La participación de Caleras San Juan (CSJ) en EXPOMIN 2025 —la feria minera más importante de América Latina celebrada en Santiago de Chile— no pasó desapercibida. En una edición marcada por el despliegue tecnológico y la mirada puesta en los recursos críticos como el cobre y el litio, la empresa sanjuanina presentó sus avances industriales y su estrategia de expansión regional.
CSJ opera actualmente con tres hornos de alta eficiencia térmica en San Juan y planea incorporar un cuarto en el último trimestre del año, lo que elevará su capacidad productiva a 600 mil toneladas anuales de cal. Este crecimiento responde a una demanda sostenida por parte de la minería chilena, cuya necesidad de cal viva de alta calidad es clave en los procesos de molienda, flotación y refinación de minerales.
Uno de los puntos centrales de la estrategia de CSJ es su centro logístico en la comuna de Lampa, a 41 km de Santiago, que permite sortear las dificultades que imponen las inclemencias invernales en la cordillera, cuando los pasos fronterizos permanecen cerrados hasta 45 días al año. Este hub cuenta con dos depósitos de 5 mil toneladas, con planes de ampliación hasta 12 mil, y opera con sistemas de carga rápida, trazabilidad, monitoreo en tiempo real y control de inventarios.
Dagoberto Alvear, gerente comercial de Caleras San Juan Chile, subrayó al diario El Mercurio que “el uso de cal viva de alta ley desempeña un papel esencial en varias etapas críticas de la operación minera”, y destacó las propiedades del óxido de calcio como un componente altamente reactivo y eficaz para optimizar la recuperación de metales.
Un modelo de expansión con sello sanjuanino
Raúl Cabanay, gerente general de la firma y vicepresidente de la Cámara Minera de San Juan, remarcó que “según la Comisión Chilena del Cobre (COCHILCO), la demanda de cal adicional alcanzará las 700 mil toneladas en el mediano plazo”, y que “por su cercanía geográfica, las caleras argentinas tienen el potencial de convertirse en proveedoras naturales de este insumo”.
La apuesta de CSJ se apoya en un modelo de producción sustentable, con fuerte inversión en tecnología de última generación, estándares internacionales de calidad y cuidado del medioambiente. La firma prevé alcanzar hacia fines de esta década una capacidad de producción superior a los dos millones de toneladas anuales, con más del 90 % elaborado bajo procesos modernos que reducen significativamente la huella de carbono.
El gran escollo: rutas y trámites que aún esperan
En diálogo con medios especializados, Cabanay también señaló que uno de los mayores desafíos es la infraestructura vial que conecta San Juan con Chile. La habilitación de la ruta 153, que enlaza con la 149 para llegar a Uspallata, recortaría 100 kilómetros del trayecto hasta el centro logístico en Santiago, abaratando costos de transporte. Además, destacó el potencial del proyecto La Chapetona, un nuevo paso fronterizo a 3.300 metros sobre el nivel del mar que abriría una vía alternativa de exportación hacia los puertos de Valparaíso y Coquimbo.
En otro orden, se refirió a la necesidad urgente de agilizar los trámites administrativos, tanto en Argentina como en Chile, para que las inversiones extranjeras no naufraguen en la maraña de la “Permisología”. “El RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones) ofrece un marco jurídico confiable, pero es clave que la instalación y ejecución de proyectos también cuente con reglas simples y tiempos razonables”, concluyó.
Con presencia ya consolidada en Chile, Uruguay y Paraguay, y un horizonte de expansión que no se detiene, Caleras San Juan demuestra que la cal sanjuanina no sólo es de alta ley, sino también de alto vuelo.