La Caja de Acción Social cerró el 2024 con una recaudación de más de $480 millones tras seis remates de vehículos estatales. El evento más destacado fue el del 13 de septiembre junto a la policía, que logró una transferencia de $183 millones. Los fondos se destinarán a programas sociales y se destaca la asistencia masiva de público a las subastas.
La Caja de Acción Social (CAS), esa entidad que nos hace pensar en bingo y quiniela pero que, eh, también hace cosas serias, cerró el 2024 con un balance que podría hacer sonreír hasta a un libertario recalculando el gasto público. ¿De qué se trata? De seis remates oficiales de vehículos del estado que, según ellos, fueron un “éxito”. Y a ver, 480 millones de pesos no es moco de pavo, ¿no?
###Subastas con sabor a renovación
Entre el runrún de los motores, las ofertas a viva voz y la esperanza de llevarse un “fierro” a buen precio, la CAS logró recaudar esa jugosa suma que, según Juan Pablo Medina, presidente de la entidad, se destinará a programas de bienestar social. Que cada cual interprete lo que quiera, pero lo importante es que plata hay y, al parecer, un destino que no da lugar al despilfarro (esperemos). Ah, y también dicen que estos remates permiten renovar el parque automotor. ¿Será que pronto veremos a los funcionarios en autos de este siglo? ¡Ojalá!
El remate más taquillero, por lejos, fue el del 13 de septiembre, en colaboración con la Policía de San Juan. Ahí, se subastaron 71 movilidades y se recaudaron más de 183 millones de pesos. Un verdadero festival de “fierros” que demuestra que hasta en la burocracia estatal hay oportunidades para quien sepa buscar. ¿O será que simplemente los sanjuaninos son coleccionistas de patrulleros?
Y no es que la gente se haya quedado en casa mirando Netflix (que con estos precios no me extrañaría), no, señor. Según la CAS, ¡un promedio de 500 personas asistió a cada subasta! Es decir, más gente que la que va a una marcha peronista sin choripán.
###¿Austeridad o simple sentido común?
Es necesario mencionar que cuatro de los remates se realizaron en dos días, siguiendo la “línea de austeridad” ordenada por el gobernador Marcelo Orrego. Y si bien la austeridad no es un término que se use mucho en el vocablo de la política, esta vez parece que tiene sentido. Aunque claro, uno siempre se pregunta ¿por qué no empezar así? pero como dice el dicho mejor tarde que nunca ¿No?
¿Y cómo se le hace para entrar a estos remates? Pues no se necesita ni ser pariente del gobernador ni tener contactos con el poder. El único requisito es tener el DNI a mano para adquirir un lote, abonar un 10% del valor total más el 10% de comisión de los martilleros, todo en efectivo, transferencia bancaria o Mercado Pago (Nada de dólares ni cheques, acá se juega con pesos). Si te quedas con la ganas de comprar un «coche» debes cancelar el saldo en 5 días hábiles en la Tesorería de la CAS, sino perderás la seña y el lote. ¿Fácil, no?
###Consideraciones finales para el aspirante a rematador
Si estás pensando en unirte a la próxima subasta, debes saber que no hace falta inscripción y que no se paga nada antes del remate. El precio base es solo una referencia inicial, y el que ofrezca más, se lo lleva. Es decir, la ley de la selva, pero con autos del estado en lugar de leones y gacelas.
En fin, la Caja de Acción Social cerró el año con números que nos hacen pensar que, quizás, no todo está perdido en el sector público. O tal vez, es solo una señal de que los autos del estado tienen más valor en el mercado que en el estacionamiento de alguna oficina. Y vos, ¿qué pensas de todo esto?