El Programa Hogar, destinado a hogares sin acceso a la red de gas natural, retomó sus pagos en octubre. Sin embargo, el monto acreditado generó descontento entre los beneficiarios: el subsidio continúa congelado en $1.778 por garrafa, a pesar de que el precio comercial de una unidad de 10 kilos supera ampliamente los $20.000 en distintas regiones del país.
Fin del vínculo entre subsidio y precio real
Hasta principios de este año, el aporte del Programa Hogar se ajustaba en función del valor social de la garrafa, cubriendo al menos el 80% del precio. Esa lógica se modificó con la Resolución 15/2025, mediante la cual el Gobierno nacional eliminó los precios máximos del gas licuado de petróleo (GLP), liberando el mercado y permitiendo que los comerciantes fijen valores sin regulación.
Desde entonces, el monto del subsidio quedó desconectado del costo real del producto, generando una brecha cada vez más amplia que golpea con fuerza a los sectores vulnerables.
¿Cuánto se cobra por garrafa?
Actualmente, el subsidio es de $1.778 por unidad, aunque puede variar en función de la provincia y la cantidad de integrantes del hogar. También existen adicionales para zonas frías o familias numerosas, pero esos valores tampoco fueron actualizados desde febrero, lo que limita seriamente su capacidad de cobertura.
Preocupación e incertidumbre
Muchos beneficiarios del plan se manifestaron decepcionados tras recibir el pago de octubre, al notar que el monto no tuvo ninguna actualización pese al contexto inflacionario. La Secretaría de Energía aún no comunicó si habrá ajustes retroactivos ni ha definido un mecanismo automático de actualización para este subsidio.
Con un precio de garrafa que supera los $20.000, y sin una suba proporcional en el monto del Programa Hogar, cada mes representa una carga más difícil de afrontar para quienes dependen de este recurso básico para cocinar o calefaccionarse.
En octubre, el monto del Programa Hogar de ANSES se mantiene en $1.778 por garrafa, pese al fuerte aumento del gas envasado. La ayuda, destinada a familias sin conexión a la red de gas natural, no se actualiza desde febrero, generando preocupación entre los beneficiarios. El precio de una garrafa ya supera los $20.000 en algunas zonas, ampliando la brecha entre subsidio y costo real.
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Zappo te lo cuenta
Si alguna vez hubo una garrafa que encendiera algo más que una hornalla, es esta: la del enojo de miles de familias que en octubre vieron cómo el Programa Hogar sigue firme… pero en el congelador. Mientras el precio de una garrafa escala como si compitiera en el Everest (superando los $20.000), el subsidio nacional se quedó en unos módicos $1.778 por unidad, monto que parece más un chiste que una política pública.
Los hogares sin conexión a la red de gas esperaban un ajuste digno del IPC —o al menos del sentido común— pero recibieron lo de siempre, o menos. Y todo gracias a una brillante idea: eliminar la vinculación entre el subsidio y el precio real del gas. Porque si algo aprendimos en este país, es que congelar los números no baja la temperatura del enojo.
Desde febrero, el Estado dejó de regular el mercado del GLP. Resultado: un festival de precios libres, y un subsidio que no se actualiza ni con ganas. A eso sumale las «zonas frías» y las «familias numerosas», que todavía esperan una actualización que nunca llega, mientras sus garrafas sirven más para juntar polvo que para calentar una sopa.
La resolución 15/2025 les dio vía libre a los comerciantes para cobrar lo que quieran. Y ellos, obedientes, lo hicieron. Pero del otro lado, ANSES y Energía miran en silencio, como quien espera que el invierno pase solo. Spoiler: no pasa. Y sin gas, menos.
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