Washington reactivó este jueves 7 de agosto su estrategia comercial más agresiva con la entrada en vigor de un nuevo paquete de aranceles promovido por el presidente Donald Trump. Las tarifas, que oscilan entre el 10 % y el 50 %, afectan a decenas de países y sectores estratégicos, marcando el fin de la tregua arancelaria instaurada en los últimos años.
Según informó la Casa Blanca, el esquema impone un arancel mínimo del 10 % a los países con superávit comercial con Estados Unidos, vigente desde abril. Para aquellos con déficit, la tasa varía entre el 15 % y el 41 %. En el extremo, India enfrentará un arancel total del 50 %, dividido en dos tramos: uno inmediato y otro que entrará en vigor dentro de tres semanas.
En su red Truth Social, Trump justificó la medida como una forma de “reestructurar el comercio en beneficio de los trabajadores estadounidenses” y no ahorró críticas a sus opositores: “Lo único que podría detener la grandeza de Estados Unidos sería un tribunal de izquierda radical que quiera ver fracasar a nuestro país”, escribió.
Países afectados y justificaciones
Entre los países impactados por los nuevos aranceles se encuentran la Unión Europea, Japón, Corea del Sur, Bolivia, Costa Rica, Ecuador y Venezuela, todos con un recargo del 15 %. Nicaragua fue gravada con un 18 %, Siria con un 41 % y Suiza con un 39 %, pese a intentos de última hora por evitar la sanción.
Brasil fue particularmente castigado con un arancel del 50 % sobre productos como carne y café, una decisión que según funcionarios de la administración tiene un trasfondo político, como gesto de apoyo a Jair Bolsonaro, actualmente enjuiciado. En tanto, México obtuvo una prórroga de 90 días para negociar, aunque sus productos ya tributan un 25 % fuera del T-MEC.
Chips, medicamentos y el giro estratégico
Además de bienes tradicionales, la nueva ofensiva arancelaria afecta a sectores de alta tecnología. El miércoles, Trump anunció un arancel del 100 % a la importación de chips y semiconductores, eximiendo solo a las empresas que los fabriquen dentro del país. También anticipó futuros aranceles sobre productos farmacéuticos, que podrían alcanzar el 250 % en un plazo de 18 meses.
Impacto interno y reacción pública
El anuncio se produce en un contexto económico sensible. Según una encuesta de Morning Consult y The Century Foundation, el 83 % de los estadounidenses está preocupado por el aumento de los precios, particularmente de alimentos. Trump deslizó la posibilidad de un “reembolso” para ciudadanos afectados, aunque no precisó cómo se financiaría.
La próxima fecha clave será el 12 de agosto, cuando vence la tregua arancelaria con China. Hasta el momento, ambas potencias mantienen recargos recíprocos reducidos (10 % para productos estadounidenses, 30 % para los chinos), pero la continuidad del acuerdo está bajo revisión.
El nuevo marco arancelario consolida la agenda proteccionista de Trump, en un intento de reforzar la producción local y el músculo económico nacional. Aunque la medida despierta adhesiones entre sectores industriales, también genera preocupación global por sus efectos sobre el comercio internacional y la inflación.