CNN Español
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Dos naciones emergidas de la descolonización del Imperio británico, que en conjunto aglutinan a una quinta parte de la población global, y que sostienen una vieja enemistad ligada a la región de Cachemira, se ven envueltas en una escalada de tensiones que no se registraba en décadas.
Pero más allá de los intercambios de bombas, misiles y disparos fronterizos que se desarrollan actualmente, el conflicto en aumento entre India y Pakistán presenta otro elemento de suma inquietud: ambas potencias poseen armamento nuclear.
India cuenta con aproximadamente 160 ojivas nucleares, mientras que Pakistán dispone de 170, de acuerdo con informes de la organización Nuclear Threat Initiative. Cantidad suficiente para aniquilarse mutuamente en múltiples ocasiones.
Evidentemente, esto no implica que vayan a ser utilizadas, ni que Nueva Delhi e Islamabad no estén preparados para sopesar los riesgosinherentes a una escalada nuclear. No obstante, cada intercambio de fuego, cada bombardeo, cada aeronave abatida y cada declaración pública se efectúan en medio de estos complejos cálculos estratégicos.

India, con una población mayoritariamente hindú, y Pakistán, de mayoría musulmana, obtuvieron su independencia del Imperio británico en 1947 y desde entonces mantienen una disputa territorial por Cachemira, también de mayoría musulmana y dividida en zonas de control entre ambas naciones.
Han librado tres guerras por Cachemira, y en los años recientes India ha señalado a Pakistán de dar cobijo a grupos militantes que ejecutan ataques a través de la frontera, lo cual Islamabad niega sistemáticamente.
La actual escalada guarda una relación directa: luego de que al menos 26 civiles fueran masacrados por militantes en Pahalgam, un sector de Cachemira bajo administración india, Nueva Delhi llevó a cabo una serie de ataques contra lo que describió como “infraestructura terrorista” tanto en Pakistán como en la Cachemira controlada por Pakistán.
Pakistán ha respondido, derribando al menos un avión de combate indio, y ha lanzado a su vez ataques en Punjab, Jammu y la Cachemira administrada por India.

Antecedentes históricos para comprender los ataques entre la India y Pakistán
Antecedentes históricos para comprender los ataques entre la India y Pakistán
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La escalada se produce en un momento de particular convulsión global: la guerra en Ucrania persiste, entre nuevas ofensivas e infructuosas iniciativas de paz, al igual que la operación de Israel en Gaza; los hutíes continúan sus lanzamientos desde Yemen y los enfrentamientos entre rebeldes y fuerzas gubernamentales se recrudecen en la República Democrática del Congo.
Sin embargo, en ninguno de estos conflictos abiertos se encuentran dos potencias nucleares confrontadas directamente.
¿Cómo llegaron India y Pakistán a integrarse al reducido club de países poseedores de estas armas de destrucción masiva, junto a Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Francia, China, Israel y Corea del Norte?
El camino indio hacia la bomba
India inició su programa nuclear en 1948, apenas un año después de su independencia, según informes de la Asociación para el Control de Armas. Pero los avances más significativos se produjeron a partir de 1956, cuando el país suscribió acuerdos con Estados Unidos y Canadá para recibir tecnología nuclear en el marco del programa “Atoms for Peace”, una iniciativa de Washington destinada a compartir conocimiento con fines pacíficos.

Tras beneficiarse de este intercambio de conocimiento, sin embargo, India impulsó su programa nuclear con fines militares y realizó su primer ensayo en 1974. Actualmente, cuenta con al menos 160 ojivas, sumado a los misiles balísticos necesarios para su lanzamiento.
India ha sostenido una política de “no primer uso” respecto a su arsenal nuclear, lo que significa que solo recurriría a él en defensa ante un ataque que también involucre armas nucleares.
La respuesta paquistaní y la Figura Controvertida
El programa nuclear de Pakistán se puso en marcha en la década de 1970, como respuesta directa al primer ensayo indio. En aquel momento, el entonces primer ministro Zulfikar Ali Bhutto declaró que su país estaba dispuesto a “comer pasto” si fuera necesario para desarrollar una bomba atómica propia.
Así fue, y un papel central en este desarrollo recayó en el controvertido físico Abdul Qadeer Khan, quien fue acusado de realizar espionaje mientras trabajaba en el consorcio nuclear europeo URENCO, un elemento fundamental en la consecución de armamento nuclear por parte de Pakistán.
El primer ensayo atómico paquistaní tuvo lugar en 1998.
A diferencia de India, Pakistán no ha formulado una política específica sobre el uso de sus armas nucleares, a las que mantiene como un elemento puramente disuasorio, según destaca Nuclear Threat Initiative.