Un informe del bróker Facimex Valores revela que la deuda neta consolidada del Estado argentino cayó en US$ 26.400 millones desde el tercer trimestre de 2023, hasta ubicarse en US$ 239.000 millones al segundo trimestre de 2025. Esa cifra equivale al 34,2 % del Producto Interno Bruto (PIB), el nivel más bajo desde 2018.
El estudio calcula la deuda neta como la suma de los pasivos del Tesoro Nacional y del Banco Central (BCRA), restando las tenencias del sector público nacional (ANSES, Nación) y las posiciones de liquidez del BCRA y del Tesoro. Al desagregar, la deuda en moneda extranjera representa 26,3 % del PIB, y la denominada en moneda local, 7,9 %.
Deuda con organismos y deuda con privados
Facimex destaca que la deuda con organismos bilaterales y multilaterales equivale al 13,7 % del PIB, pero estima que no representa un riesgo de rollover mientras se respete el acuerdo con el FMI. Por su parte, la deuda externa con privados apenas representa un 8,5 % del PIB, uno de los niveles más bajos desde 2016.
Desde Facimex subrayan que la deuda bruta consolidada con privados —aquella con mayor exposición al mercado— se encuentra en 25,2 % del PIB, valor similar al de 2016. Dentro de ese total, la deuda en moneda extranjera alcanza 14,6 %.
Advertencias y contexto político
El informe advierte que, pese a las mejoras, el riesgo país sigue constituyendo una barrera para financiamiento externo. El estudio también recuerda que el presidente Javier Milei aseguró que la deuda total pasó de US$ 500.000 millones a US$ 450.000 millones durante su gestión, aunque esos datos no coinciden estrictamente con los cálculos técnicos del informe.
En definitiva, el análisis de Facimex propone que Argentina vive su nivel más bajo de deuda neta consolidada desde 2018, con una disminución que se acentúa trimestre tras trimestre. La pregunta ahora es si ese descenso será sostenible.
Según Facimex Valores, la deuda neta consolidada del Estado argentino bajó US$ 26.400 millones desde el tercer trimestre de 2023 y se sitúa en US$ 239.000 millones en el segundo trimestre de 2025, el nivel más bajo desde 2018.
Resumen generado automáticamente por inteligencia artificial
El menú degustación de la deuda viene con maridaje técnico: 26,3% del PBI en moneda extranjera, 7,9% en pesos; con organismos bilaterales y multilaterales suma 13,7% del producto (no enciende alarmas si se respeta el acuerdo con el FMI); la exposición externa con privados queda en un flaco 8,5%. En la foto más sensible para el mercado, la deuda bruta consolidada con privados ronda 25,2% del PBI, de los cuales 14,6% está en moneda dura. Carteles de “no dramatizar” y un mate para el analista.
¿Entonces ya está? No tan rápido: el riesgo país sigue de patovica en la puerta del crédito, pidiendo DNI, ficha técnica y prueba de solvencia. Y, de paso, el informe recuerda que la épica de “pasamos de US$ 500.000 millones a US$ 450.000 millones” no calza punto por punto con sus cálculos. No es pecado; es metodología: depende de qué se suma, qué se resta y con qué lupa se mira.
Queda la pregunta que no entra en el carrusel de gráficos: ¿esto es piso consolidado o apenas un buen ángulo de cámara? La aritmética ayuda, pero la película la definen la tasa, el crecimiento y el humor del financista. Por ahora, la macro baila un lento: hay menos peso en la mochila, sí, pero el sendero sigue con piedras. Y el Excel, por las dudas, se queda atado con alambre para el próximo trimestre.
Contenido humorístico generado por inteligencia artificial
Un informe del bróker Facimex Valores revela que la deuda neta consolidada del Estado argentino cayó en US$ 26.400 millones desde el tercer trimestre de 2023, hasta ubicarse en US$ 239.000 millones al segundo trimestre de 2025. Esa cifra equivale al 34,2 % del Producto Interno Bruto (PIB), el nivel más bajo desde 2018.
El estudio calcula la deuda neta como la suma de los pasivos del Tesoro Nacional y del Banco Central (BCRA), restando las tenencias del sector público nacional (ANSES, Nación) y las posiciones de liquidez del BCRA y del Tesoro. Al desagregar, la deuda en moneda extranjera representa 26,3 % del PIB, y la denominada en moneda local, 7,9 %.
Deuda con organismos y deuda con privados
Facimex destaca que la deuda con organismos bilaterales y multilaterales equivale al 13,7 % del PIB, pero estima que no representa un riesgo de rollover mientras se respete el acuerdo con el FMI. Por su parte, la deuda externa con privados apenas representa un 8,5 % del PIB, uno de los niveles más bajos desde 2016.
Desde Facimex subrayan que la deuda bruta consolidada con privados —aquella con mayor exposición al mercado— se encuentra en 25,2 % del PIB, valor similar al de 2016. Dentro de ese total, la deuda en moneda extranjera alcanza 14,6 %.
Advertencias y contexto político
El informe advierte que, pese a las mejoras, el riesgo país sigue constituyendo una barrera para financiamiento externo. El estudio también recuerda que el presidente Javier Milei aseguró que la deuda total pasó de US$ 500.000 millones a US$ 450.000 millones durante su gestión, aunque esos datos no coinciden estrictamente con los cálculos técnicos del informe.
En definitiva, el análisis de Facimex propone que Argentina vive su nivel más bajo de deuda neta consolidada desde 2018, con una disminución que se acentúa trimestre tras trimestre. La pregunta ahora es si ese descenso será sostenible.
El menú degustación de la deuda viene con maridaje técnico: 26,3% del PBI en moneda extranjera, 7,9% en pesos; con organismos bilaterales y multilaterales suma 13,7% del producto (no enciende alarmas si se respeta el acuerdo con el FMI); la exposición externa con privados queda en un flaco 8,5%. En la foto más sensible para el mercado, la deuda bruta consolidada con privados ronda 25,2% del PBI, de los cuales 14,6% está en moneda dura. Carteles de “no dramatizar” y un mate para el analista.
¿Entonces ya está? No tan rápido: el riesgo país sigue de patovica en la puerta del crédito, pidiendo DNI, ficha técnica y prueba de solvencia. Y, de paso, el informe recuerda que la épica de “pasamos de US$ 500.000 millones a US$ 450.000 millones” no calza punto por punto con sus cálculos. No es pecado; es metodología: depende de qué se suma, qué se resta y con qué lupa se mira.
Queda la pregunta que no entra en el carrusel de gráficos: ¿esto es piso consolidado o apenas un buen ángulo de cámara? La aritmética ayuda, pero la película la definen la tasa, el crecimiento y el humor del financista. Por ahora, la macro baila un lento: hay menos peso en la mochila, sí, pero el sendero sigue con piedras. Y el Excel, por las dudas, se queda atado con alambre para el próximo trimestre.