El Teatro del Bicentenario se prepara para una experiencia intergaláctica con el Ciclo Intercultural FIPPE 2025. Charla sobre teatro ruso y proyección de «El desafío», la primera película filmada en el espacio, te esperan.
Che, ¿se acuerdan cuando ir al teatro era solo ver una obra y volverse a casa? Parece que en San Juan las cosas cambiaron. El Teatro del Bicentenario, ese que se banca con la nuestra (o sea, los impuestos), se pone la escafandra y nos invita a un viaje espacial con el pomposo nombre de «Ciclo Intercultural FIPPE 2025». Ojo, no es que esté mal, pero uno se pregunta: ¿Intercultural? ¿O sea que si vamos vestidos de gauchos nos hacen descuento?
El 19 de marzo, a las 15:30 hs, arranca la cosa con una charla taller sobre teatro ruso. ¿Teatro ruso en San Juan? Más ruso que vodka en un asado de Perón. La charla es sobre Stanislavski, ese que si lo nombrás en una reunión de actores todos te miran con cara de «este sí que sabe». La da Valeria Ptitsynay, que viene de la Casa Rusa en Buenos Aires. Esperemos que venga con traductor, che. Si no, vamos a terminar aplaudiendo cuando diga «spasibo» pensando que es un chiste. Para los que quieran ir, hay que anotarse en un formulario de Google. Corran, que las vacantes vuelan más rápido que Falcon Heavy.
Y a la noche, la frutilla del postre: la proyección de «El desafío», una película rusa filmada ¡en el espacio! Sí, leyeron bien. Parece que los rusos, además de hacer buen vodka, ahora hacen cine a 400 kilómetros de la Tierra. La trama va de una cirujana que tiene que operar a un cosmonauta en gravedad cero. Suena a la versión espacial de «ER Emergencias». ¿Será buena? ¿Será mala? Habrá que verla para opinar. Lo bueno es que es gratis, así que si es un bodrio al menos no gastamos guita. Total, ya pagamos el teatro con nuestros impuestos.
En fin, una propuesta interesante, aunque un poco bizarra. Habrá que ver si la «interculturalidad» llega para quedarse o es solo una moda pasajera. Mientras tanto, preparémonos para despegarnos de la butaca y viajar al espacio, aunque sea por un par de horas y sin movernos de San Juan. Y ya que estamos, crucemos los dedos para que Orrego, con su gestión, logre que el teatro tenga más funciones y no sea solo para eventos «de elite». Porque al final, la cultura debería ser para todos, ¿o no?