El Museo de Bellas Artes Franklin Rawson ofrece once talleres artísticos para chicos y grandes, con precios accesibles y docentes de primera. Desde tejido hasta pintura contemporánea, hay para todos los gustos. ¿Te vas a perder la oportunidad de sacar el artista que llevás adentro?
El Museo de Bellas Artes Franklin Rawson (MPBAFR), ese templo de la cultura sanjuanina que a veces parece más un bunker que un lugar para el arte, lanzó una batería de once talleres para este 2025. Cuatro de ellos apuntan a los más peques y el resto a jóvenes y adultos, con la promesa de «despertar la mirada creadora» –frase que, seamos sinceros, suena a libro de autoayuda, pero bueno, la intención es lo que cuenta–.
Desde el MPBAFR, con el apoyo del Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte (¿será que Orrego metió mano ahí también?), aseguran que estos talleres «contribuyen al desarrollo integral de cada participante». O sea, que no solo vas a aprender a pintar un jarrón con flores, sino que también saldrás siendo una mejor persona. Habrá que ver.
Un dato interesante es que los costos de inscripción son «accesibles», aunque no especifican cuánto. Habrá que desembolsar $8.000 pesos por taller si querés participar. Eso sí, la inscripción es una sola vez al año, así que si te arrepentís a mitad de camino, jodiste.
La oferta es variada: desde los clásicos Dibujo y Pintura hasta propuestas más new age como Yoga y Teatro o Creatividad Vivencial (¿qué será eso?). También hay opciones para los más tecnológicos con Reporteros del Arte, donde los chicos aprenderán a hacer entrevistas y crear personajes. Casi un semillero de futuros Lanata, pero sin el rencor, esperemos.
Para los nostálgicos del telar, vuelve Trama y Urdimbre, un taller que promete explorar «las posibilidades de entramados con materiales diversos». Para los que buscan algo más tradicional, está Dibujo de Figura Humana, pero ojo, se necesita «previo conocimiento». No vaya a ser cosa que te mandes un Picasso sin saber dibujar un círculo.
En fin, una propuesta interesante para el que quiera explorar su lado artístico sin tener que vender un riñón. La muestra de fin de año promete ser un festival de creatividad, aunque también puede ser un catálogo de horrores. Solo el tiempo lo dirá. Y como siempre, el público tendrá la última palabra.
