El vicepresidente del Banco Central (BCRA), Vladimir Werning, expuso ante analistas financieros y fondos de inversión la hoja de ruta del organismo monetario, con una premisa clara: la recomposición de reservas no será inmediata y comenzará recién a partir de 2026. Según detalló, el objetivo inmediato del BCRA es consolidar la estabilidad monetaria, contener la inflación y fortalecer la demanda de pesos.
Una estrategia gradual y condicionada
Werning explicó que el horizonte de acumulación de reservas está basado en la expectativa de una recuperación progresiva de las exportaciones, la normalización del flujo de capitales y una menor necesidad de importaciones energéticas. Estos elementos, proyectados hacia 2026, permitirían generar superávits externos que habiliten la compra de divisas sin desestabilizar el mercado interno.
Además, el funcionario subrayó que el fortalecimiento del balance del Banco Central es parte de una estrategia macroeconómica integral, cuyo eje es la remonetización de la economía. Esta última se apoyará en una mayor confianza en la moneda local, impulsada por la estabilidad de precios y la reactivación económica.
Régimen cambiario y política monetaria
La presentación coincidió con una etapa de reacomodamiento del mercado de cambios. En los últimos meses, el dólar mayorista se mantuvo dentro de los límites establecidos por el BCRA, con intervenciones puntuales para evitar desalineamientos. Werning detalló que las compras de reservas solo se activarán si el dólar alcanza el extremo inferior del corredor cambiario, momento considerado propicio para intervenir sin presionar la inflación.
“El objetivo es evitar que las intervenciones se transformen en una fuente de emisión monetaria”, remarcó. Por eso, las compras serán financiadas con excedentes genuinos de la balanza de pagos, sin recurrir a expansión monetaria. La entidad continuará con una política de flotación administrada, pero con márgenes de acción claramente definidos.
El Tesoro también espera su momento
Paralelamente, el Ministerio de Economía evalúa iniciar sus propias compras de divisas en el mercado mayorista cuando el tipo de cambio se ubique en niveles compatibles con la parte baja del corredor. La intención es aprovechar precios bajos para acumular reservas con recursos propios, sin necesidad de financiamiento externo.
Este mecanismo será implementado solo si existe holgura fiscal y una mayor disponibilidad de dólares, en especial hacia el cierre del año, cuando se espera un mayor ingreso de exportaciones. El rango exacto de cotización no fue revelado, pero se ubicaría en torno a los valores que no generen tensiones inflacionarias ni desalineamientos de precios.
Perspectivas hacia 2026
La estrategia de acumulación gradual de reservas a partir de 2026 será un pilar central del programa de estabilización macroeconómica. Werning aseguró que la credibilidad de la política monetaria depende de un balance sólido en el BCRA y de una coordinación fiscal estrecha. Para ello, será clave que el Tesoro mantenga la disciplina del gasto y evite presiones sobre el mercado cambiario.
En síntesis, la exposición del Banco Central ante los inversores buscó enviar una señal de previsibilidad y cautela: la acumulación de reservas llegará, pero sin atajos ni riesgos innecesarios. Mientras tanto, el foco estará puesto en mantener la estabilidad monetaria, sostener la demanda de pesos y acompañar la recuperación de la economía en un marco de disciplina fiscal y orden cambiario.
El vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, afirmó ante inversores que la entidad no tiene apuro por recomponer reservas y que el horizonte para iniciar ese proceso será a partir de 2026. La estrategia se basa en generar superávits externos sostenibles, contener la inflación y consolidar la demanda de pesos. El Tesoro, por su parte, proyecta compras de divisas en el mercado mayorista cuando el dólar se ubique en la parte baja de la banda cambiaria.
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El vicepresidente del Banco Central (BCRA), Vladimir Werning, expuso ante analistas financieros y fondos de inversión la hoja de ruta del organismo monetario, con una premisa clara: la recomposición de reservas no será inmediata y comenzará recién a partir de 2026. Según detalló, el objetivo inmediato del BCRA es consolidar la estabilidad monetaria, contener la inflación y fortalecer la demanda de pesos.
Una estrategia gradual y condicionada
Werning explicó que el horizonte de acumulación de reservas está basado en la expectativa de una recuperación progresiva de las exportaciones, la normalización del flujo de capitales y una menor necesidad de importaciones energéticas. Estos elementos, proyectados hacia 2026, permitirían generar superávits externos que habiliten la compra de divisas sin desestabilizar el mercado interno.
Además, el funcionario subrayó que el fortalecimiento del balance del Banco Central es parte de una estrategia macroeconómica integral, cuyo eje es la remonetización de la economía. Esta última se apoyará en una mayor confianza en la moneda local, impulsada por la estabilidad de precios y la reactivación económica.
Régimen cambiario y política monetaria
La presentación coincidió con una etapa de reacomodamiento del mercado de cambios. En los últimos meses, el dólar mayorista se mantuvo dentro de los límites establecidos por el BCRA, con intervenciones puntuales para evitar desalineamientos. Werning detalló que las compras de reservas solo se activarán si el dólar alcanza el extremo inferior del corredor cambiario, momento considerado propicio para intervenir sin presionar la inflación.
“El objetivo es evitar que las intervenciones se transformen en una fuente de emisión monetaria”, remarcó. Por eso, las compras serán financiadas con excedentes genuinos de la balanza de pagos, sin recurrir a expansión monetaria. La entidad continuará con una política de flotación administrada, pero con márgenes de acción claramente definidos.
El Tesoro también espera su momento
Paralelamente, el Ministerio de Economía evalúa iniciar sus propias compras de divisas en el mercado mayorista cuando el tipo de cambio se ubique en niveles compatibles con la parte baja del corredor. La intención es aprovechar precios bajos para acumular reservas con recursos propios, sin necesidad de financiamiento externo.
Este mecanismo será implementado solo si existe holgura fiscal y una mayor disponibilidad de dólares, en especial hacia el cierre del año, cuando se espera un mayor ingreso de exportaciones. El rango exacto de cotización no fue revelado, pero se ubicaría en torno a los valores que no generen tensiones inflacionarias ni desalineamientos de precios.
Perspectivas hacia 2026
La estrategia de acumulación gradual de reservas a partir de 2026 será un pilar central del programa de estabilización macroeconómica. Werning aseguró que la credibilidad de la política monetaria depende de un balance sólido en el BCRA y de una coordinación fiscal estrecha. Para ello, será clave que el Tesoro mantenga la disciplina del gasto y evite presiones sobre el mercado cambiario.
En síntesis, la exposición del Banco Central ante los inversores buscó enviar una señal de previsibilidad y cautela: la acumulación de reservas llegará, pero sin atajos ni riesgos innecesarios. Mientras tanto, el foco estará puesto en mantener la estabilidad monetaria, sostener la demanda de pesos y acompañar la recuperación de la economía en un marco de disciplina fiscal y orden cambiario.