Aquí tienes algunas opciones de títulos que cumplen con tus requisitos: * Vouchers educativos: comenzó el pago para familias beneficiarias * Pago de vouchers educativos: lo que tenés que saber del programa * Vouchers educativos: respuestas a preguntas frecuentes sobre el pago * Educación: comenzó el pago de los vouchers educativos, mirá los detalles * Vouchers educativos: cómo saber si fuiste seleccionado y cuándo cobrás

¡Atención, padres con billeteras flacas y aspiraciones de clase media! El Ministerio de Educación, cual mago con galera y varita, anunció que empezaron a llover los Vouchers Educativos, esos papelitos que, según dicen, ayudan a pagar la cuota del colegio privado. Eso sí, siempre y cuando el colegio sea de esos que reciben una ayudita del Estado, porque si no, ¡a remarla en dulce de leche! La cosa es así: si usted, padre laburante, ya vio los billetes en su cuenta, ¡felicitaciones! Ya puede respirar hondo y pensar en qué va a gastar esos pesos extras (guiño, guiño). Pero, ¡ojo al piojo! Si tuvo que hacer algún trámite extra o corregir algún numerito, le toca esperar hasta julio. Paciencia, que Roma no se construyó en un día… ni tampoco una economía familiar estable en Argentina. Y acá viene la parte seria (aunque, ¿cuándo no es seria la cosa en este país?): si se atrasa con dos cuotas del colegio, ¡chau voucher! Lo suspenden hasta que se ponga al día. Pero si la deuda llega a tres cuotas, ¡adiós beneficio para siempre! Así que, ya sabe, a priorizar el futuro educativo de sus retoños… o a pedir un préstamo. Para rematarla, las autoridades educativas, con una sonrisa digna de póker face, aclaran que la regularidad de los alumnos será revisada mensualmente. O sea, nada de faltar a clase por vaguear o irse de joda. ¡Acá se viene a estudiar, carajo! Entre las preguntas frecuentes, surge la duda existencial: ¿qué son estos vouchers? Pues, según el Ministerio, son una “asistencia económica temporal”. Ajá… temporal como la inflación, ¿no? La idea es que los pibes sigan yendo al colegio privado, aunque uno se pregunte si no sería mejor invertir en la educación pública, pero bueno, ¡quiénes somos nosotros para cuestionar las grandes decisiones! ¿Quiénes pueden acceder? Padres con hijos menores de 18 años que estudien en colegios “subsidiados” (léase: que reciben plata del Estado, pero cobran cuota igual). Y, por supuesto, hay que cumplir con ciertos requisitos económicos. No vaya a ser cosa que un millonario se aproveche de la bondad del Estado… ¡aunque en este país nunca se sabe! Ah, y si usted, en un ataque de confusión, puso mal el CUIL de su hijo, ¡no se haga drama! Puede corregirlo… siempre y cuando no haya apretado el botón de “finalizar”. Después, a llorar al Registro Civil. En fin, un programa con más reglas que un partido de truco entre políticos. Pero, eh, al menos hay un intento de ayudar. Aunque sea temporal. Y condicionado. Pero, ¡ay, Argentina, cuánto te queremos!