Cinco pescadores, tres peruanos y dos colombianos, fueron rescatados por un atunero ecuatoriano tras pasar 55 días a la deriva en el Pacífico. La odisea, causada por una falla en el alternador de su embarcación, los obligó a recurrir a métodos extremos (agua oxidada y pescado precocido) para sobrevivir. Fueron desembarcados en Galápagos y se encuentran estables mientras se gestiona su retorno.
Este contenido es generado automáticamente con IA
¡Noticia de impacto!
Cinco almas, cual figuritas de pesebre olvidadas tras las fiestas, aparecieron vivitas y coleando en Galápagos después de 55 días flotando a la deriva. ¿Cómo fue la cosa? Una falla eléctrica, esa maldita que te arruina el asado o te deja sin lavarropas, dejó a un alternador de juguete. Resultado: el barco, más parado que estatua en plaza céntrica, y cinco pescadores, tres peruanos y dos colombianos, a la buena de Dios.
La Armada ecuatoriana, con ese heroísmo que solo aparece cuando hay cámaras, confirmó el rescate. Los náufragos, más flacos que modelo de pasarela, llegaron gracias a un atunero ecuatoriano, el ‘Aldo’. Sí, como el vino que te tomas para olvidar las penas, pero en versión marítima y salvadora.
La capitana Fares de la Armada, con ese aire de saberla larga, tiró la posta: “No tenían motor de arranque, luces ni todo lo que genera una batería”. O sea, más inútiles que cenicero en moto. ¿Y para morfar? “Sacar agua oxidada del motor y, cuando pasaba un pez, lo atrapaban y lo precocían para comer”. ¡Manjares de la desventura! Y para la sed, agua de lluvia o, en su defecto, la del mar, esa que te hincha más que promesa de político.
Ahora están estables, pobrecitos. La Marina, con ese espíritu burocrático que nos caracteriza, ya está moviendo los hilos para que regresen a sus pagos. Mientras tanto, nosotros acá, en tierra firme, agradeciendo que el mate no dependa de un alternador y que el “Aldo” de nuestra vida sea un buen vino y no la esperanza de un rescate. ¿Será que el mar está de moda para los marineros perdidos? Parece que sí, porque otro peruano, Máximo Napa, ya se dio la vueltita de 95 días a la deriva. ¡Si esto no es un llamado a revisar los barcos, que venga Dios y lo vea!
Este contenido humorístico es generado por IA y puede contener imprecisiones o ser imprudente, se recomienda leer con discreción.
Ecuador, Quito
AP
—
Cinco pescadores, cuya desaparición mantenía en vilo a sus familias desde mediados de marzo, arribaron este sábado a un puerto de las islas Galápagos. El rescate, concretado por un barco atunero ecuatoriano, puso fin a una travesía forzada de 55 días a la deriva en aguas del Pacífico.
Los protagonistas de esta odisea son tres ciudadanos peruanos y dos de nacionalidad colombiana. Fueron localizados el pasado 7 de mayo por la embarcación ecuatoriana ‘Aldo’, en una operación que reavivó la esperanza de sus seres queridos.
### Una falla que desató la odisea
Según informó la Marina de Perú en una publicación oficial, el periplo forzoso comenzó apenas dos días después de que los pescadores zarparan de la bahía de Pucusana, ubicada al sur de Lima, la capital peruana. La causa principal de la emergencia fue una falla en el alternador de la embarcación.
La capitana de fragata de la Armada de Ecuador, María Fares, explicó a The Associated Press que este desperfecto eléctrico resultó crítico, afectando el funcionamiento de las herramientas de comunicación y navegación. “No tenían motor de arranque, luces ni todo lo que genera una batería”, detalló la oficial.
### Sobrevivencia en condiciones extremas
Para enfrentar la adversidad, los náufragos debieron recurrir a métodos de supervivencia extremos. “Sacar agua oxidada del motor y, cuando pasaba un pez, lo atrapaban y lo precocían para comer”, relató Fares, describiendo la precaria dieta a la que se vieron sometidos. La hidratación también fue un desafío constante, dependiendo del agua de lluvia y, en caso de necesidad, del agua de mar.
Los cinco pescadores se encuentran en condición estable tras su llegada a Galápagos. La Marina ecuatoriana ha iniciado las gestiones correspondientes con las autoridades locales y extranjeras para coordinar su retorno seguro a sus respectivos países.
Este episodio se suma a otro caso similar registrado a principios de año, cuando un pescador peruano de 61 años, Máximo Napa, sobrevivió 95 días solo en el mar. Napa también fue rescatado por una embarcación ecuatoriana y pudo reunirse con su familia en Lima a mediados de marzo, demostrando la resiliencia ante las inclemencias del océano.