entrar a un grupo de Telegram donde te prometen multiplicar el dinero en 3 días. Esto es entrar al mercado financiero formal, pero desde el celular y con montos accesibles, sin pasar por bancos ni casas de bolsa.
Empecemos por lo básico: ¿Qué es tokenizar?
Imaginá que una empresa necesita financiamiento para producir algo concreto: maquinaria, viviendas, proyectos agrícolas o energías renovables. En lugar de buscar un préstamo bancario, emite un bono respaldado en esos activos reales.
Con esta nueva norma, ese bono también puede tener una versión digital, conocida como token, que podés comprar desde una aplicación autorizada, usando tecnología segura y transparente.
Eso es tokenizar: convertir un activo financiero tradicional en una ficha digital con respaldo legal y operativo real.
Qué se puede tokenizar y qué no
Este régimen, en su primera etapa, habilita la tokenización de:
- Bonos representativos de deuda o certificados de participación de fideicomisos financieros con oferta pública, cuyo activo subyacente esté compuesto principalmente por activos del mundo real (real world assets), como bienes inmuebles, maquinaria, infraestructura u otros bienes tangibles.
- Cuotapartes de fondos comunes de inversión cerrados, también con oferta pública, cuyo patrimonio esté basado mayoritariamente en activos reales.
No está permitida, por ahora, la tokenización de:
- Acciones ordinarias o valores negociables con cotización en mercados habilitados.
- Bonos verdes, sociales o sustentables (SVS).
- Valores emitidos bajo regímenes de oferta pública con autorización automática.
- Tokens puros sin respaldo (como criptomonedas o utility tokens sin activo subyacente).
¿Y qué pasa si quiero recuperar mi inversión?
Si en algún momento querés salirte de la parte digital, podés pedir que te den la versión tradicional del bono. Y si el proyecto en el que invertiste paga intereses, los vas a ver acreditados igual que en cualquier inversión financiera formal.
Todo el proceso va a estar trazado, registrado, supervisado y con nombre y apellido. No hay anonimato ni agujeros grises. Y eso, en un país como el nuestro, no es un detalle menor.
¿Por qué esto importa para el ciudadano común?
Porque abre una puerta que hasta hace poco estaba cerrada. Antes, acceder a este tipo de inversiones requería pasar por bancos o agentes bursátiles. Ahora, con una app y unos pesos, podés ser parte de proyectos reales, desde donde estés.
Con este nuevo régimen:
- Podés invertir en activos tangibles desde el celular.
- No hace falta tener millones ni ser un experto en finanzas.
- Es más accesible, controlado y transparente que muchas alternativas tradicionales.
- Si no te convence, podés pedir la versión tradicional del bono.
Y si sos emprendedor o pyme: también te abre la posibilidad de financiarte de forma más moderna y directa, con respaldo regulatorio.
⚠️ ¿Esto es como invertir en criptomonedas?
No. Es importante entender la diferencia.
Los tokens que habilita esta norma no son criptoactivos especulativos. No se compran en cualquier exchange, no prometen rentas irreales y están bajo control de la CNV. Solo se operan dentro de plataformas aprobadas (los llamados PSAV), que cumplen normas de seguridad, trazabilidad y prevención de delitos financieros.
Es decir: esto no es el lejano oeste digital, es una herramienta nueva en un marco controlado.
Nos pongamos técnicos: Lo que habilita la Resolución General 1069/2025
El 12 de junio de 2025 entró en vigencia el primer régimen normativo de tokenización de activos del mundo real en Argentina. La norma permite la representación digital (tokenizada) de ciertos valores negociables con oferta pública, específicamente:
- Bonos de deuda o fideicomisos financieros con respaldo en activos tangibles (real world assets).
- Cuotapartes de fondos comunes de inversión cerrados, también con activos físicos como sustento.
No se permite, al menos por ahora:
- Tokenización de acciones ordinarias.
- Bonos verdes, sociales o sustentables.
- Ningún instrumento con negociación en mercados regulados del país.
Los tokens nQué cambia para los inversores
La norma permite que los inversores puedan comprar, custodiar y negociar estos activos desde aplicaciones móviles, sin necesidad de acudir a una sociedad de bolsa o intermediario tradicional. La operación se canaliza exclusivamente a través de plataformas registradas como PSAV (Proveedores de Servicios de Activos Virtuales) ante la CNV, que deberán cumplir estándares tecnológicos, contables y de transparencia.
Además:
- Los valores tokenizados no son nuevos valores: son representaciones adicionales de valores ya existentes y autorizados. No requieren una doble autorización de oferta pública.
- No pueden ser negociados fuera de los PSAV registrados ni transferidos a protocolos descentralizados o redes públicas no autorizadas.
- Pueden reconvertirse en cualquier momento a su versión tradicional (cartular o escritural) a pedido del inversor.
Qué tecnologías admite la CNV
El régimen exige que la representación digital se realice a través de tecnologías de registro distribuido (TRD) o similares que aseguren:
- Inmutabilidad
- Verificabilidad
- Fungibilidad
- Integridad
- Trazabilidad
- Identificación indubitable del emisor y del inversor
El token debe vivir en una red (pública, privada o permisionada) respaldada por contratos inteligentes auditables, con mecanismos de bloqueo, custodia y control. La entidad tecnológica encargada de emitir los tokens debe ser especializada y reconocida, aunque no necesariamente debe estar registrada como PSAV, si no participa en la comercialización directa.
Arbitraje, votación y derechos del tenedor
Uno de los aspectos más complejos y delicados del régimen tiene que ver con el ejercicio de los derechos económicos y políticos del tenedor de valores tokenizados. Al estar los activos custodiados digitalmente, existe una separación patrimonial entre el titular registral (el PSAV) y el beneficiario final (el inversor).
Por eso, la norma exige que los PSAV:
- Implementen mecanismos claros de consulta y trazabilidad de instrucciones.
- Registren en tiempo real el sentido del voto o cualquier orden impartida por el inversor.
- Permitan el arbitraje entre formas digitales y tradicionales sin alterar la cantidad total de valores emitidos.
- Cumplan con la Ley de Concursos y Quiebras en lo referente a la separación patrimonial (art. 138).
Sandbox regulatorio y límites temporales
La CNV estableció que este régimen funcionará en modo experimental (sandbox) durante 12 meses. En ese plazo:
- Sólo se autorizarán representaciones digitales en los términos actuales.
- No se permitirá la emisión de nuevos tokens fuera de lo aprobado.
- Los activos autorizados que no sean efectivamente representados digitalmente en un plazo de 2 años, perderán automáticamente su inclusión en este régimen.
Una vez finalizado el sandbox, la CNV evaluará si lo transforma en política definitiva, lo amplía o lo discontinúa.
Por qué esto puede cambiar el juego
Hasta ahora, los activos financieros con respaldo real eran algo lejano para el ciudadano común. Con esta medida, el Estado argentino pone en marcha una forma nueva, más ágil y accesible de invertir, sin resignar seguridad jurídica.
Y si esto funciona, no solo será más fácil para personas comunes participar del mercado de capitales: también será más fácil para empresas conseguir financiamiento sin depender de bancos.
Si tenés unos pesos guardados y querés empezar a moverlos con lógica y respaldo, esto puede ser tu puerta de entrada. Y si ya invertís y operás en mercados, es un nuevo capítulo que conviene mirar de cerca.